miércoles, 9 de abril de 2014

LOS ARCOS DE LOS PILARES

http://www.lne.es/oviedo/2014/04/09/arcos-pilares/1568906.html

El Otero

Los Arcos de los Pilares

La historia de la traída de agua a la ciudad

09.04.2014 
Los Arcos de los Pilares
Los Arcos de los Pilares
Obra de romanos". Así calificaba Jovellanos a nuestro acueducto de los Pilares cuando el 19 de septiembre de 1790 anotaba en su diario: "Paseo al campo y a los Pilares, bellísima obra de 1570, de arquitectos montañeses, pero digna de los romanos". El próximo 11 de enero se cumplirá un siglo del inicio del derribo de esta emblemática construcción ovetense. Un siglo de un inmenso error. Una vez más, Oviedo deja caer una parte relevante de su patrimonio para el que no corrieron buenos tiempos en el siglo XX. Una revolución, una Guerra Civil y un miope y especulativo desarrollo urbano dejaron por el camino un reguero de elementos arquitectónicos de indiscutible valor que hubieran dibujado una ciudad en el siglo XXI muy diferente. ¿Se imaginan que el proyecto del entonces arquitecto municipal, Miguel de la Guardia, que sugería que se hiciera una pasarela o paseo por encima del acueducto para llegar hasta San Pedro, se hubiera tenido en consideración? ¿Se imaginan una ancha avenida que fuera desde San Pedro, Cervantes arriba, hasta Marqués de Teverga, con el acueducto como eje central? Por imaginar...
Había llovido desde que, intentando solucionar sus problemas de abastecimiento de agua, se mantuvieran acaloradas discusiones entre los representantes del Rey, de la Iglesia y del municipio. Como solución, se decide acometer una obra importante: la traída de Fitoria, que capta agua del manantial del mismo nombre y del cercano de Boo. Para esta traída es necesaria toda una infraestructura a lo largo de todo el encañado, de la que destaca, sin duda, la construcción del acueducto de los Pilares: 41 magníficos arcos, con una longitud de 390 metros y una altura superior a los 10 metros. Corría el año de 1537, cuando la Ciudad (denominación del consejo formado por representantes del Rey, de la Iglesia y del municipio) toma la decisión de realizar esta importante obra. Para ello se buscan recursos de todas clases, entre ellos censos y sisas sobre el vino y la sidra. La obra se encarga en un inicio al maestro Juan de Cerecedo, pero por no ser eficiente y tras numerosos percances se encarga la terminación al fontanero mayor de Valladolid, Gonzalo de la Bárcena, con condición de "poner aguas en la Puerta Nueva". Muchísimos problemas técnicos y materiales y la suma de 15.500 ducados, que debía de ser una barbaridad, para que, por fin, en 1599 el agua llegara a Oviedo. ¡Toda una fiesta! Casi tres siglos estuvieron los Arcos de los Pilares quitándonos la sed. Integrándose en la ciudad. Siendo parte indiscutible del entramado y del decorado natural de la misma. Convirtiéndose por derecho propio en una de sus señas de identidad.
Pero nada es eterno. El 3 de octubre de 1903 varios concejales proponen el derribo del acueducto, expediente que se aprueba el 24 de noviembre de 1905, con los votos en contra de don Juan Fernández de la Llana y de don José López Planas, digámoslo en su honor. Comienza entonces una viva polémica en la ciudad en contra de la que se había ya calificado como "bárbara piqueta municipal" y cuyo lamentable fin es conocido. Complicado resumir en unas líneas tanta historia como tuvo nuestro acueducto de los Arcos de los Pilares, aunque si alguien tiene curiosidad por conocer algo más, mañana, jueves, a las ocho de la tarde, en el edificio del club de campo, dentro de la feliz iniciativa que emprende el Centro Asturiano de programar anualmente un ciclo de conferencias sobre Oviedo, tendré el gusto de iniciar este ciclo, precisamente, con un homenaje a los Pilares. Estaré encantado de contarles más.

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