domingo, 23 de mayo de 2010

Miedos del Naranco

MIEDOS DEL NARANCO

A lo largo de los cuatro años en los que tuve el honor de representar a los ovetenses en nuestro ayuntamiento, las páginas de La Nueva España albergaron hasta en seis ocasiones artículos del que suscribe con el Naranco como fondo. Fue precisamente el Naranco, una de las mayores motivaciones a la hora de incorporarme a la lista del PSOE, como sin duda, fue siempre una prioridad para el partido en Oviedo.

Desde el inicio del mandato fue una tarea continuada la de llamar a distintas puertas para urgir planes y proyectos de recuperación del monte, porque consideraba que Oviedo había vivido en parte de espaldas a este magnífico espacio y que los ovetenses teníamos una deuda histórica con el Naranco; por eso, fue una gran noticia el hecho de que el gobierno regional impulsara el plan de Parque Periurbano. Poco a poco el proyecto fue avanzando con sus luces y sus sombras, pero hoy ya podemos caminar por sus sendas y disfrutar de este paraje sin igual en el municipio.

Pero no debemos caer en el conformismo. Quedan cosas por hacer y hay muchas situaciones, a mi juicio, que se pueden mejorar y es ahí, donde las administraciones deben de tomar las medidas necesarias para evitar situaciones que desvirtúen el camino emprendido de protección y cuidado de nuestro querido monte.

Y es que el Naranco, no es un montón de piedras y vegetación. No es un espacio muerto e inerte. Tiene vida. Tiene alma. Y tiene miedos.

Tiene miedo a que ese tumor que roe sus entrañas siga avanzando más allá de lo estrictamente necesario. En declaraciones a la Nueva España, De Lorenzo decía refiriéndose a la posible ampliación de las canteras: “mientras yo sea alcalde, el Naranco no se toca”. Cierto es, puesto que desde que es alcalde, la administración que preside no ha hecho nada por el monte, salvo permitir a lo largo de estos años que la presión urbanística sea cada vez mayor, por cierto, otro de los miedos recurrentes que atenazan al monte; pero en el caso que nos ocupa, esperemos que todas las partes implicadas lleguen a un acuerdo y ese agujero inmenso que desgarra su interior, no sólo no vaya a más, sino que se pueda ir poco a poco recuperando.

Líneas eléctricas. Le ponen los pelos de punta al pobre… Se anuncia recientemente que se eliminarán parte de las que pasan por la ladera sur; muy buena noticia sin duda y acreedora de elogios. Pero a los vecinos de Villamorsén y Llano, parece que no les causa alegría, puesto que para eliminar esas líneas, se refuerzan las que pasan por encima de sus casas ¡vaya negocio! Es indiscutible que un suministro eléctrico de calidad y con garantías en preciso, pero no es menos seguro que hay alternativas menos agresivas, como cruzar el tendido a la ladera norte más al oeste, por zona con impacto mucho menor, tanto visual como sobre núcleos habitados. Esperemos que también aquí, las partes implicadas encuentren la solución menos mala.

Hay otro miedo que le hace literalmente temblar. Y es que las nuevas pistas abiertas para uso peatonal y ciclista, son usadas con más frecuencia de lo deseable por motoristas y coches. No sé si el Naranco es el sitio idóneo para una escuela de trial, con todo el respeto del mundo a este colectivo, quiero suponer que si están ahí es porque pueden; pero lo que sí sé, es que no se debe permitir a estos motoristas, otros cualesquiera o coches particulares, el usar las pistas peatonales para transitar por ellas porque es absolutamente contraproducente en un espacio protegido.

Y alberga más temores aún: sus accesos y carreteras. La AA.VV “Fuente de los Pastores” lleva años esperando la acera prometida por el equipo de gobierno municipal. Promesas reiteradas por diversos concejales y nunca cumplidas. El acceso peatonal por la Avda. de los Monumentos sigue conllevando no pocos riesgos. Y como no mencionar el estado de la carretera que une S. Lázaro de Paniceres con los núcleos de Las Campas, el Carbayón, Villamorsén, Llano, Llampaya y Ules. El estado del firme cada vez está más deteriorado y ya ni se limpian las cunetas. Los peatones se tienen que meter por el centro casi de la calzada para no acabar enganchados por los escayos, los coches se cruzan con dificultad… ¿Dónde quedó la afirmación del alcalde pedáneo, transmitido por escrito a los vecinos, de que el arreglo de la carretera era una promesa en firme de Gabino de Lorenzo? Como tantas otras, en nada. Humo.

Y confiemos en que pronto se aborde el ambicioso proyecto de recuperación forestal dentro del marco del plan del Parque Periurbano, lo que a buen seguro redundará de forma muy beneficiosa en todo el monte.

No hay que caer en el catastrofismo ni en la crítica fácil, pero sin duda el Naranco puede y debe mejorar. Y para ello es necesario sumar voluntades y esfuerzos para poder legar un Naranco mucho mejor del que encontramos y para que esos miedos que le asedien pasen a ser viejos temores infundados. Es necesaria la colaboración en positivo, porque el Naranco es un patrimonio de todos. Como decía el lema de una exitosa campaña que se hizo en Vallobín en los ochenta para recaudar fondos para la construcción de un nuevo centro parroquial: “El esfuerzo de todos, al servicio de todos”.

Ese es el mejor remedio para avanzar.



Publicado en La Nueva España el 25 de septiembre de 2009


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