lunes, 31 de octubre de 2016

EL CAMPOSANTO DE SAN CIPRIANO

El Otero

El camposanto de San Cipriano

Sobre los cementerios de la ciudad

31.10.2016 | 03:29








Noviembre llama a la puerta. Y, como cada año, su inicio es sinónimo de días que se acortan, de hojas lánguidas, vencidas, teñidas de ocre que contrastan con el vivo color de los crisantemos que anuncian horas de recuerdo a los que se fueron. Porque aunque les recordemos -inevitablemente- cada día, son fechas de visita casi obligada a los cementerios en los que reposan aquellos que formaron parte esencial de nuestras vidas. En la ciudad de Oviedo, desaparecidos hace años ya el de Santullano, hoy parque, y el de San Pedro de los Arcos, que durante mis primeros años de escolar era una especie de macabra continuación del patio del colegio, nos queda el del Naranco y, desde 1884 el de San Salvador. Pero, me pregunto, ¿y antes de éste dónde iban los restos mortales de los ovetenses? 
Durante siglos iglesias, monasterios, conventos e, incluso, cofradías, sirvieron a tal fin hasta que por Real Cédula de Carlos III en 1787 y de Carlos IV en 1804, se obligó a practicar los enterramientos en recintos independientes, alejados de la población y de corrientes o manantiales de agua. Oviedo, que había utilizado incluso la iglesia y el Campo San Francisco en épocas de epidemias o guerras, construyó su primer cementerio sobre el antiguo Campo de San Cipriano, en la zona de Prau Picón, donde se ubica el actual seminario. Fue bendecido por el obispo Ceruelo en 1816 e incorporaba, según opinión de Canella, "los detestables sistemas de nichos que implantaron en Madrid los arquitectos Villanueva y Rodríguez aunque, por razones higiénicas y aun artísticas siempre debieron prohibirse". 
Su descripción la hace Pascual Madoz en estos términos: "El cementerio se halla en el punto más elevado de la población. Está bien ventilado y es bastante capaz. Forma un cuadro perfecto y ocupa un terreno cuya extensión es de 2.544 varas cuadradas. Tiene capilla y de 80 a 90 nichos por cada uno de los cuales paga al ayuntamiento la familia del que lo ocupa un tanto, que está señalado por el tiempo que le acomoda. El Ayuntamiento actual ha procurado y procura ponerlo con la decencia que corresponde, haciendo en él obras importantes que, si como es de creer continúan, llegará a ser uno de los buenos cementerios que hay en España". Pues bien, parece que los buenos propósitos de Madoz no se cumplieron y, debido al amontonamiento de sepulturas, la poca profundidad de éstas y el paulatino deterioro, las autoridades sanitarias alertaron sobre el riesgo de epidemias y, por tanto, se inició la búsqueda de nuevos terrenos para un nuevo cementerio. El lugar elegido fue el denominado "El Bosque", iniciándose la obras en 1883. El resto ya es otra historia. El 6 de junio de 1941 se trasladan los últimos restos al nuevo cementerio. 
Durante la Guerra Civil el antiguo cementerio de San Cipriano se convirtió en frente de batalla. 
"Todos, todos están dormidos, dormidos, dormidos en la colina". Son versos del poeta estadounidense Edgar Lee Master. Nuestra es la responsabilidad de mantener despierto el recuerdo del Oviedo que fue y, por supuesto, el de aquellos que nos ayudaron a ser lo que somos hoy.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2016/10/31/camposanto-san-cipriano/2006105.html

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