miércoles, 15 de octubre de 2014

¿DÓNDE ESTÁ LA VIRTUD?

El Otero

¿Dónde está la virtud?

Sobre el diseño del futuro de los terrenos del antiguo hospital

15.10.2014 
¿Dónde está la virtud?
¿Dónde está la virtud?
La jugosa parcela del Cristo continúa de actualidad; no es para menos, canela en rama... Hace días, varios urbanistas cuestionaban a través de estas páginas de LA NUEVA ESPAÑA la eficacia de la participación ciudadana para el veredicto final del futuro de estos 235.000 metros cuadrados huérfanos. Se fían poco de la opinión del pueblo... Allá por noviembre del año pasado, el que suscribe se apuntaba en estas líneas a la idea de que sea un concurso internacional de ideas, debidamente valorado por un jurado imparcial, objetivo y riguroso, el que marcara el rumbo del devenir de este buen pedazo de Oviedo; por supuesto, prestando oídos atentos a lo que los ciudadanos, en uso de su legítima expresión libre y democrática, opinen sobre el futuro urbanístico de su propia ciudad. Quizá la opinión pública no ha de ser siempre palabra de Dios, pero hombre, mejor tenerla en cuenta que ignorarla como hemos vivido durante años cuando los vientos eran favorables a mayorías que se revalidaban con la gorra a ritmo de chotis chulapo; pero amigo, hete aquí que los tiempos cambian y ahora hay que poner la oreja bien pegada a la calle que es más políticamente correcto. Y deseable, añado.
Y sí. Quizá la opinión ciudadana no deba ser sólo el factor a tener en cuenta, pero tampoco los criterios técnicos son los únicos que deben primar. Con absoluto respeto hacia los expertos en materias urbanísticas, proyectos basados exclusivamente en esos respetables criterios hay -que haberlos, los hay- que no tienen ni pies ni cabeza y se convierten en auténticos desatinos.
Por tanto, haciendo caso a esa sabia y acertada máxima aristotélica, me atrevería a decir que la virtud está en el punto medio entre dos extremos; o lo que es lo mismo, cojamos una porción sustanciosa de opinión ciudadana, mezclémosla con una buena pizca de pautas técnicas, dejémosla macerar y extraigamos una suculenta solución que contente a los más, que a todos, ya se sabe, es complicado.
Y aunque ni consejos ni vasos de agua a quien no te los pida, diría a los responsables decisores: sin prisas. No corramos. Lo decía tiempo ha La Fontaine: "De nada sirve el correr; lo que conviene es partir a tiempo". Ya que no le hicimos caso en lo segundo, y mira que tuvimos tiempo, hagámoslo en lo primero al menos. Nos jugamos mucho y Oviedo, cómo no, se merece acertar. No seamos, una vez más, la ciudad de las oportunidades perdidas.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/10/15/virtud/1656376.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario