lunes, 5 de febrero de 2018

CERRANDO CICATRICES

El Otero

Cerrando cicatrices

05.02.2018

Suele ser comúnmente aceptado que la mejor medicina es la preventiva. Si invirtiéramos más en prevención y en detección precoz ahorraríamos mucho. En todos los sentidos. Pues bien, viene esto a cuento de un titular que leí el pasado sábado en LA NUEVA ESPAÑA: "La Ronda Sur debe integrarse en la ciudad". Una noticia en la que los vecinos integrantes de la plataforma "Uniendo Barrios" reclaman un Oviedo sin barreras. Lo mismo que en Santullano. La ciudad quiere cerrar viejas cicatrices que una ineficaz y desafortunada planificación le infringió. 
Por eso no deja de sorprenderme, más aún si cabe, la polémica que arrecia en torno a la denominada Ronda Norte, rebautizada ahora, al parecer, como circunvalación norte. ¿O no sería la ronda norte -o circunvalación, tanto monta- una herida en la parte más sensible de la ciudad? Es legítimo y respetable que haya opiniones que crean que esta infraestructura sea el bálsamo de Fierabrás que solucione los problemas de tráfico de la zona oeste de la ciudad. Pero convendrán conmigo que tan legítimo y respetable es creer lo contrario. ¿Y pienso lo contrario? Pues sí. E intentaré explicarme. En primer lugar, seguro que no descubro la pólvora si digo que una de las no muy abundantes certezas que tengo en la vida es la profunda convicción de que el Naranco necesita un poco de ayuda para ser el Naranco. por aclarar la perogrullada: para ser ese espacio vital y necesario de gran potencial y valor medioambiental al que la ciudad ha dado, durante décadas, la espalda. Junto con otros, llevo años intentando promover su conocimiento. Procurando cuidarlo. Tratando de defenderlo. Así, hace unos años, creamos la asociación "Manos por el Naranco", una asociación totalmente independiente en la que estamos convencidos de que no se ama lo que no se conoce. Y no se cuida lo que no se ama. Por tanto, no pidan a los criadores de xata roxa que se hagan vegetarianos que, me temo, va a ser complicado. Y me opongo, en primer lugar, por que la ronda o circunvalación norte sería un hachazo al Naranco. Dividiría para siempre la ciudad de La Cuesta. Inadmisible. Por más que se quieran poner tiritas. Es difícil hacer una tortilla sin romper huevos. 
Segundo. ¿Sería la solución al tráfico? Me temo que no. Lo único que haría sería sacar los coches de un sitio para desembocarlos en otro generando ruidos y humos en un espacio privilegiado. ¿Y alguien se cree que detrás de la ronda no vendrían las edificaciones como ocurrió en otros lugares? 
En tercer lugar, la ciudad de hace dos décadas ya no es la de ahora. Obvio. Pero la de ahora tampoco es la de un futuro a medio plazo. Las ciudades han de tender hacia la sostenibilidad. El concepto del uso del coche particular va a mudar. Habrá que apostar, más pronto que tarde, por un transporte menos agresivo. Hay muchas tesis que defienden que el uso del coche particular disminuirá notablemente en un periodo de dos o tres décadas. Por tanto, ¿queremos invertir decenas de millones de euros en una obra con un altísimo impacto ambiental sin saber qué futuro le aguarda? 
Y por último: hay alternativas. Realistas. Asequibles. Cercanas. Para las que se puede buscar la complicidad de otras administraciones de forma que no sea el Consistorio quien las tenga que afrontar en soledad. ¿Cuáles? Conectar San Claudio con la A-63, que pasa a unas decenas de metros y que, inexplicablemente, no tiene salida hacia ella. Algo que estuvo negociado en su día entre el Principado y el Ayuntamiento de Oviedo y que nunca se llegó a ejecutar. 
Un vial que una Las Campas y la Florida con la glorieta de Santa Marina. Actuación no muy compleja que permitiría a esta zona una salida rápida a la circunvalación sur de la ciudad. 
Llevar a cabo la ampliación de Nicolás Soria. Una obra que lleva rebotando por los presupuestos generales del estado desde tiempo inmemorial y que vaya usted a saber por qué no se hizo. 
Y, algo bastante obvio: ampliar la salida a la glorieta de Luis Oliver. Es inconcebible que se haya hecho una salida de un solo carril para toda la zona de Prados de la Fuente. El proyecto inicial contemplaba más carriles pero, ¡voilá!, desaparecieron. Alguien sabrá por qué. 
Y sí, también se podría buscar una salida hacia la AS-II que no pase por Luis Oliver. 
Con todo esto no sería preciso pensar en obras faraónicas que no son necesarias y que acabarían por dar la puntilla a un Naranco que necesita, más que nunca, apoyos y apuestas por convertirlo en lo que debe y quiere ser: el pulmón de Oviedo. Sin más. Una de las oportunidades de un Oviedo mejor. El futuro es ya. No hagamos heridas que nuestros hijos tengan que suturar. Las futuras generaciones no nos perdonarán por haber malgastado su última oportunidad, decía Cousteau. Y su ultima oportunidad es hoy. No la desperdiciemos.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2018/02/05/cerrando-cicatrices/2233826.html

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