miércoles, 29 de abril de 2015

DE FUENTES Y NOMBRES

El Otero

De fuentes y nombres

A vueltas sobre la polémica en torno a la denominación del caño de los Pastores

29.04.2015
De fuentes y nombres
De fuentes y nombres
Bob Dylan, allá a finales de los 70, cantaba: "Man gave name to all the animals", vamos, que el hombre puso nombre a todos los animales. Sabina, pocos años después, hizo una versión con una letra un poco más cachonda en la que decía cosas como que al diplodocus lo llamó diplodocus porque ya entonces quedaban pocus; en fin, a lo que vamos... que imagino que, desde el principio de los tiempos, lo de poner nombre a las cosas fue necesidad por una mera cuestión de organización y pragmatismo básico; no obstante y a pesar de ello, se daban casos -doy fe- en los que llegabas a casa y te decían: "Que te llamó no se quién para que vayas con él a no sé dónde". Ya ven.
Pero, como hábilmente habrán adivinado, lo dicho hasta ahora nada tiene que ver con fuentes, como reza el título, ni nada que se le asemeje. Paciencia.
La cosa viene porque en pocos días se dio la coincidencia de que surgieran, en más de una ocasión, discusiones sobre toponimia naranquina con diferentes opiniones; por tanto, me pareció oportuno aportar la conclusión a la que llegamos. Hablábamos de la conocida fuente de los Pastores, en la cercanía de San Miguel de Liño, y a donde muchos ovetenses suben a por agua que sabido es, les fabes, con agua de los Pastores, salen mejor. O eso dicen. Pues según mis fuentes (informativas) fiables por ser de alguien que nació en las cercanas casas de la Peña el Fuelle, la fuente conocida como de los Pastores, es en realidad la fuente del río Viña. La de los Pastores está unos metros más arriba, en el lavadero de Entrerregueros, donado por el Centro Asturiano en 1930 a la ciudad en compensación a los vecinos de Naranco y Lillo por la captación de aguas para el sanatorio Covadonga. Tenía capacidad para 25 lavanderas, antiguamente cubierto, de planta rectangular, muy cerca de una de las minas de hierro que durante tanto tiempo se explotaron en el monte; uno de los muchos lavaderos que hubo y hay por el Naranco, que ya decía Canella que "el Naranco dota a Oviedo de abundantes aguas y lava sus ropas". Dejaremos para otro día los lavaderos y el lavado de ropa en el Naranco, asunto muy interesante y que tiene mucha tela que cortar o lavar, que tanto da.
Me consta que hay otras voces que claman para subsanar este malentendido, como las de Paco García y Javier Calvo, que tienen un buen inventario de fuentes del concejo.
La otra confusión en la que estábamos enzarzados era sobre el topónimo Boo, posiblemente derivado de la expresión céltica bodo (zarzal), aunque según Xosé Lluis García Arias, en Asturias, tras múltiples mutaciones cobró el significado de arroyo o fuente. Es conocida la fuente del Boo, a dos kilómetros hacia el oeste de Ules y a cuatrocientos metros de Llampaya en la carretera que conduce a Llampaxuga. Menos conocido es y, frecuentemente confundido con ésta, el manantial de Boo, del que el acueducto de los Pilares tomaba las aguas en sus inicios junto con la fuente de Fitoria. Este manantial se encuentra en la cercanía del cementerio del Naranco en una zona frondosa y de difícil acceso.
Pues a cada santo su peana y la próxima vez que suban al Naranco a por agua para el pote, que sepan que no es la fuente los Pastores, sino la fuente del río Viña. Dicho queda.
También me pueden decir: y yo preocupáu, oísti...
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/29/fuentes-nombres/1748658.html

miércoles, 22 de abril de 2015

¿PASIÓN POR OVIEDO?

El Otero

¿Pasión por Oviedo?

Sobre cómo disfrutar del amor por la ciudad

22.04.2015 
¿Pasión por Oviedo?
¿Pasión por Oviedo?
El pasado fin de semana tuve oportunidad de asistir a un congreso médico en el que, acertadamente, entre las habituales ponencias científicas se coló una que llevaba por título "El coeficiente de optimismo", impartida por Emilio Duró, reconocido y prestigioso gurú, como suelen llamar ahora a estos profesionales de la comunicación, la superación y el desarrollo de actitudes pro activas en el ser humano; ahí es nada. Hay que reconocer que como ponente es bueno, sabe motivar al auditorio y transmitir su mensaje de forma amena y divertida. No es plan contar toda su conferencia, llenaría varias páginas, pero sí me quedo con una de las recetas que dio para ser feliz: vivir con pasión. Y mira tú que, inmediatamente -curiosa asociación de ideas- me acordé de Oviedo, imagino que como declaración de una actitud hacia Oviedo y lo ovetense. Los que compartimos el amor por la ciudad no solemos ser muy objetivos a la hora de ponderarla y para los que por motivos diversos viajamos con frecuencia por esos mundos de Dios, ese sentimiento de amor por Oviedo, y dejemos al margen localismos estériles, se acrecienta aún más.
Llegué al hotel con cierto eco incómodo zumbando e inmediatamente miré en el diccionario de la RAE el significado de pasión y, caramba, qué curioso; veamos: "pasión: acción de padecer. Lo contrario a la acción. Estado pasivo. Perturbación o afecto desordenado del ánimo. Inclinación muy viva de alguien hacia otra persona. Apetito o afición vehemente a algo. Sermón sobre los tormentos y muerte de Cristo". No sé yo, pero viendo las acepciones que propone el diccionario, ligar pasión y Oviedo, puede resultar, con alguna de ellas, un poco extraño...
Bromas aparte, coincido con Duró que es necesario vivir la vida con convencimiento, con ilusión, con entusiasmo, con optimismo, con alegría, con ganas en lo que hagas, sea lo que sea, en las cosas grandes y en las pequeñas y, sé perfectamente (consejos vendo y para mí no tengo) no es nada, pero que nada fácil.
La pasión no es patrimonio de nadie y en esta ciudad, afortunadamente, cada vez son más los que se interesan por nuestra rica historia, por nuestro patrimonio, por nuestro futuro común, por nuestra gente. Sentir pasión por Oviedo no es calarse ninguna gorra y ejercer de ultra cateto dejando al margen lo mucho y bueno que el resto del mundo nos ofrece. No. Pero qué duda cabe que ese sentimiento de pertenencia, de arraigo, de sentirse eslabón de una cadena centenaria es innegable. Y sobre todo, la pasión sería un cuento chino si no nos lleva a luchar por defender esa historia y pelear por legar una ciudad mejor.
En fin, divagaciones propias, como un tarareo a media voz que insinúa la melodía para que los que queráis la continuéis.
Me quedo para el punto final con otra de las reflexiones de Duró: "Sólo te cansará aquello que no disfrutes, donde no pongas pasión, donde hagas algo que no te llene. Haz cosas que te apasionen, no vendas tu vida; no merece la pena..."
Oviedo es una de esas muchas cosas que, sin duda, sí merece la pena.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/22/pasion-oviedo/1745087.html

miércoles, 15 de abril de 2015

¡HALA OVIEDO!

El Otero

¡Hala Oviedo!

Sobre la historia y el arraigo del fútbol en la ciudad

15.04.2015 
¡Hala Oviedo!
¡Hala Oviedo!
Cabe la posibilidad de que mis hijos me miren mal porque yo, profano en materias futbolísticas, escriba sobre su querido Real Oviedo del alma por el que sienten auténtica pasión. Asumo el riesgo. Sí, es cierto, no soy muy de fútbol, pero confieso que siento sincera alegría con los éxitos del Oviedo y una irracional rabia y frustración con los fracasos, qué le vamos a hacer...
Anduvo en día pasados el Real Oviedo de cumpleaños así que me pareció ocasión propicia para una mirada al fútbol local desde esta ventana siempre abierta a la ciudad.
Parece que el "foot ball" llegó a Asturias traído por marineros ingleses y por jóvenes de la región residentes ocasionales en Inglaterra, extendiéndose rápidamente su práctica por toda Asturias. El antecedente más remoto de un equipo local fue el "Oviedo Foot Ball Club", formado en 1903 y con una alineación de nombres conocidos en su día: Navia Osorio, Victorero, Campa, Ramos, Suárez de la Riva, Rubín, O. Pelayo y Bernardo. La continuidad vino con el Unión Escolar, Sportiva Ovetense o el Oviedo Sport. En 1914 se funda el Stadium Club Ovetense en el que, por cierto, jugó Santiago Bernabeu, funcionario en Oviedo por aquellos días. En abril de 1919 se crea el Club Deportivo Oviedo, con una estructura económica más sólida. El Stadium juega en Llamaquique pasando posteriormente a hacerlo en Fozaneldi, en el campo "Vetusta". Por su parte, el Deportivo Ovetense, lo hacía en un campo sito en Teatinos. Entre estos dos equipos existía una gran rivalidad, a pesar de la cual, el 26 de marzo de 1926, nace como resultado de la fusión de ambos equipos el Oviedo Foot Ball Club. Su presentación en sociedad fue en el campo de fútbol "Vetusta" en Fozaneldi, en un partido en el que se enfrentaron al Arenas de Getxo y que perdieron por 4-6. Su primer presidente, desde 1926 hasta su fallecimiento en 1950, fue Carlos Tartiere, siendo su sucesor Pedro Miñor Rivas.
Condensar toda la historia del equipo en estas líneas es imposible y buena parte de ella se queda necesariamente en el tintero. Saltamos a la temporada 71-72 en la que el equipo logró ascender a la división de honor. Para tranquilidad de mis hijos y en mi descargo, decirles que aún recuerdo nombres de aquellos años: Lombardía, Carrete, Juan Manuel, Tensi, Uría, Iriarte, Javier, Chuso, Galán, Juan María y Crispi (he hecho un poco de trampa porque no recordaba alguno...). Al año siguiente llegaría el mítico Marianín, que sería Pichichi. Un equipo que lograba ilusionar a muchos críos de entonces, aunque será por eso de que las alegrías duran poco en casa del pobre, bajó a los infiernos de nuevo en la temporada 73-74.
Años muy turbulentos se vivieron de nuevo no hace mucho; espero y confío, se tornen en años de éxitos y gloria. La proyección internacional que está tomando el equipo y los resultados recientes presagian un futuro mejor. Ojalá. Sus seguidores lo merecen. Y es que será difícil encontrar a una afición como ésta. Siempre con el equipo: en las duras y en las maduras. Nunca lo abandonaron, ni en los días en los que vagaba por campos de Tercera, ni cuando manos insensatas administraban su destino, ni cuando desde el Ayuntamiento impulsaron un nuevo proyecto con apoyo del Alcalde y sus concejales del equipo de gobierno. Esa lealtad incondicional, no me cabe duda, es la que salvó a un Real Oviedo asomado al abismo de la desaparición.
Felicidades al Real Oviedo por estos 89 años de vida. Felicidades a su afición de la que la ciudad ha de sentirse orgullosa. Y sobre todo, que pronto veamos al Real Oviedo donde tiene que estar: en Primera. La afición y la ciudad bien lo merecen.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/15/hala-oviedo/1741576.html

miércoles, 8 de abril de 2015

OVIEDO Y EL YANTAR, TODO ES EMPEZAR

El Otero

Oviedo y el yantar, todo es empezar

Las casas de comidas que hubo en la ciudad

08.04.2015 
Oviedo y el yantar, todo es empezar
Oviedo y el yantar, todo es empezar
Que en Asturias se come muy, muy bien es como decir que llueve para abajo. Obvio. Ergo, en Oviedo, muy, muy bien se come. Y se ha comido. Si pretendiera condensar en estas pocas líneas la historia de la gastronomía local temo que me pasaría como aquel niño de la historia de San Agustín que intentaba meter el agua del mar en un pozo: misión imposible. La nómina de buenos bares, tascas, restaurantes, casas de comidas, chigres, sidrerías, fondas... es muy larga; pongamos sólo algunos ejemplos para hacer un test de memoria a los más veteranos: Casa el Fuín (1870-1957), donde era especialidad el guisado de gatos. Casa Bango (1872-1971), la tortilla de merluza la recordarán muchos (yo no); del derrumbe del edificio también se acordarán muchos (yo tampoco). El Cantábrico, nacido en 1875. Creo recordarlo en la esquina de Nicolás Soria. En el nuevo emplazamiento, al otro lado de la calle, estuvo hasta 2009. De fama eran su merluza a la cazuela, los callos, y el "Desarme". Casa Cecchini, fundada en 1885, los pimientos en vinagre eran afamados. La Morrina, con su inigualable preparación de caza. Casa el Rey (1906-1943), tortilla de setas, callos y fabada figuraban como sus especialidades. Pensión Elvira (1907-1973), un día a la semana había langosta. Casa el Ferreru (1911-1954), por dos pesetas una ración de salmón. Casa Patas (1911-1961), reconocidos los callos. Casa Tuto (1916-1972), dicen que preparaba la liebre con fabes como nadie. Casa Modesta, fundada en 1924. La fabada, un clásico; y era la más económica. Restaurante Sisters (1935-1947), el lujo: langosta a la armoricana, una delicatessen... En fin, nombres para la historia de la ciudad que, obviamente, ni de lejos conocí pero que están recogidos, junto con muchos más, en un libro esencial para conocer nuestra historia chigrera y gastronómica: "Hostelería del viejo Oviedo. Historia y anécdota", de Luis Arroes Peón, publicado en 1974 y acertadamente reeditado en 2011 por LibrOviedo. Disfrutarán con su lectura.
La prueba que les propongo ahora, como si este artículo fuera interactivo, es un ejercicio de memoria individual; venga, ¡ánimo! Busquen en sus propias vivencias y experiencias y saquen del fondo de ese inmenso saco de los recuerdos aquel bar o restaurante, que por el motivo que sea, les trae los mejores recuerdos; mejor dicho, el mejor regusto... Ejemplo: primeros pinchos de tortilla pagados con los escasísimos ahorros, como los del Mesón del Abuelo. La sopa de marisco que comíamos como algo totalmente excepcional cuando de Pascua en Ramos alguna visita foránea aconsejaba el exceso de ir a "comer fuera"; al Marchica Rojo, sin ir más lejos. Cada uno tiene el suyo, ¿o no? Nombres, sabores, olores...
Y como muestra de tantos otros que, no sin esfuerzo, han conseguido mantener un nivel excelente en la hostelería local, permítanme citar a uno de los veteranos, superviviente desde 1898: Casa Lobato. En un magnífico entorno, con una cocina excepcional y una atención de primera, testigo de tantas celebraciones familiares.
Así pues, no es de extrañar que siempre que tengo el gusto de hacer de anfitrión de amigos o compañeros que nos visitan, uno de los regalos que se llevan en los sentidos, de los muchos y buenos que ofrece la ciudad, es la satisfacción de comprobar que en Oviedo, como el rascar, el buen yantar, es todo empezar.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/08/oviedo-yantar-empezar/1738151.html

miércoles, 1 de abril de 2015

MIRANDO ESCAPARATES

El Otero

Mirando escaparates

Reflexiones durante un paseo por el centro de la ciudad en plena Semana Santa

01.04.2015 
Mirando escaparates
Mirando escaparates
La ciudad siempre muestra algo nuevo al que la pasea con calma y ojos curiosos. En este final de marzo, con fechas marcadas en rojo en el calendario, me place quedarme aquí y vivir, sin prisa, unos días de serena tranquilidad. Días en los que las calles se queman con gotas de cera como lágrimas emocionadas. Días en los que los ecos de las cornetas y los tambores suenan como llantos esperanzados en medio del silencio y los nazarenos, con sus corazones teñidos de morado y negro y henchidos de emoción contenida a lo largo de todo un año, sienten los nervios aflorar. Con curiosidad, me asomo a esas calles. En mi andar observo un goloso escaparate. Y atrapa mi mirada. Una confitería en la que los huevos de Pascua aguardan a los generosos padrinos. Otro contiguo ofrece, tentador, suculentos bocados cofrades que se muestran exquisitos; dentro de un rato... Un poco más allá luce un hermoso cartel en el que se nos invita a disfrutar de una cercana Semana Santa declarada de interés turístico nacional. Arte e historia. Mezcla idónea, sin duda. Me propongo una visita para algún año de estos. Otro de los escaparates que se cruzan en mi camino me informa de que ya es primavera; mira que atentos, por si no me había dado cuenta aún, supongo. Agradezco la valiosa información y prosigo mi caminar.
Mi atención se centra ahora en uno inundado de anuncios de ofertas de viajes. Bien está aprovechar estos días para una escapada. Sin duda. Me imaginaba ya, totalmente abstraído, a la plácida sombra de una palmera cuando me sorprendió un reflejo en el cristal: la figura procesional de un Cristo. En silencio. Y esa imagen me dejó pensativo. Si como decía Cicerón, pensar es como vivir dos veces, intento vivir ese instante como a cámara lenta. Sin girarme. Las finas y blancas arenas se desvanecen y me quedo atrapado en ese reflejo. ¿Qué representa la imagen de ese Jesús vencido, humillado, aparentemente derrotado? ¿Qué sentido tiene esa procesión? ¿Por qué y para qué? ¿Es esta semana una semana más? ¿Qué sentirán los que acompañan a los pasos? ¿Qué aportará a los que, como yo, somos meros espectadores? Cada uno habrá de buscar su propia respuesta, supongo todas pueden ser válidas. Me giro. Y el silencio no puede evitar que sienta el clamor de otros flagelados de hoy que ni podemos ni debemos olvidar, conciudadanos que viven y sufren su particular calvario: parados a los que se les roba el futuro. Desahuciados, exiliados de su propio hogar. Mujeres maltratadas, violencia que no cesa, barbarie inexplicable e incalificable. Niños a los que se les roba la infancia. Enfermos abandonados a su destino. Asesinados a manos de criminales que prostituyen a Dios y en su nombre siembran el terror, la mayor de las blasfemias. Clamor de las víctimas de la corrupción. De la indiferencia. Del odio. De la avaricia. De la soledad. Damnificados por la especulación de los que juegan en mercados remotos con la vida y la dignidad de miles. De la injusticia en todas sus formas. Realidades cercanas e incómodas.
En la sombra de su manto se proyecta una llamada a la acción. A la coherencia. A la solidaridad. A la fraternidad. A no olvidar.
Esas imágenes que procesionan por nuestras calles han de ser llamada y respuesta. Testimonio de un mensaje, vivo y vigente, de esperanza. O no serán nada.
Se desvanece el reflejo y me quedo en mis propios silencios llenos ahora de miles de voces estampadas contra unas palmeras que nunca sentí tan lejanas.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/01/mirando-escaparates/1735541.html