jueves, 26 de diciembre de 2013

¿FELIZ NAVIDAD?

http://www.lne.es/oviedo/2013/12/26/feliz-navidad/1519524.html

El Otero

¿Feliz Navidad?

El contraste entre la opulencia de estas fechas y los efectos de la crisis

26.12.2013 
Comienzo a teclear estas líneas con la cadencia de fondo de la monótona y esperanzada letanía de los niños de San Ildefonso que, año tras año, sirve de pórtico a las fiestas navideñas y que, inexorablemente, me retrotrae a los años en los que esa musiquilla era sinónimo de las inminentes vacaciones escolares esperadas con anhelo. ¡La Navidad ya está aquí! Y por si alguien no se ha dado cuenta, grandes almacenes, comercios, anuncios, iluminación callejera, nos lo recuerdan machaconamente. Felicitaciones por decenas; sinceras y afectuosas unas, protocolarias y superficiales otras, se cruzan casi por obligación... parece que se nos quiere imponer por decreto que, en estos días, ¡hay que ser feliz! Iniciativas solidarias se multiplican asimismo, ¡como si en los once meses restantes la felicidad no fuera importante y la solidaridad necesaria! No se me interprete mal; bienvenida sea.
Nada tengo en contra del espíritu festivo de estas fechas, faltaría más, pero, una vez más, hay preguntas que, como latosos fantasmas, merodean cansinamente buscando su respuesta: ¿feliz Navidad? ¿Podemos hablar de feliz Navidad cuando la losa de la crisis sigue pesando? ¿Cuando el paro sigue ejerciendo de neófito jinete del Apocalipsis? ¿Cuando los datos de pobreza y de hambre siguen dando escalofríos?.
El lejano y, sin embargo, actual grito de "libertad, igualdad y fraternidad" sirvió, en buena medida, de cimiento de la sociedad democrática europea. Tres puntales sobre los que construimos un régimen de libertades y de conquistas sociales que los ciudadanos, al menos hasta ahora, teníamos por derecho y que, tal parece, poco a poco, se nos va aminorando, convirtiéndonos, además, en "paganinis" de los excesos de unos mercados que, azorrados en las sombras, ordenan y mandan y se erigen en señores de vidas y haciendas. Sólo si, como sociedad, mantenemos la confianza en esos tres valores, podremos desarrollarlos creando, desde lo individual a lo colectivo, un torrente de esperanza, dignidad y respeto. Ni consejos ni vasos de agua a quien no te los pida, vale, pero sospecho que sólo con una decidida apuesta por la educación y un riguroso planteamiento ético, personal y colectivo, cuya ausencia es la madre de todas la crisis, nos permitirá mirar al futuro con optimismo.
Me gusta charlar de las cosas que pasan por Oviedo; es mi ciudad, me preocupa, me gusta, me presta pasear por sus calles, me encanta perderme por su rica y guapa periferia rural, pero a veces hay melodías que, sin dejar de ser locales, afectan de un modo más global y también se pegan como lapas.
Por tanto, ¿feliz Navidad? ¡Pues sí!. Con Blas de Otero, repito, creo en el hombre. Creo en nuestra capacidad de luchar, en nuestro inconformismo como sociedad, en la herencia que muchos, dejando hasta su propia sangre, nos legaron; así que claro que puede ser una feliz Navidad. Para unos, el niño Dios, naciendo pobre y casi como uno de los miles de desahuciados, sin techo, obró el milagro de transformar el mundo por el amor dejándonos un auténtico manual de esperanza desde la fe; para otros, hay que creer que, no otro mundo es posible, porque no hay otro, sino que un mundo mejor, en este, sí que es no sólo factible, sino urgente y necesario.
Las acuciantes carencias y graves problemas de multitud de ovetenses, asturianos, españoles... no desaparecerán como por ensalmo, pero aun así, de todo corazón, ¡feliz Navidad!. Y que el 2014 que, ya asoma a la vuelta de la esquina, nos traiga, simplemente, lo mejor

miércoles, 18 de diciembre de 2013

AQUEL DICIEMBRE DEL 63...

http://www.lne.es/oviedo/2013/12/18/diciembre-63/1516395.html

El Otero

Aquel diciembre del 63

La transformación que ha vivido la ciudad a través de un repaso a la hemeroteca

18.12.2013
Aquel diciembre del 63
Aquel diciembre del 63
Asomarse a esa ventana abierta en el tiempo que es la hemeroteca de LA NUEVA ESPAÑA es algo genial, divertido y curioso. Dar ese salto de medio siglo a la ciudad que fuimos es fascinante. Diciembre del 63 dio muchas noticias interesantes y junto con multitud de anuncios de fabulosos electrodomésticos Askar, Marconi, Kelvinator, Zenith, Westinghouse; bebidas como el Calisay, el Gran Vino Sansón, el anís de La Praviana o el Marabú, chocolates Mayín, y comercios que ya sólo existen en el recuerdo, los ovetenses se enteraban de que medio millón de berlineses podrían visitar a sus familiares del sector oriental por Navidad, o se nos mostraba una foto de la delegación apostólica de Jerusalén en la que pernoctaría Pablo VI en su viaje a Tierra Santa, lo que por aquella época era todo un acontecimiento.
Ya en lo más nuestro, la SOF comunicaba que, durante 1963, se habían gastado tres millones y medio de pesetas en 134 actividades, a las que habían asistido ¡setenta mil socios!, y Luis Riera se despedía como presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos.
En un partido a beneficio de la "operación Juguete", el Oviedo palmaba 0-3 con el Real Gijón, que ¡vaya por Dios!... Un llamado ladrón de transistores traía en jaque a la Policía y en vilo al personal; en el barrio de Económicos robaban veinticinco gallinas gracias a que "al perro que vigilaba el corral lo sobornaron con huesos"; si es que ni los perros eran de fiar... Para alivio de las señoritas, se daba cuenta de que "han sido detenidos por la Brigada de Investigación Criminal cuatro "gamberros eróticos" que operaban hasta en el centro de la ciudad. En San Pedro de los Arcos era detenido uno de ellos, J. R. S., mayor de edad, casado, vecino de Abuli, quien venía persiguiendo a las señoras y las señoritas vecinas de aquel sector, ante las que aparecía por sorpresa, exhibiendo incalificables impudicias". Ya lo decía aquel torero apodado El Gallo: "Hay gente pa to".
El 18 de diciembre en el Ayala se proyectaba "Desayuno con diamantes"; en el Cinema, "La gran evasión", a la espera del gran estreno de "West side story"; en el Toreno, "Los hijos del capitán Grant"; en el Roxy, "Viaje al centro de la Tierra", y en el Santa Cruz, "Plácido", del gran Berlanga; buen cine sí que había.
Por último, con foto de Vélez, se informaba de la aparición de un castro prehistórico en la falda norte del Naranco. "Don Arturo Díaz Solís vive en la falda norte del Naranco en una casita aislada. Poco más abajo, cerca de Cuyences, hay un gallinero que ahora es vivienda de un matrimonio con dos hijos. Detrás de ese gallinero han aparecido restos de un posible castro prehistórico, concretamente en el sitio por donde pasaba la vía estrecha del tren minero. Encontráronse algunas maderas calcinadas y huesos. No eran piedras erosionadas por la acción natural de los elementos, sino que tenían una talla hecha por la mano del hombre para ensamblar en los muros del citado castro. ¿Dónde están algunas piedras de más interés arqueológico? Una señora dice que se las llevaron para el Ayuntamiento. ¿En qué museo las ha situado el Ayuntamiento? No es la primera vez que en esta parte del Naranco aparecen vestigios de una civilización antigua, pues hace años apareció un clavo de oro con cuatro pequeñas hendiduras y que parece tener un carácter votivo. Parece todo ello pertenecer a una civilización de la Edad del Hierro".
El Naranco, siempre noticia, aunque hubiera preferido encontrar una que anunciara la recuperación del monte, la repoblación forestal, la protección... Pero ésa es noticia que, espero, leamos en LA NUEVA ESPAÑA en 2014, que optimistas y esperanzados hay que ser.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL PASEO DE LOS ÁLAMOS

http://www.lne.es/oviedo/2013/12/11/paseo-alamos/1512983.html
El Otero

El paseo de los Álamos

Historia de una de las arterias que riegan la vida de Oviedo

11.12.2013 
El paseo de los Álamos
El paseo de los Álamos
Si las calles pudieran hablar... bueno, hablar, hablan; quizá habría que decir que si en este mundo de prisas y alocadas carreras a ninguna parte nos parásemos de vez en cuando a escuchar, seguro que hasta a las piedras escucharíamos, porque todas tienen una historia que contar, y, especialmente, las que están ahí desde tiempo ha, dejando que generaciones de ovetenses se paseen ante o sobre ellas, siendo testigos mudos de confidencias amorosas, conversaciones triviales, discusiones acaloradas, preocupaciones mil, o, simplemente, paseos en espera de que el tiempo cumpla con su obligación y nuestro destino.
Y el paseo de los Álamos es una de esas arterias principales que han irrigado la vida de la ciudad durante tiempo.
Lo mencionaba hace pocas semanas al escribir sobre la notable obra de Antonio Suárez en Oviedo, y, dado que es una de las más relevantes, me parece oportuno hacerle un guiño especial.
Recordemos, para empezar, que, en 1874, se abre la calle Uría, y que el Campo estaba en el medio, así que a la par que la calle, se traza un bulevar en el que se plantan tres hileras de álamos que son los que dan nombre en un principio el paseo.
En 1925 se ejecuta una primera reforma en la que la fila intermedia de árboles pasa a mejor vida, no sin polémica. El periódico "El Carbayón" del 27 de noviembre de 1921 ya recogía el "disparatado propósito de derribar los álamos, que con singular torpeza se recogió en nuestro Ayuntamiento. El derribo de árboles y árboles que por su tradición y gallardía han dado nombre a nuestro más popular y clásico paseo, es desafección impropia de los que se precian de amar a Oviedo, de sentir por Oviedo sincero y hondo cariño". Ahí queda eso. Por cierto, otro día hablaremos de la sustancial pérdida de masa forestal del Campo. Tras la reforma toma el nombre de paseo del Príncipe Alfonso. Tampoco este nombre duraría mucho. Con la llegada de la República, y por acuerdo de 12 de diciembre de 1931, el paseo toma el nombre de Pablo Iglesias. Siete años más tarde, en medio de una guerra incivil, el pleno del 31 de marzo de 1938, acuerda darle el nombre del fundador de Falange y pasa a llamarse paseo de José Antonio. Como reflejo de los cambios sociales y políticos, los nombres mudan y se adaptan, así que con la llegada de la democracia, "Deo gratias", por acuerdo plenario del 29 de junio de 1977, el paseo recupera su nombre primigenio.
En cuanto al pavimento actual, hay que remontarse a mayo de 1965 para encontrar el proyecto de pavimentación que redacta el entonces arquitecto municipal Florencio Muñiz Uribe. La reforma del paseo, como recoge Ana Gago en su magnífico libro "El arte de Antonio Suárez aplicado a la arquitectura", se basaba en un diseño formado por setenta y dos zonas rectangulares blancas, realizadas con losetas. Al quedar desierta la subasta para la ejecución de las obras, se redacta un nuevo plan en el que se sustituyen las losetas por pavimento portugués. Tras la adjudicación de las obras, comienzan los trabajos el 24 de noviembre. En enero de 1966 la alcaldía decidió mejorar la superficie blanca de mármol, encomendando, por medio del arquitecto municipal, a Antonio Suárez el trazado de una solución adecuada. El encargo oficial se debió a una delegación presidida por el concejal Anselmo López Valdivieso, que visitó al artista en su casa de Madrid. Continúa contando Ana Gago en el libro citado que el artista realizó los bocetos sobre papel de estraza durante dos días y dos noches en el suelo del salón de su casa, entregando seis cartones de 4 x 9,5 metros, que debían repetirse doce veces cada uno hasta cubrir los setenta y dos rectángulos diseñados por Muñiz Uribe.
Creo apropiada la ocasión para reclamar un mayor cuidado de este pavimento, auténtica obra de arte, que aunque se sometió a una reparación en agosto de 2011, presenta zonas de notable deterioro. Demasiadas carpas, casetas y abusos en un lugar que habría que mimar para dejar que generaciones futuras de ovetenses sigan paseando "lentamente entre troncos esbeltos y la penumbra húmeda", que diría Clarín, sus vivencias, anhelos y esperanzas.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA CÁMARA SANTA, CORAZÓN DE OVIEDO

http://www.lne.es/oviedo/2013/12/04/camara-santa-corazon-oviedo/1509781.html

El Otero

La Cámara Santa, corazón de Oviedo

04.12.2013 
La Cámara Santa, corazón de Oviedo
La Cámara Santa, corazón de Oviedo
Si, en sublime definición clariniana, la torre de la Catedral es un poema romántico de piedra, no sé si ser tan osado como para definir la Cámara Santa como un verso sereno, armonioso, completo. Ahora que se muestra desnuda, ahora que sólo exhibe el mudo silencio frío, ahora que sólo resuenan los ecos perdidos de los millones de miradas traídas por los peregrinos que venían a dejarse sobrecoger por esa fuerza extraña de la fe, la devoción popular, la tradición y la historia en esta Sancta Ovetensis; ahora es cuando la curiosidad me empuja a revolver entre las numerosas voces de los que se asomaron a esta Cámara Santa y recoger sus palabras. Las mías se quedan cortas, porque si hay un sitio en Oviedo que tiene fuerza por sí mismo es, sin duda, la Cámara Santa de nuestra Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de San Salvador de Oviedo. Veamos, pues.
A mediados del siglo XVIII un autor anónimo recoge, en unos manuscritos titulados "Timbres históricos de la ciudad de Oviedo", sus impresiones: "La capilla de San Miguel, que con toda llaneza, lobreguez y habatimiento (sic) a que está reducida, no sufre comparación con el más excelso edificio. Es la real, santísima y antiquísima Cámara, donde archivó el cielo y venera el mundo cathólico tan apreciables, innumerables y venerables reliquias, y oficina donde se tiene por cierto, labraron los Santos Ángeles aquella Cruz prodigiosa que adoramos en ella como premio interminable a la devoción y celo del santo y casto Rey Dn. Alonso el segundo. Con todo el habatimiento de esta pieza (que por lo mucho que encierra no disonara llamarla celestial) no la permuta Asturias por los más decantados y sumptuosos edificios de la tierra, y cedan los poetas sus delirios en los engaños de su exhaltación, embarazando el curso de las nubes con la elevación de sus torres, pirámides, obeliscos para havitación de los dioses, que es muy falso que exceda ninguno, por la felicidad de su destino, en toda la inmensidad que el mundo ocupa".
El escritor francés Alfred Germond de la Vigne (1812-1896) decía: "En la antigua capilla de San Miguel se conservan reliquias de los santos que constituyen el honor y la gloria de la Catedral de Oviedo".
Pascual Madoz (1845-1850) afirmaba: "La entrada al vestíbulo de la Cámara Santa tiene un magnífico arco ojival tan bien conservado como si en él acabara el artífice sus últimas cinceladas".
Para el barón de Davillier (1823-1883), "la parte más interesante de la Catedral es la Cámara Santa, que, según dicen, contiene tantas reliquias como las demás iglesias de España reunidas".
Ciriaco Miguel Vigil (1819-1903) dejó escrito en su "Asturias monumental, epigráfica y diplomática": "En esta capillita es donde se depositaron joyas tan preciosas salvadas de la rapacidad de las huestes sarracenas, después de haber estado resguardadas en altos y fragosos montes, tres leguas distantes de la ciudad, que desde entonces conserva el nombre de Mont-Sacro".
Walter Starkie (1894-1976), escritor e hispanista irlandés, afirmaba: "Pocos santuarios hay en el mundo de proporciones tan modestas y tan pequeño, pero que contenga tantos tesoros inapreciables como la Cámara Santa. Es una sorpresa para el peregrino descubrir que esta incomparable capilla resume la historia de Asturias, que en sus épocas primitivas estuvo tan estrechamente relacionada con el mundo. Es un museo de obras de arte y un relicario del período heroico de la Iglesia".
Bellmunt y Canella, en 1895, la definen como: "De esbeltas pilastras de mármol en las cuales están tallados los doce apóstoles, dos en cada pilastra, con su bóveda de delgados nervios, airosa y admirablemente proporcionada".
Rubén Darío (1867-1916) también se asombró: "Sabía yo que la Catedral de Oviedo poseía un tesoro de reliquias más rico que el de cualquier basílica italiana o que el de Nuestra Señora de París, y que entre las cosas que aquí se encuentran las hay extraordinarias".
Federico García Lorca, en su visita a Asturias con La Barraca en 1932, también la elogiaba: "Esa Cámara Santa es un verdadero museo, valiosísimo, si no por la cantidad, por la calidad de lo que en ella se guarda. Un verdadero tesoro de un triple valor: religioso, histórico y artístico".
En tiempos y protagonistas más recientes, inicio de la década de los setenta, leemos las apreciaciones de la ovetense Dolores Medio: "Prepárese el viajero para retroceder más de un milenio en la historia. Al penetrar en la Cámara Santa, piedras, imágenes y reliquias de un tiempo perdido ya en el tiempo le darán la bienvenida".
También el escritor y periodista asturiano Juan Antonio Cabezas recogió, en su obra "Asturias, biografía de una región", sus impresiones: "La Cámara Santa y, dentro de ésta, el Arca de las reliquias, que es como una almendra esencial, con perfume de estética y creencia, dentro de todo este complejo de estilos arquitectónicos, artesanías diversas, tradiciones orales y escritas, privilegios reales, fórmulas litúrgicas y devoción popular que forman la Catedral de Oviedo".
Y, por último, cómo no, nuestra cronista, Carmen Ruiz-Tilve, tiene su propio juicio al afirmar que "en cierto modo, podríamos decir que la Cámara Santa, su contenido simbólico y la devoción que atrajo hacia sí durante siglos, fue el verdadero embrión de esta ciudad para hacerla, ya para siempre, importante y principal".
Difícil expresarlo mejor. Que siga muchos siglos siendo lo que fue, milenario corazón de la ciudad, y que el eco de los siglos nos permita seguir oyendo aquella antigua antífona que recitaban, en latín, los canónigos claveros: "Cuerpos de santos: fueron sepultados en paz y sus nombres perviven eternamente".