jueves, 2 de enero de 2014

EL RESUMEN QUE NUNCA SERÁ.


http://www.lne.es/oviedo/2014/01/02/resumen-sera/1522001.html

El resumen que nunca será

El día a día de muchos ovetenses anónimos durante el año 2013

02.01.2014
El resumen que nunca será
El resumen que nunca será
El año 2013 es un viejo barco achacoso al que despedimos, sospecho, sin mucha pena. A bordo va el cargamento de lo que, para bien o para mal, fue. Creo no errar si digo que ha sido un año complejo, difícil en muchos aspectos -¡puñetera crisis!-, así que tanta paz lleve como descanso deja. Por el momento, abriremos el nuevo calendario expectantes, curiosos, esperanzados. Y ya veremos...
La fecha es, por tanto, adecuada para los inevitables resúmenes de noticias. Casi ningún periódico se resiste a echar una mirada atrás y recopilar las noticias que, en su día, nos mancharon los dedos de tinta. Intento rebobinar los días y, claro, aparecen multitud de imágenes, de nombres, de instantes de lo que las horas dieron de sí; de lo que la ciudad vivió y sintió y quedó, para siempre, transformado en noticia impresa que un día sostuvimos en las manos. Francamente, cuesta acordarse de muchas de ellas; el tiempo, ese río que, para Marco Aurelio, arrasa rápidamente todo lo que nace, se encarga de llevar esos recuerdos al cajón del olvido, aunque para eso están las hemerotecas, los servicios de documentación, etc. Pero también hay noticias que han sido y no son, y con ellas pretendo hacer mi particular resumen del año, venciendo la tentación de sacar un buen ramo de cerezas, unas a otras enganchadas, del saco de las noticias locales de 2013; pero no, hay multitud de personajes que conforman el día a día de nuestra ciudad, que configuran el presente y el futuro de nuestra sociedad con su esfuerzo, su paciencia, su resignación, sus ilusiones, sus frustraciones, sus penas, sus esperanzas, sus miedos, su rabia, su impotencia, su dolor, su alegría... y nunca serán noticia en ningún sitio. Juan Nadie, por ejemplo, que cada mañana se levanta a las siete de la mañana para ir a un trabajo de mierda, por el que percibe una mierda de salario en unas condiciones de mierda: ya, ya... podría decirlo de otra manera, pero ¿a que se entiende bien? Además, él así lo siente. O Fulanito de Tal, con el subsidio de desempleo agotado, que no sabe qué va a hacer para poder dar de comer a su familia. O Menganito de Cual, que ve cómo su pensión mengua más y más, porque lo poco que le sobraba se le va como el agua de un cesto ayudando a hijos y nietos. O Zutanita de Tal, que mira la vida pasar desde detrás de su ventana, sola, como una viajera pasiva que ya no sabe muy bien adónde va. O José Quién, autónomo, que con una pequeña furgoneta se pasa casi todo el día vendiendo al por menor, siempre sonriendo, a pesar de que apenas saca para mantener a su familia, en la que uno de sus hijos padece una importante discapacidad que precisa cuidados constantes. O Floro Albur, que se quedó sin un trabajo muy bien remunerado en una gran compañía y seguía saliendo cada mañana de casa con su traje impoluto, sin decir nada, para no preocupar a su mujer y a sus dos hijos. O Pepe Ah... empresario al que no le va nada mal y dedica una buena parte de sus beneficios a proyectos solidarios.
Y seguro que ustedes pondrían muchos más nombres, porque aunque lo puedan parecer, no son casos ni ficticios, ni aislados, ni números en una fría estadística: son ovetenses víctimas, muchos, de "un sistema económico que lleva a la tragedia, que tiene en su centro al ídolo del dinero, de una economía que genera exclusión y desigualdad y a la que tenemos que decir no". Y no son palabras mías, sino del Papa Francisco. Personas que ven cada vez, con más recelo y distanciamiento, a los políticos que sólo se miran al ombligo; personas que no se sienten centro de las políticas que parecen optar antes por rescates multimillonarios que centrarse en las personas y en sus necesidades vitales; gentes que contemplan, asqueados, la ruin corrupción; pero que a pesar de todo quieren mirar al nuevo año con ilusión y esperanza, ¡con ganas!, que junto con otros miles que viven sin dificultades ni necesidad, pero que, por supuesto, también anhelan un presente mejor, desean con todas sus fuerzas que este 2014 sea de verdad un ¡feliz año nuevo!

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