jueves, 23 de septiembre de 2010

El Patrón de Oviedo

San Mateo no es el patrono de Oviedo

n El patronazgo de la ciudad corresponde a San Salvador, y Santa Eulalia es la patrona de la diócesis


San Mateo no es el patrono de Oviedo
San Mateo no es el patrono de Oviedo


" Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir."

(Alberto Lleras Camargo)

Con permiso de mi querida y admirada Carmen Ruiz-Tilve, que ya habló reiteradamente del asunto, e incluso con el de Javier Neira, que también lo mencionó en varias ocasiones, no puedo resistir la tentación de aportar una modesta contribución para aclarar el asunto del patronazgo de la ciudad, que, al parecer, no está muy claro, puesto que más de uno salió el martes de la misa de San Mateo con alguna duda que otra.

San Mateo no es el patrono de la ciudad, pese a que muchos puedan creer que lo es, qué le vamos a hacer... Nuestro patrono, que para eso somos los de Oviedo así de grandes, es el mismo Dios, qué menos..., para ser exactos, San Salvador, que celebra fiesta en el mes de agosto, día 6. Y no confundir patronazgos tampoco con Santa Eulalia de Mérida, mártir del siglo IV, con fiesta en el calendario el 10 de diciembre, que es patrona de la Archidiócesis de Oviedo desde 1639.

El pobre San Mateo, es un decir, pasaba por allí, puesto que el 21 sólo tiene la virtud de ser el séptimo día después del día 14, festividad de la exaltación de la Santa Cruz, o inicio del jubileo de la Santa Cruz o de la perdonanza. Los peregrinos que visitaban la Catedral y cumplían los requisitos precisos en los siete días posteriores gozaban de indulgencia plenaria, y como la perdonanza concluía el 21, pues ya tenemos disculpa para la fiesta..., y aunque hubieran pecado con fruición, indulgencia plenaria al canto, y ya está «armá», que nuestros paisanos de la época también sabían celebrar fiestas, dicho sea todo lo anterior con el debido respeto, por supuesto.

Oviedo puede presumir orgullosa de un brillante y rico pasado en tradiciones y de ocupar un relevante sitio en la historia de aquella incipiente Europa, que para eso nuestro Alfonso II ya se codeaba en la corte de Aquisgrán con el mismo Carlomagno, y nuestra Sancta Ovetensis fue foco de atracción durante siglos de peregrinos de toda Europa, por la gran cantidad de valiosas reliquias que acoge, y visita obligada para todos aquellos que siguiendo el peregrinar del mismo Alfonso II, descubridor, a la sazón, del supuesto sepulcro, encaminaban sus pasos a venerar la tumba del apóstol Santiago, pero eso ya es harina de otro costal...

Un día, el de San Mateo, para sentirnos orgullosos de ser ovetenses, eslabones de esa cadena formada por miles de ovetenses que durante siglos nos precedieron, dando continuidad a esa historia repleta de ricas tradiciones, a ese extenso patrimonio cultural configurado a lo largo de los siglos, que no debemos dejar que caiga en el olvido, y que espero sinceramente que -entre otros muchos- sea motivo de que Oviedo goce del privilegio de ser capital europea de la cultura en 2016.


Publicado en La Nueva España el 23 de septiembre de 2010