jueves, 30 de octubre de 2014

LA CHUCHA Y LA EDUCACIÓN

El Otero

La Chucha y la educación

Sobre el vandalismo en el Campo San Francisco

29.10.2014 
La Chucha y la educación
La Chucha y la educación
Para los que tuvimos la suerte de que parte de esa única patria auténtica de la que goza el hombre, su infancia, transcurriera por las calles de Oviedo, el Campo era, cómo no, un gran patio de juegos. Uno más. Si los praos del Vallobín se quedaban cortos, ahí estaba esperando, paciente siempre, el Naranco y, para otras ocasiones, el entonces casi bosque, era el elegido. Primero fueron los paseos los domingos por la mañana para ver a la osa Petra, dar barquillos a los patos o algo de arroz a las palomas. Con el tiempo, ya liberados de manos adultas, el Campo era escenario de horas muertas, sueños adolescentes y miradas furtivas sin oficio ni beneficio; a comer pipas y verlas pasar... Para las pipas, los riquísimos caramelos de limón, o el arroz para las palomas, ahí estaba, contra viento y marea, el quiosco de la Chucha, como un ineludible punto neurálgico para golosinear, que tantas tardes de tantos infantes carbayones endulzó. Hoy ya no hay caramelos, ni pipas, ni arroz, ni chicles Bazooka, ni...
Sólo el quiosco en su soledad, con los ecos de las miradas golosas de los críos que nos acercábamos con un par de duros quemándonos en la mano. Ya nadie quiere el quiosco, una pena. Salvo los indeseables que no le dan ni veinticuatro horas de tregua al pobre. Convertido en objetivo de energúmenos que parecen tener la única neurona de la que son poseedores en un bote de pintura. Si el Ayuntamiento lo pinta, tranquilos que antes de un día ya dejó su firma el imbécil de turno; no sé, igual se cree que lega una gran obra de arte a la posteridad. No se libran muchos otros espacios de la ciudad de la estupidez y falta de civismo de estos elementos. Temo también por otra recién llegada al Campo: Mafalda. Me gusta. Quizá sea porque atesoro casi toda la colección de sus viñetas desde hace años; quizá por su originalidad, o por el contraste frente a alguna horterada de sus predecesoras. Me gusta y temo que sea objetivo de alguna canallada cerril al igual que las gafas del apesadumbrado Woody. Ni el quiosco de la Chucha, ni ningún edificio de la ciudad se lo merecen. Soy consciente de lo difícil de atajar este problema. ¿Solución? La única posible: educación. Es el único camino, aunque no a corto plazo, para ir en pos de una sociedad mejor. No hay otro. Que el corrupto no robe por miedo a que le pillen, ni el tonto del spray no pinte por miedo a una multa -bien merecida, dicho sea de paso- sino por convicción y responsabilidad ciudadana, ¿utopía?. Pitágoras, además de enunciar el teorema de los famosos triángulos, dijo: "educad a los niños y no será preciso castigar a los hombres", ¿o no...?
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/10/29/chucha-educacion/1663278.html

miércoles, 22 de octubre de 2014

CARTA DESDE LA PENA

El Otero

Carta desde la pena

Una visión de la política a través de la epístola a un padre

22.10.2014 
Carta desde la pena
Carta desde la pena
Diez años han pasado desde que te fuiste. Diez años de una sonora ausencia. Tiempo sin discutir de política a la hora de comer. Era tu pasión. Parte de tu esencia vital, a ver si no cómo ibas a dar casi, literalmente, la vida cuando el destino te dio esas cartas... Te debo el crecer mamando ese compromiso y esa lealtad, intentado hacer como propios, por ejemplo y convicción, esos valores. Y si tu recuerdo sigue vivo día tras día, tu concepción de la política aún más; vocación de servicio a los demás, arte noble... Últimamente, ¿sabes?, la han prostituido y vejado. Una panda de sinvergüenzas y canallas sin escrúpulos se han ciscado en ella. Mejor que no veas lo que está pasando, te dolería mucho. ¿Tanto como luchasteis tantos para esto? Da auténtico asco, rabia y pena... Supongo que dirías como Ortega, "no, no era esto...". ¡Claro que no! Cada vez más creen menos en la política y, mucho menos, en los políticos. Se dice que son todos iguales, que todos están a trincar... y yo, ¿ingenuo? digo que no, que no todos son iguales ¡ni mucho menos! Y que ahora, más que nunca, necesitamos de la política para corregir el rumbo, para ayudar a los que se están quedando atrás, para recuperar la confianza en lo público, para rearmar, junto con otro muchos ciudadanos de bien, éticamente esta sociedad herida, ¡para creer en el futuro!. La crisis se ha llevado demasiadas cosas por delante; una crisis que, a mi juicio, es antes ética y de valores que económica o social; ya se sabe, la avaricia rompe el saco. Digo esto pero a la vez me digo que no tengo ni idea de qué hacer para cambiar algo. Y me cuestiono si tantos políticos, empresarios o banqueros corruptos son fruto de una sociedad corrupta. Quiero pensar que no, que la sociedad es mucho más alta de miras, mucho más responsable. Claro que hacen falta políticos honrados, ¡por supuesto! y fontaneros y pasteleros y abogados y... ¿Y qué hacer entonces? Una pregunta recurrente. Supongo que habrá que empezar por uno mismo, ¡qué menos! En nuestro entorno, en lo que dependa de nosotros, cómo harías tú. A comportarnos con los demás como nos gustaría que actuaran con nosotros. Y a exigir a los que nos representan que estén a la altura y si no que se vayan. Que nos eviten sus miserias, que se escondan bajo tierra si hace falta porque no son dignos de mirarnos a la cara. Que se pudran en sus propias inmundicias. Que se vayan muy lejos, tan lejos como han hecho irse a miles de nuestros jóvenes mejor preparados, nuestro propio futuro. ¡Cómo hemos podido estar tan ciegos tanto tiempo! ¿Nadie sabía lo que estaba pasando? Sólo pido que la Justicia se quite la venda y castigue. Con rigor. Que toda esa caterva de delincuentes de la más baja estofa paguen su factura con la sociedad a la que han traicionado.
No sé... echo en falta con quién desahogarme y por eso, supongo, me puse a escribirte esta carta. Quizá sea una buena terapia para sobrellevar estos días.
Te sigo echando de menos, papá...
http://www.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/10/22/carta-pena/1659806.html

miércoles, 15 de octubre de 2014

¿DÓNDE ESTÁ LA VIRTUD?

El Otero

¿Dónde está la virtud?

Sobre el diseño del futuro de los terrenos del antiguo hospital

15.10.2014 
¿Dónde está la virtud?
¿Dónde está la virtud?
La jugosa parcela del Cristo continúa de actualidad; no es para menos, canela en rama... Hace días, varios urbanistas cuestionaban a través de estas páginas de LA NUEVA ESPAÑA la eficacia de la participación ciudadana para el veredicto final del futuro de estos 235.000 metros cuadrados huérfanos. Se fían poco de la opinión del pueblo... Allá por noviembre del año pasado, el que suscribe se apuntaba en estas líneas a la idea de que sea un concurso internacional de ideas, debidamente valorado por un jurado imparcial, objetivo y riguroso, el que marcara el rumbo del devenir de este buen pedazo de Oviedo; por supuesto, prestando oídos atentos a lo que los ciudadanos, en uso de su legítima expresión libre y democrática, opinen sobre el futuro urbanístico de su propia ciudad. Quizá la opinión pública no ha de ser siempre palabra de Dios, pero hombre, mejor tenerla en cuenta que ignorarla como hemos vivido durante años cuando los vientos eran favorables a mayorías que se revalidaban con la gorra a ritmo de chotis chulapo; pero amigo, hete aquí que los tiempos cambian y ahora hay que poner la oreja bien pegada a la calle que es más políticamente correcto. Y deseable, añado.
Y sí. Quizá la opinión ciudadana no deba ser sólo el factor a tener en cuenta, pero tampoco los criterios técnicos son los únicos que deben primar. Con absoluto respeto hacia los expertos en materias urbanísticas, proyectos basados exclusivamente en esos respetables criterios hay -que haberlos, los hay- que no tienen ni pies ni cabeza y se convierten en auténticos desatinos.
Por tanto, haciendo caso a esa sabia y acertada máxima aristotélica, me atrevería a decir que la virtud está en el punto medio entre dos extremos; o lo que es lo mismo, cojamos una porción sustanciosa de opinión ciudadana, mezclémosla con una buena pizca de pautas técnicas, dejémosla macerar y extraigamos una suculenta solución que contente a los más, que a todos, ya se sabe, es complicado.
Y aunque ni consejos ni vasos de agua a quien no te los pida, diría a los responsables decisores: sin prisas. No corramos. Lo decía tiempo ha La Fontaine: "De nada sirve el correr; lo que conviene es partir a tiempo". Ya que no le hicimos caso en lo segundo, y mira que tuvimos tiempo, hagámoslo en lo primero al menos. Nos jugamos mucho y Oviedo, cómo no, se merece acertar. No seamos, una vez más, la ciudad de las oportunidades perdidas.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/10/15/virtud/1656376.html

viernes, 10 de octubre de 2014

ALGO NO VA BIEN.

El Otero

Algo no va bien

Las demoledoras conclusiones del último informe de Cáritas

08.10.2014 
Algo no va bien
Algo no va bien
Hay ocasiones en que las noticias se agolpan como esas montoneras sanfermineras en las que los mozos se atoran en la entrada de la plaza y no hay quien salga a la arena; pues bien, eso me pasa últimamente, muchos titulares en los que centrar la atención. Pero hay algunos que se cuelan por las rendijas de la información pidiendo un protagonismo inexcusable y, aunque normalmente desde esta ventana el paisaje de fondo es casi siempre Oviedo, hay noticias que duelen; además, Oviedo no es ajeno ni extraño a lo que sucede en derredor.
La noticia que chirría por méritos propios y que se me colgó como un aroma ineludible tiene que ver con los datos que arroja el último informe de Cáritas. No voy a repetirlos todos porque están aún frescos en el eco de la actualidad, pero son demoledores: un 32% más de beneficiarios que el año anterior, más de 2.500.000 personas. La menor ayuda pública de los últimos años, un 25% del total. Afortunadamente, la solidaridad no mengua y así se incrementaron tanto aportaciones privadas (75%) como el voluntariado.
Conclusiones como que los pobres son cada vez más pobres, que hay 740.000 hogares sin ingresos, o que la fractura que vive España, una sociedad cada vez más pobre donde la brecha de desigualdad se amplía, deberían mover a una serena reflexión colectiva, empezando por los responsables políticos, pero sin excluirnos nadie. Y sin caer en la tentación de utilizar los datos o a los pobres como si fueran arrojadizos argumentos políticos para uso en campaña. ¡No! Son personas con rostro concreto, con nombre y apellidos concretos y una situación urgente. No es novedad en estas líneas poner negro sobre blanco la importancia de la inversión (nunca gasto) en educación, sanidad y protección social como pilares básicos en la construcción de una sociedad más equilibrada, igualitaria y solidaria; junto con un auténtico reforzamiento ético de la sociedad, es el único camino al futuro. Bien está que los datos macroeconómicos apunten en verde, pero mientras no lleguen a la calle, chocolate del loro.
Algo no va bien en nuestro país. Nos creímos un país de primera división en el que atábamos los perros con longanizas, pero la realidad, tozuda y cruel, nos dice que no, que muchos conciudadanos nuestros siguen sumidos en una oscura y fría sima.
Y ahí está Cáritas, -¡chapó por su trabajo!- para dar un justo aldabonazo a nuestras conciencias y recordarnos que los años pasan, pero que sigue siendo urgente nuestra atención y ayuda a quienes se van quedando por las orillas de la vida.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/10/08/algo-no-va-bien/1653214.html

miércoles, 1 de octubre de 2014

135 AÑOS SIN EL CARBAYÓN

El Otero

135 años sin el carbayón

El aniversario de la tala de un árbol emblemático

01.10.2014 
135 años sin el carbayón
135 años sin el carbayón
Imaginemos por un momento que dispusiéramos de la fantástica máquina del tiempo ideada por H. G. Wells y, con ella, pudiéramos retroceder al Oviedo de hace 135 años, exactamente al 1 de octubre de 1879. Quedan 24 horas para que nuestro tótem y gentilicio sea historia. ¿Qué haríamos? Supongo que, de inicio, lo miraríamos con asombro, ¡qué magnífico ejemplar con sus treinta metros de altura! Cinco siglos de raíces hendidas en la propia historia ovetense. Quizá compartiéramos la esperanza de Fermín Canella: "el Carbayón no caerá tan fácilmente: es el árbol secular y sagrado de la ciudad, testigo de todos los acontecimientos de nuestra historia, que, a más vivir con la savia de esta madre tierra, parece que vive con la savia de recuerdos antiguos y de nuestro cariño. Allí está, al extremo del Campo, tocando el pueblo de quien es patrono". ¿Secundaríamos a los concejales contrarios a la tala? ¿Alzaríamos nuestra voz? O, tal vez, lamentaríamos la decisión sin más, sin comprometernos, sin implicarnos, como a lo largo de tanto devenir ciudadano hemos hecho, viendo caer no sólo árboles, sino edificios y patrimonio grabado en la mente de todos. Ese siniestro personaje de Doña Piqueta, al que nuestra querida Carmen bautizó, lleva muchos años haciendo de las suyas y los ovetenses, prestos a protestar, sí, no siempre hemos alzado lo suficiente nuestras voces como un grito común para conservar lo que ha sido y es tan esencialmente nuestro.
Como seres de otro tiempo nada podríamos hacer; a lo sumo, pensar en qué actitud adoptar ante otros futuros "Carbayones" cuando necesiten nuestra ayuda. Mirar, por ejemplo, hacia el Naranco y reflexionar sobre la importancia de conservar nuestros elementos naturales y patrimoniales que, poseedores de la fuerza suficiente, se convierten en emblemas colectivos.
Si hubiéramos podido traernos un ejemplar de "El Carbayón" que se empezó a editar precisamente un 5 de octubre de 1879, habríamos leído, no sin pena: "Aquí estuvo el Carbayón, seiscientos años con vida y cayó sin compasión bajo el hacha fratricida de nuestra corporación. Este pasquín respetad, si sois buenos ovetenses, y en su memoria llorad todos los aquí presentes por el que honró a la ciudad".
Pues eso.

http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/10/01/135-anos-carbayon/1649868.html