martes, 15 de octubre de 2019

¿BEBE V. CERVEZA?

El Otero

¿Bebe v. cerveza?

La publicidad a finales del XIX en la ciudad

Carlos Fernández Llaneza 15.10.2019 
No es que quiera inmiscuirme en sus hábitos de consumo de bebidas, tranquilos; simplemente reproduzco el título de un anuncio de El Carbayón de 1895 que me llamó la atención. Y es que la publicidad de finales del siglo XIX en Oviedo es una mina inagotable. En un anuncio en formato de entrevista se preguntaban los anunciantes: ¿Qué es cerveza? Todos los sabemos bien; no en vano, España, con 40,6 millones de hectolitros es el tercer consumidor de esta bebida de Europa. En la tierra de la sidra el consumo de cerveza tampoco es moco de pavo. Según un reciente estudio, cada asturiano consume al año unos 70 litros de cerveza (a mí que me registren, alguno se está soplando 140); pero a lo que vamos, para los anunciantes del XIX, la cerveza "es un cocimiento hecho con agua finísima y especial, cebada escogida y superior y una planta medicinal llamada flor de lúpulo". Ante la pregunta de cuántas fábricas de cerveza hay en Europa, responden: "muchas (como ahora, vamos) pero yo apenas tengo noticia más que de una, La Austriaca (¡qué casualidad hombre!) fundada en Santander por el Exmo. Sr. Marqués de Valdebuena y dirigida por D. Luis Puijamer, ingeniero químico y mecánico (la primera especialidad pase, la segunda para la cerveza?) Bien, continúa el supuesto entrevistador inquiriendo sobre cuántas clases de cerveza se conocen: "En esta fábrica se hacen varias pero tiene tres que se distinguen perfectamente de sus similares (faltaría más) y son: alemana de mesa, triple bock y Salvator (el nombre promete)". A la pregunta de quiénes son los usuarios principales de esta bebidas, afirman: "En primer lugar los aficionados que son muchos (pues si llegan a ver el Oviedo del siglo XXI?); la usan también las personas delicadas del estómago (mira tú), los inapetentes y a quienes la ciencia la prescribe (más de uno daría algo por tener un médico que le recetase una pinta cada cuatro horas). Se pregunta el interlocutor: "Luego, la cerveza ¿es medicinal?". Respuesta: "No es una medicina (menos mal, ya me veía en la farmacia a ver si por la rebotica quedaba alguna de Águila Negra) sino una bebida refrescante, deliciosa y a propósito para apagar la sed; pero obra maravillas cuando se toma por prescripción médica (1895, no se hagan ilusiones), especialmente siendo de la marca La Austriaca (¡la duda ofende!) ¿Cómo se explica tanta bondad? pregunta el benévolo interrogador; pues bien: "Muy sencillamente; bástele a V. saber que el Sr. Marqués dueño de esta fábrica no es un mero industrial, sino un eximio ciudadano que queriendo dotar a su patria con un establecimiento de primer orden, no ha reparado ni repara en sacrificios (por generosidad y altruismo que no quede). Ha escogido el personal de lo más científico y experimentado; ha invertido grandes sumas en máquinas y edificios (¡será por perres!) y está dispuesto a cualquier gasto con tal de mejorar sus productos. Últimamente ha conseguido crear un nuevo tipo de cerveza finísima, agradable y de excelentes resultados; este es el tipo Salvator". No salgan corriendo al bar más próximo a pedir una que igual les miran raro. Si quisieran más detalles, o probar clases, dense una vuelta por la calle del Rosal, número 16, casa de los Señores J. López Sela e hijos. Depositarios para toda la provincia de cerveza La Austriaca. Medalla de oro en la exposición universal de Barcelona. Ahí queda eso. Aunque el Rosal ya no es lo que era en 1895 ni, dicho sea de paso, el Rosal de los 80. 
Pues nada, ya saben, el día que les duela el estómago o anden así como desganados, un lingotazo de cerveza La Austriaca y como nuevos. Cabe recordar que el que suscribe no se hace responsable de las opiniones y consejos de los anunciantes, y recomienda un consumo moderado; no vaya a ser.
https://www.lne.es/noticias-suscriptor/suscriptor/oviedo-opinion/2019/10/15/bebe-v-cerveza/2543592.html

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