jueves, 17 de enero de 2013

Año nuevo, nuevo inicio.



El Otero

Año nuevo, nuevo inicio







Año nuevo, nuevo inicio
Año nuevo, nuevo inicio  

Carlos Fernández Llaneza abre con este artículo una serie de colaboraciones en las que reflejará su visión de la ciudad. Ex concejal socialista, muy vinculado a la parroquia de San Pedro de los Arcos, trabaja en una empresa farmacéutica y es autor de varios libros sobre la ciudad

CARLOS FERNÁNDEZ LLANEZA Asomarte a un papel en blanco cuando quieres -necesitas- escribir algo comparte numerosas similitudes con el vértigo curioso que sentimos ante la perspectiva de un año nuevo. En ambos todo está por escribir y en los dos, el resultado depende en buena medida de nuestra actitud, de nuestra predisposición y de nuestro interés. Comparto con Umbral el pensamiento de que «escribir es la manera más profunda de leer la vida» y además para mí, escribir es como pensar dos veces, o a diferencia de cuando expresas algo verbalmente, tener una segunda oportunidad para decir lo que querías pensar y pensar lo que querías decir. Es como un hormigueo que rasco dando a la tecla.

LA NUEVA ESPAÑA me brinda, con la generosidad y el cariño que siempre me ha demostrado, la oportunidad de rascarme, de asomarme a esta ventana con libertad, para intentar compartir pensamientos con quien quiera; retazos de esa manera de leer la vida. Compartir este espacio será como encontrarte por las calles de Oviedo con tanta gente con la que te paras y con los que unos minutos de fortuito encuentro callejero se convierten en momentos de intensa vida compartida. Este reto es difícil, pero emocionante. E ilusionante; además, me gustan los retos difíciles, sin ellos la vida sería un poco más aburrida.

Así que aquí estamos, estrenando año y abriendo esta pequeña ventana por la que espero entren los sonidos de Oviedo en particular y de la vida en general, tan variados ellos, a veces música y armonía; en ocasiones ruido estridente, pero de todo se compone la cotidiana realidad. Y ya veremos lo que sale, porque si tenemos dos oídos y una sola boca, quizá sea porque debemos escuchar el doble que hablar, y que yo sepa, nadie dijo que un periódico no esté también para escuchar...

Demos también pues la bienvenida al nuevo año, a ese calendario virgen que nos ofrece la posibilidad de ser y hacer todo lo que queramos, aún consciente de las muchas y gigantescas dificultades que nos rodean. Cada día es una nueva oportunidad de hacer las cosas bien; como decía antes, en nuestras manos está. Aprovechemos y vivamos el momento y no lleguemos de nuevo al fin del calendario, miremos las manos y digamos con Borges: «he cometido el peor pecado que un hombre puede cometer. No he sido feliz».

Deseo con toda sinceridad lo mejor para mi país, para mi querida ciudad de Oviedo y, por supuesto, para cada uno de aquellos que os asoméis a esta ventana, que espero sea como aquellas de los pisos bajos del Vallobín de mi infancia en las que se formaban tertulias interminables en las que lo humano y lo divino, con el barniz del sentido común que parece haberse esfumado en los últimos tiempos, arreglaban el mundo que nos rodeaba, tan pequeño y simple, y a la vez tan enorme e inabarcable.

Que el año nuevo nos traiga quizá no lo que queramos, sino lo que más nos convenga y como decía el poeta estadounidense Waldo Emerson; «Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año».


http://www.lne.es/oviedo/2013/01/17/ano-nuevo-nuevo-inicio/1355031.html

Publicado el 17 de enero de 2013

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