miércoles, 29 de enero de 2014

LA CHISPA DE COLLOTO

http://www.lne.es/oviedo/2014/01/29/chispa-colloto/1534865.html

El Otero

La chispa de Colloto

Los despidos anunciados en la fábrica de Coca-Cola

29.01.2014 
La chispa de Colloto
La chispa de Colloto
Donde éramos pocos parió la güela. No bastaba con Suzuki, Tenneco, Santa Bárbara y el largo reguero de despidos y cierres que están a punto de convertir a Asturias en un páramo industrial. Ahora otra factoría, la de Coca-Cola (Asturbega) que, aunque afincada en Siero, la sentimos también ovetense, baja la persiana y el último que apague la luz. La chispa de la vida que nos vendía sonrisas, alegría y felicidad dice que ahí os quedáis y que se siente. 87 de los 102 trabajadores de la planta se enfrentan a un futuro incierto, máxime cuando la compañía dice que "el cierre no está sujeto a discusión. La decisión está tomada". ¡Olé sus bemoles!
Creo que todos conocemos o hemos conocido a alguien que trabajaba en Coca-Cola y por los que sentíamos cierta envidia al imaginarlos todo el día bebiendo refrescos de gorra; cómo no recordar, por ejemplo, al gran Cándido García Riesgo. Muchos de los escolares de la EGB teníamos, como visita escolar ineludible, la planta de Coca-Cola, en la que mirábamos, sorprendidos y alucinados, el correr procesional, apurado y efectivo, de las botellas en aquel proceso alquímico, casi mágico. Buscábamos en los lugares más recónditos de la planta una caja fuerte, bien fuerte, en la que estuviera custodiada bajo siete llaves la fórmula secreta de la Coca-Cola, que también son ganas, mira tú. Salíamos de allí alucinados y cargados de bolis, globos, gorras o estuches. Alguno soñaba con ganar el premio literario que organizaba la marca cada año entre escolares, aunque, claro, difícil ganar si uno no se presentaba...
Pasó no hace mucho con otra marca emblemática, Chupa Chups en Villamayor, de la que creo que nos sentíamos orgullosos de su raigambre asturiana. Dos décadas atrás, otra industria emblemática de Colloto pasó también a la historia: Cervezas El Águila Negra. A ver quién no recuerda los cientos de carteles de bares con aquel bávaro bonachón, jarra de cerveza en ristre, o el avión que sobrevolaba las playas en verano publicitando la cerveza collotense; una empresa pionera en lo que ahora dan en llamar "merchandising", vamos, publicidad de toda la vida...
En fin, marcas y empresas de siempre que, como la juventud del poema de Rubén Darío, se van para no volver.
No hace muchos meses que, bajo el título de "pintan bastos", hablaba en estas líneas del rosario de cierres en el comercio local y la crisis que afrontaba; lamentablemente, las cosas parece que no pintan mejor y no puedo dejar de sentir preocupación por un futuro económico cuanto menos preocupante para Asturias y que ya, triste realidad, está obligando a nuestros hijos a emular a Pepe, el personaje de la película de Pedro Lazaga que interpretaba el genial Alfredo Landa, cogiendo su maleta y poniendo rumbo a Alemania o a mejores destinos donde encuentren lo que parece que aquí se les niega.
Quiero ser optimista y confiar en la pronta recuperación económica, en nuevas iniciativas empresariales, en el futuro de nuevos sectores como la biotecnología; confiar en el espíritu emprendedor que fue signo de identidad de los asturianos allá dónde fuimos, como el de Pepín Rodríguez, magnate del tabaco en Cuba y uno de los fundadores del Centro Asturiano de La Habana, benefactor del pueblo de Colloto y que, entre otras cosas, financió sus escuelas.
Pero lo cierto es que la dura realidad, en forma de dardo envenenado, se clavó en pleno centro de Colloto, pueblo singular que comparte sus raíces, río Nora por medio, entre su ser ovetense y el vecino concejo de Siero, y que, una vez más, llora la pérdida de una industria esencial.
Asturias, Oviedo, Colloto, merecen un futuro mejor. Hoy son los trabajadores de la planta de Coca-Cola los que ven un negro porvenir, mañana, quién sabe. De momento, la chispa de Colloto parece apagarse...

miércoles, 22 de enero de 2014

EL CAMPO. SIMPLEMENTE, EL CAMPO.

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El Otero

El Campo, simplemente el Campo

La necesidad de rescatar la esencia de bosque del corazón de la ciudad

22.01.2014 
El Campo, simplemente el Campo
El Campo, simplemente el Campo
Llueve. La pronta anochecida de este frío domingo invernal me encuentra atravesando el Campo San Francisco. Nuestro Campo. Las calles mojadas reflejan las luces, tenues y mortecinas, que, a duras penas, intentan alumbrar mi, raramente hoy, calmo caminar. Y, tal vez, imagine en los irisados reflejos de los charcos recuerdos del niño que fue y que hoy ve, en la propia memoria, el Campo que también fue. Generaciones de ovetenses atesoran, a buen seguro, montones hilvanados de remembranzas de ese gran patio de juegos, marco de encuentros, de paseos, de amoríos tempranos, de oscuridades inconfesables... Recuerdos que se acumulan, cuidados y acariciados, por décadas en la historia local desde los tiempos lejanos en los que en el siglo XIII, en 1212, según la tradición, fray Francesco, "Il Poverello" de Asís, acompañado de fray Pedro Compadre, pasara por Oviedo camino de Santiago y levantara en las afueras de la ciudad una pequeña ermita. Fue fray Pedro el encargado de la fundación de un convento de frailes menores que con el tiempo derivó en el convento de San Francisco, y el Campo pasó a ser Campo de San Francisco como huerta de los frailes. Desde entonces, la historia de Oviedo fue la historia del Campo.
Mis recuerdos llegan hoy, frescos y vivaces, hasta los barquilleros, ruleta incluida, alquimistas artesanos de aquellas exquisitas galletas de miel que tanto gustaban a la osa "Petra", tan golosa ella; y de los barquillos, que los patos, insaciables, picoteaban sin fin. A los exquisitos caramelos de limón y los cucuruchos de arroz de los que nos surtíamos en el quiosco de la Chucha, hoy tristemente olvidado y por nadie querido, arroz que dábamos en el palomar a una legión de palomas revoltosas y ansiosas. A las bolsas de patatas Felisa del Aguaducho. A los absurdos paseos mateínos sin rumbo a la espera de un fortuito encuentro adolescente. Al agua fresca de la fuente del Caracol. A La Herradura, escenario oculto y prohibido. A bollos sobre el frescor festivo de la yerba en el ocaso de septiembre. A la cita ineludible con la Balesquida y la tradición secular del Martes de Campo. Al miedo de cruzarlo de noche para atajar y no llegar más tarde, asaltado por imaginarias sombras acechantes que nunca faltaban. A un oasis en el que, si en verano te situabas en el centro, ni oías el ruido del tráfico ni veías los edificios que lo circundan. Sí. A buen seguro el Campo es el punto geocéntrico en el que convergen miles de recuerdos carbayones.
Hoy me temo que la fronda franciscana, como suele definirlo mi querido Antonio Masip, cada vez es menos fronda. Ahora sí se ven los edificios y sí se oye el ruido del tráfico. Ha ido dejando, poco a poco, como pelos en la gatera, su esencia de bosque. La semana pasada, contaba en estas líneas que en la carta que Avello escribía en nombre de Manolín en 1996, éste pedía un "planín de choque" para recuperar el Campo San Francisco. Hoy, esa petición sigue vigente. El deterioro del hormigón impreso que en su día se puso es notable. Sobran agresiones y falta mayor cuidado, y no me refiero al que día a día dan los eficaces trabajadores del servicio de Parques y Jardines. Me refiero a que quizá sea llegada la hora de buscar alternativas a tantas casetas, carpas y demás. A buscar la figura idónea para protegerlo. A rescatar su espíritu nemoroso; recuperar el bosque que fue. Noventa mil metros cuadrados de esencia ovetense, centro neurálgico de la ciudad que, sin duda, concentran realmente un sentimiento, casi sagrado, para todos los que, en mayor o menor medida, hemos sido parte de sus días y savia en su recuerdo.

AÑO NUEVO, TITULARES NUEVOS

http://www.lne.es/oviedo/2014/01/15/ano-nuevo-titulares-nuevos/1527793.html?fb_action_ids=553117598112321&fb_action_types=og.recommends&fb_source=aggregation&fb_aggregation_id=288381481237582

El Otero

Año nuevo, titulares nuevos

Las noticias que deberían protagonizar 2014

15.01.2014 
Año nuevo, titulares nuevos
Año nuevo, titulares nuevos
El bueno de Manolo Avello, que ya va para doce años que se nos fue -¡cómo pasa el tiempo!-, tenía costumbre de ceder a principio de año, amablemente, su habitual columna en LA NUEVA ESPAÑA a Manolín, 7 años, para que éste enviara su carta a los Reyes Magos; en ella Manolín pedía todas las cosas que, a su juicio, precisaba nuestra querida ciudad de Oviedo. No pretendo yo plagiar a Manolín, claro; Manolín sólo hay uno, pero es inevitable cuando uno estrena el libro del año nuevo y lo abre, crujiente y oloroso, pensar en qué pedimos al neófito, qué nos deparará el viaje que, expectantes, iniciamos. Cuántos días por vivir, cuántas páginas por escribir; unas alegres, esperanzadas y divertidas; otras, sin duda, tristes, penosas, dolorosas quizá... Nuestro Ángel González ya decía que "para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho".
Así que ante esa incógnita, dejando de lado los anhelos y los deseos personales, que haberlos claro que los hay, pienso en lo que me gustaría ver escrito en los titulares de papel con los que vamos a desayunar las próximas semanas, con relación a la ciudad. ¿Qué nos encantaría encontrar a la vuelta de la esquina de cualquier lunes?
Por pedir que no quede. A nosecuantísimas columnas el titular que dijera: "Oviedo alcanza el pleno empleo". Y luego, claro está, como consecuencia, mejoran los índices de confianza, de consumo, el comercio local despega, mejora la venta de viviendas, sin agotar la partida de becas para libros y para comedores escolares, etcétera, etcétera.
Otra noticia que ya desearía leer tendría que ver con el cese del litigio por "Villa Magdalena": "El Consistorio logra un acuerdo por el que no tiene que pagar ni un euro más". U otra que dijera: "Cinturón Verde logra vender todas sus plazas de aparcamiento", estaría bien. ¿Y no les gustaría leer una que dijera que Jovellanos XXI y Calatrava deciden hacerse cargo del "Centollu", perdón, del Palacio de Congresos y, además, asumen el costo para que, finalmente, la visera, sin embargo, se mueva. ¡Coime! ¡Qué menos!
Otra: "El Ayuntamiento y el Principado firman un convenio para la inmediata recuperación integral del Naranco" Buf... que gustirrinín sólo de pensarlo.
Más, claro: "El Oviedo logra el ansiado ascenso y se lo dedica a su afición en un espectáculo sin precedentes en el Tartiere". ¡Tiene que llegar, coño!
Claro que me gustaría ver también: "Santa Bárbara retoma planes de inversión en Trubia y la factoría vuelve a funcionar a pleno rendimiento". ¿O no se lo merece Trubia?
¿Qué pediría usted? Seguro que quedan titulares y titulares, pero esto da de sí lo que da; además, como hay cosas que no cambian, tomo prestadas algunas de las peticiones de Manolín, 7 años, del 5 de enero de 1996, que claro que me agradaría ver convertidas en titular destacado: "La paz, la justicia, la libertad. Una auditoría implacable para erradicar babayos, faltosos y mazcayos. Y otra para disponer de un registro fiable de chorizos. Un planín de choque para recuperar el Campo San Francisco. Planes planificados para los pueblos del concejo. El destierro de la envidia y de los grandones. Que nos aclaren cuántos millardos tiene España de pufo. Calma y serenidad para los ovetenses, que ya estamos hasta el tapín de tanto gilipollas. Asturias, patria querida, ten un poco de paciencia, que no hay mal que cien años dure. Oviedo ha vivido tiempos muy duros, así que esto de hoy es una fruslería. Y la paz".
Manolín, 7 años, dixit.
Pues eso.

lunes, 6 de enero de 2014

JUGAR ES VIVIR

http://www.lne.es/oviedo/2014/01/06/jugar-vivir/1523518.html



Jugar es vivir

El comercio tradicional de la ciudad, fundamental en la Navidad de los niños

06.01.2014 
Jugar es vivir
Jugar es vivir
Mi admirado Pablo Neruda decía: "En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta". Como siempre, Neruda, certero con sus palabras.
Todo niño tendría que ser niño y tener una infancia que fuera su pequeño paraíso en el que poder crecer, feliz y despreocupado, viviendo ese tiempo en el que sin darnos cuenta, cada día, abríamos un poco más nuestra puerta esperando que el futuro entrase por ella.
Los que tuvimos la suerte de vivir una infancia de barro en las botas, verdín en la ropa, calle sin límites y libertad en la mirada, poco necesitábamos. Unos banzones, unas chapas, unos palos, ingenio, imaginación y ganas de jugar... ¡muchas ganas de jugar! Según las modas o la época del año. Y aunque éramos capaces de fabricar un tirachinas fantástico, o una carioca, o un patinete, o un futbolín -que hacerlos los hacíamos-, mentiría como un bellaco si dijera que no escribíamos también nuestras buenas cartas a SS MM los Reyes Magos de Oriente, que, como agua de mayo, esperábamos ansiosos cada 6 de enero. Recuerdo con nerviosismo aún (aviso: se avecina parte abuelocebolletista) que en el Picu Paisanu, en la víspera de Reyes, se encendía una gran estrella que servía para enardecer nuestra fantasía e imaginación y convertir el Naranco en un gran campamento repleto de fabulosas tiendas, camellos, pajes, cajas repletas de juguetes, a la espera de la hora mágica de ir, casa por casa, sembrando en esa noche especial un enorme torrente de ilusión. Y SS MM tenían fácil, en Oviedo, encontrar dónde mercar nuestros deseos, porque el comercio ovetense también ofrecía buenas jugueterías.
Buena parte de las vacaciones escolares de Navidad las dedicábamos a recorrerlas diariamente en busca de las novedades del año, o para facilitar la tarea a Aliatar y Cía. y orientarlos, así, con más tino.
Hasta podría decir dónde se surtieron SS MM en algunos de sus presentes: el fabuloso Scalextric, el Mecano, el Exín Castillos, el Quimicefa, el Magia Borrás y el Rescate Espacial, en Navarro, que aún existe, afortunadamente, y es un clásico para ya unos cuantos ovetenses. Simago también disponía en estas fechas de una buena sección de juguetes. Al Pelayo lo mismo; era en una de las plantas superiores, de allí vino una ametralladora con sonido y luz anterior a la época de "no a los juguetes bélicos". "Todo cuanto sus hijos pidan en sus cartas podrá admirarlo en Al Pelayo". Botas, "Un mundo de juguetes", como no podía ser menos, también disponía de su sección. Giovi, donde, año tras año, naguaba viendo la bici de GAC que, malo debí de ser, nunca me trajeron... De Bazar Oviedo, en la calle Palacio Valdés entonces, me vinieron unos cuantos de los Madelman, aún conservo alguno, y unas casas de poblados del Far West que eran geniales. Lacazette también era de los que ponían sección de juguetes que no era ocasión de dejar pasar. Y así sabíamos a la perfección qué y dónde, por eso de facilitar la tarea, vamos...
Los nervios y la ilusión que sentía de niño al ver aparecer por el inicio de la calle Uría las carrozas con los Reyes Magos no tienen comparación, creo, con nada de lo vivido después. Años más tarde pude sentir algo parecido al evocar aquellos sentimientos pasados en la mirada, nerviosa, impaciente y contagiosa, de mis hijos.
Quizá tuviera razón Chesterton cuando decía que lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa en ella es una maravilla...

jueves, 2 de enero de 2014

EL RESUMEN QUE NUNCA SERÁ.


http://www.lne.es/oviedo/2014/01/02/resumen-sera/1522001.html

El resumen que nunca será

El día a día de muchos ovetenses anónimos durante el año 2013

02.01.2014
El resumen que nunca será
El resumen que nunca será
El año 2013 es un viejo barco achacoso al que despedimos, sospecho, sin mucha pena. A bordo va el cargamento de lo que, para bien o para mal, fue. Creo no errar si digo que ha sido un año complejo, difícil en muchos aspectos -¡puñetera crisis!-, así que tanta paz lleve como descanso deja. Por el momento, abriremos el nuevo calendario expectantes, curiosos, esperanzados. Y ya veremos...
La fecha es, por tanto, adecuada para los inevitables resúmenes de noticias. Casi ningún periódico se resiste a echar una mirada atrás y recopilar las noticias que, en su día, nos mancharon los dedos de tinta. Intento rebobinar los días y, claro, aparecen multitud de imágenes, de nombres, de instantes de lo que las horas dieron de sí; de lo que la ciudad vivió y sintió y quedó, para siempre, transformado en noticia impresa que un día sostuvimos en las manos. Francamente, cuesta acordarse de muchas de ellas; el tiempo, ese río que, para Marco Aurelio, arrasa rápidamente todo lo que nace, se encarga de llevar esos recuerdos al cajón del olvido, aunque para eso están las hemerotecas, los servicios de documentación, etc. Pero también hay noticias que han sido y no son, y con ellas pretendo hacer mi particular resumen del año, venciendo la tentación de sacar un buen ramo de cerezas, unas a otras enganchadas, del saco de las noticias locales de 2013; pero no, hay multitud de personajes que conforman el día a día de nuestra ciudad, que configuran el presente y el futuro de nuestra sociedad con su esfuerzo, su paciencia, su resignación, sus ilusiones, sus frustraciones, sus penas, sus esperanzas, sus miedos, su rabia, su impotencia, su dolor, su alegría... y nunca serán noticia en ningún sitio. Juan Nadie, por ejemplo, que cada mañana se levanta a las siete de la mañana para ir a un trabajo de mierda, por el que percibe una mierda de salario en unas condiciones de mierda: ya, ya... podría decirlo de otra manera, pero ¿a que se entiende bien? Además, él así lo siente. O Fulanito de Tal, con el subsidio de desempleo agotado, que no sabe qué va a hacer para poder dar de comer a su familia. O Menganito de Cual, que ve cómo su pensión mengua más y más, porque lo poco que le sobraba se le va como el agua de un cesto ayudando a hijos y nietos. O Zutanita de Tal, que mira la vida pasar desde detrás de su ventana, sola, como una viajera pasiva que ya no sabe muy bien adónde va. O José Quién, autónomo, que con una pequeña furgoneta se pasa casi todo el día vendiendo al por menor, siempre sonriendo, a pesar de que apenas saca para mantener a su familia, en la que uno de sus hijos padece una importante discapacidad que precisa cuidados constantes. O Floro Albur, que se quedó sin un trabajo muy bien remunerado en una gran compañía y seguía saliendo cada mañana de casa con su traje impoluto, sin decir nada, para no preocupar a su mujer y a sus dos hijos. O Pepe Ah... empresario al que no le va nada mal y dedica una buena parte de sus beneficios a proyectos solidarios.
Y seguro que ustedes pondrían muchos más nombres, porque aunque lo puedan parecer, no son casos ni ficticios, ni aislados, ni números en una fría estadística: son ovetenses víctimas, muchos, de "un sistema económico que lleva a la tragedia, que tiene en su centro al ídolo del dinero, de una economía que genera exclusión y desigualdad y a la que tenemos que decir no". Y no son palabras mías, sino del Papa Francisco. Personas que ven cada vez, con más recelo y distanciamiento, a los políticos que sólo se miran al ombligo; personas que no se sienten centro de las políticas que parecen optar antes por rescates multimillonarios que centrarse en las personas y en sus necesidades vitales; gentes que contemplan, asqueados, la ruin corrupción; pero que a pesar de todo quieren mirar al nuevo año con ilusión y esperanza, ¡con ganas!, que junto con otros miles que viven sin dificultades ni necesidad, pero que, por supuesto, también anhelan un presente mejor, desean con todas sus fuerzas que este 2014 sea de verdad un ¡feliz año nuevo!