lunes, 16 de enero de 2012

Una nueva reflexión sobre el Naranco

Reflexión sobre el Naranco

La ampliación de la cantera de Brañes muestra que es necesaria una defensa urgente y decidida del parque periurbano







Reflexión sobre el Naranco
Reflexión sobre el Naranco

CARLOS FERNÁNDEZ LLANEZA EX CONCEJAL DEL PSOE

«La tierra no es el feudo de ninguna generación; es un arrendamiento a los hombres de por vida»

Cada uno tiene sus propias pasiones y querencias, y que el Naranco se encuentra entre las mías es sobradamente conocido aunque sólo sea por la cantidad de veces que me asomé a esta tribuna enarbolando la bandera de la defensa de nuestro emblemático monte; y por eso lo hago de nuevo para compartir con quien me quiera escuchar una nueva reflexión, y para alertar, tristemente, de los peligros que se ciernen de forma recurrente sobre él.

Como es sabido, en el BOPA del 31 de diciembre último, salía a información pública el estudio de impacto ambiental correspondiente al proyecto de ampliación de la cantera propiedad de Caleros de Brañes, que pretende dar un nuevo tajo al Naranco de 71.600 metros cuadrados. Éste es el dato objetivo, con la peculiaridad de que esta ampliación afecta al ámbito del plan territorial especial del parque periurbano del Naranco. No entraré obviamente, en aspectos legales, repercusiones laborales, económicas, etcétera, que esta ampliación conllevaría; la propia memoria explicativa del plan lo contempla cuando dice, entre otras cosas, al respecto: «Una vez analizado convenientemente el tema de las actividades extractivas en el ámbito del plan, se plantea un importante dilema de muy difícil solución ya que, atendiendo a los objetivos prioritarios del parque, se trata de un uso no deseable, con una enorme incidencia ambiental y paisajística, un fuerte rechazo social y difícilmente compatible con las actividades y funciones que se pretenden promover». (BOPA 23-6-08)

Sin duda, se trata de un asunto complejo, pero no por ello debemos evitar reflexionar sobre ello y sobre el Naranco que queremos legar a nuestros nietos. Es difícil equilibrar la actividad minera con un proyecto de preservación medioambiental que contempla, entre sus objetivos generales, los de «mejorar la calidad ambiental y preservar el patrimonio cultural y paisajístico» además del siguiente objetivo particular: «Los entornos periurbanos se caracterizan, entre otros aspectos, por su componente medioambiental, que abarca todos los elementos que constituyen el medio natural. Estos elementos deben ser preservados, restaurados e integrados en el conjunto de funciones del parque. Por otra parte, este espacio ha de contribuir de forma decisiva a la preservación y mejora de la precaria conectividad ecológica del área central de Asturias». Poco más hay que añadir. Obviamente, todos queremos luz en casa, y nuestra sociedad necesita materias primas para progresar; pero como en todo, hay que buscar el equilibrio y las opciones menos agresivas, y es por tanto tarea de las administraciones públicas la búsqueda de soluciones que favorezcan el desarrollo sostenible. En el caso que nos ocupa, la Administración regional debería impulsar el desarrollo del plan del parque periurbano de forma urgente y decidida; queda mucha tarea por hacer y espero que la política medioambiental de nuestro Gobierno regional sea mejor que la de, por ejemplo, permitir talar 23 hectáreas de arbolado de gran valor en el Parque Natural de Fuentes del Narcea, limítrofe con Muniellos y zona osera donde las haya y en la que se están haciendo inversiones multimillonarias en preservación del espacio osero. Con una mano doy y con otra quito... de traca.

Y a nuestra Administración municipal le pediría que no se olvide del Naranco, que es uno de los mayores activos de nuestra ciudad y en el que aún se cometen muchas tropelías urbanísticas y medioambientales que, curiosamente, pasan desapercibidas. El Ayuntamiento dispone de una herramienta que, bien utilizada, puede dar mucho juego: el Consejo Municipal de Medio Ambiente, creado un lejano 6-11-1990 siendo alcalde Antonio Masip -quien, por cierto, contempla llamar la atención de las autoridades europeas con relación a la ampliación de la cantera- y cuyo reglamento se aprueba el 2-8-1991 bajo la Alcaldía de Gabino de Lorenzo, aunque no llegó a reunirse hasta el 18-12-2006 tras numerosas y reiteradas peticiones del que suscribe; aunque con poco éxito, porque sólo llegó a reunirse en un par de ocasiones. Y es que en ese consejo municipal están representados todos los que tienen algo que decir en cuestiones medioambientales, y como es el caso, sobre el Naranco. Me parece un espacio privilegiado de escucha, de debate y reflexión demasiado interesante y capaz como para permitir que siga durmiendo el sueño de los justos. Nuestro Ayuntamiento tiene también la potestad de dirigirse a otras administraciones para pedirles que cumplan con sus obligaciones en materia medioambiental.

Hoy es una ampliación de una cantera la que levanta voces en contra y habrá que reflexionar y debatir sobre ello. No es de recibo que el municipio de Oviedo concentre la mayor cantidad de canteras de Asturias, en torno al 75% de explotación de caliza, y buena parte en el Naranco. Y no sólo se trata de conceder permisos de ampliaciones o no, sino de velar por el debido cumplimiento de las condiciones de la licencia, estado de los planes de restauración, cumplimiento de las condiciones de protección medioambiental, etcétera. No vale todo, y en nombre del desarrollo industrial no debemos ni podemos permitir continuar deteriorando el mayor patrimonio natural de la ciudad, o como ocurrió en su día en Llagú, arrasar un castro cuyo origen se remonta al s. V a.c.

En definitiva, insisto en la conveniencia de que todos miremos hacia el Naranco. Que lo protejamos y preservemos; que lo mejoremos. Que escuchemos las alertas que desde hace años vienen lanzando quienes mejor lo conocen: Amigos del Naranco, Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, ANA, y tantos como a diario disfrutan de sus caminos, viven en él o lo sienten como algo propio y familiar. No quisiera dar la razón a ese autor anónimo que dijo: «Es increíble que la Naturaleza pida a gritos ayuda, pero más increíble es que nadie la escuche».

Publicado en "La Nueva España" el 16 de enero de 2012

http://www.lne.es/oviedo/2012/01/16/reflexion-naranco/1184470.html