miércoles, 1 de julio de 2015

FIESTA EN EL VECINDARIO

El Otero

Fiesta en el vecindario

Evocación de las romerías de barrio, cuando viajar de acá para allá era una excepción

01.07.2015 
Fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, en los Campos de Vallobín, el 2 de agosto de 1965.
Fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, en los Campos de Vallobín, el 2 de agosto de 1965. 
Hubo un tiempo, quizá no tan lejano, en el que la ciudad se circunscribía, básicamente, a nuestro propio barrio. Allí disponíamos de casi todo lo que necesitábamos.
El entorno social era muy familiar. Lo que tenía sus ventajas y, claro, sus inconvenientes... ¡Carlitos! ¡Vi que fuiste tú! ¡Verás cuando vea a tu padre! En fin...
Una de las cosas que más unía al vecindario era el momento de compartir la fiesta. Raro era el barrio de Oviedo que no celebraba la suya. Y si no, seguro que muy cerca había alguna. Y como cada uno bebe de sus propias experiencias a la hora de contar, cómo no recordar las fiestas del Vallobín, de la que guardo recuerdos que darían para mucho. Una directiva entusiasta tomó las riendas de la sociedad en 1958 bajo una nueva advocación: Nuestra Señora de los Ángeles, celebrándose en los primeros días de agosto en el escenario de los Campos del Vallobín, sitos entre las calles de Francisco Cambó, Antonio Maura y Víctor Hevia. Posteriormente, pasaron a celebrarse en los prados de Barbero, en la zona de Concinos. Pero antes, muchos años antes, cuando la parroquia de San Pedro abarcaba desde el Cristo hasta Pumarín, se había festejado a San Pedro. Fiestas que se celebraban de forma sencilla en la plaza de la iglesia. Años más tarde, esa romería se trasladó a la zona del puente de la Argañosa, donde se encontraba el "Gran Bar", cuyo dueño era uno de los principales promotores. Fue esta prolongación urbana la que propició la verbena, con iluminación festiva, entre el puente sobre las vías del tren y la, entonces, última parada del tranvía. Se jugaban partidos de fútbol entre la Acción Católica de San Pedro y la de San Juan y concursos de llave y rana en Casa Julio, en la Argañosa. En 1953 hubo incluso una becerrada en la plaza de Buenavista. Tras el período de fiestas en agosto, de nuevo, en 1980, se vuelve a festejar a San Pedro en junio, retornando al emplazamiento inicial, pero ya en un entorno urbano.
En mayo de 1950 un entusiasta "Falín de Vetusta" escribía:
"De les romeríes d'Uvieo/ digo yo, Xuan el Raposu/ y non tengo dengún mieo a quedar por mentirosu/ que foi siempre la meyor/ la de San Pedro de los Arcos/ con banda, gaita y tambor/ y el violín del ciegu Marcos/ con aquelles meriendones/ riegaes con vino y gasiosa/ con xente y xente a montones/ divertía y bulliciosa..." Pues si lo dice Falín...
Si volvemos atrás, en los años 30 se celebraba en la zona de Pilares la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, cuya cofradía había sido fundada en 1916 muy posiblemente como contestación al derribo del acueducto el año anterior. Su presidente fundador fue Aurelio Suárez. Comenzó con veinticinco socios llegando, en sus mejores momentos, a los dos mil.
Así podríamos seguir casi barrio por barrio. Llenando páginas de recuerdos de unos tiempos en los que la fiesta era oportunidad de intensa convivencia y diversión en unos años en los que viajar de acá para allá era una auténtica excepción. La vida se hacía en el barrio y esa ruptura con la rutina era acogida con auténtico alborozo.
Se abre ahora un verano lleno de posibilidades. A mí, de momento, me esperan varias decenas de chavales con los que compartiremos once agotadores días de intensa convivencia por tierras gallegas.
Cerramos, por tanto, esta ventana y, llegado el caso, volveremos a abrirla cuando ya el otoño esté llamando a las puertas.
Buen verano a todos y, a poder ser, no dejen de ir de fiesta...
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/07/01/fiesta-vecindario/1780205.html