domingo, 23 de mayo de 2010

Oviedo no se para, depende... (19 de julio de 2006)

OVIEDO NO SE PARA, DEPENDE…


Vemos últimamente cual si del último modelo de coche o rebajas fantásticas se tratase, vallas publicitarias por doquier que bajo el lema “Oviedo no se para” nos anuncian a bombo y platillo el XX Plan de choque que se está ejecutando en la ciudad. Yo pensaba que las obras en una ciudad eran como el valor en la mili: se suponen, porque una ciudad, al contrario de lo que nuestro alcalde llegó a decir, nunca está hecha. Las obras son necesarias para que la calidad de vida de los ciudadanos sea cada día un poco mejor; así que un observador podría ver detrás de tanto anuncio, un hecho excepcional, y no algo que entra dentro de lo usual y cotidiano en una ciudad dinámica. No me parece mal que se hagan obras, faltaría; en lo que no puedo estar de acuerdo es en las prioridades que para las mismas establece el equipo de gobierno del PP con nuestro alcalde a la cabeza. Me gusta que las calles del centro estén en perfecto estado de revista, me encanta pasear por la calle Uría y por el Oviedo antiguo. Pero no creo necesario recordar que el pavimento del casco viejo tiene pocos años y menos la calle Uría, lo que da pie a pensar a cualquier mortal que o bien no se eligieron en su día los materiales adecuados o no se hicieron bien los deberes. Y hasta esto podría justificar si no fuese porque en la ciudad hay muchas zonas que llevan años suspirando por unas aceras u otros equipamientos básicos. ¿Cómo explicar a los vecinos del Naranco, que llevan años pidiendo una acera en la Avda. de los Monumentos estas obras? ¿Cómo explicarlo a los vecinos de Ventanielles que tienen aceras con décadas de antigüedad? ¿Cómo justificarlo a los vecinos de San Esteban, o de la Manjoya, Rodiella, la Mortera o Villarín, por citar algunos ejemplos, dónde hay sitios que dejan tanto que desear que determinados vehículos grandes no pueden llegar? ¿O cómo contárselo a los vecinos de San Claudio, que se juegan el tipo por una carretera estrecha para llegar a La Lloral, niños del colegio incluidos? Puede parecer exagerado, pero no lo es tanto. Y me dejo muchos lugares en el tintero para no alargarme en demasía.

Me parecen bien las obras, pero estableciendo unas prioridades. Los recursos son lo que son y aunque me encante ver la calle Uría como una patena, prefiero ver una acera donde no la había. Por mucho que se haya hecho, queda muchísimo por hacer en muchos barrios de nuestra ciudad, por no hablar de la zona rural. Ese sí sería un buen plan de choque. Hacer un inventario de todas aquellas carencias y reivindicaciones más urgentes y establecer un calendario de actuaciones. Seguro que la calle Uría, Muñoz Degraín, o el casco antiguo, con el sentido de la responsabilidad y la solidaridad de sus vecinos, pueden esperar.


Publicado en La Nueva España el 19 de julio de 2006

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