miércoles, 6 de marzo de 2013

¿PARA QUÉ SIRVE LA VIDA...?: 125 respuestas

http://www.lne.es/oviedo/2013/03/06/para-que-sirve-la-vida-125-respuestas/1378030.html


El otero

¿Para qué sirve la vida?: 125 respuestas

El cumpleaños de la Cocina Económica

06.03.2013 
¿Para qué sirve la vida?: 125 respuestas
¿Para qué sirve la vida?: 125 respuestas

Hay preguntas que tienen canto... Es lo que tiene no dormirte a la primera, de la que te arrullas entre sábanas aún frescas; como no coja pronto el sueño, corro el riesgo de que mi imaginación cobre vida propia y acabe haciéndome extrañas preguntas; bueno, Tom Fernández se preguntaba para qué sirve un oso, y no le salió nada mal... La cuestión surgió a raíz de un texto que leí, en el que el jesuita español Luis Espinal, brutalmente asesinado en Bolivia por paramilitares en 1980, decía: «Pasan los años y, al mirar atrás, vemos que nuestra vida ha sido estéril. No nos la hemos pasado haciendo el bien. No hemos mejorado el mundo que nos legaron. No vamos a dejar huella. Nuestro único ideal no puede ser llegar a viejos». Y lo dice al que le costó la vida su coherencia. Y me dio que pensar. Mucho.

Si en estas líneas fuera posible reflejar un silencio, sería lo procedente. Un paréntesis para interiorizar la pregunta del millón: ¿en qué estoy invirtiendo mis días? No quisiera darle la razón a Oscar Wilde cuando decía: «Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo». Quiero creer que no es así. Y es que hay preguntas que por sí solas tienen el efecto de perdurar como un eco machacón, que se pegan como un buen perfume a la piel.

Por desgracia, hoy en día, muchos conciudadanos bastante tienen con sobrevivir como para preguntarse por qué vivir. Pero ante esa situación, para muchos, la respuesta es ofrecer un cómo para que otros puedan encontrar el porqué. Einstein decía que «solamente una vida dedicada a los demás merece ser vivida». Puede ser.

Oviedo ha celebrado esta semana pasada un cumpleaños: 125 calendarios bien vivos y vividos de la Cocina Económica. La nevadona de 1888 llevó al entonces obispo, fray Martínez Vigil, a establecer una «tienda asilo» con el fin de paliar los efectos que esa nevada estaba causando entre las capas más pobres de la población ovetense. 125 años después, seis Hijas de la Caridad, siete empleados y más de un centenar de voluntarios siguen con su trabajo y dedicación a los más necesitados, ofreciendo su particular respuesta. Una tarea de entrega y de solidaridad con la que no sólo llenan los estómagos, sino también los corazones de los que llaman a sus puertas. Afortunadamente, no son pocos los que quieren que su vida sirva para llenar los vacíos que el destino deja en muchos caminos; así el trabajo de multitud de personas en asociaciones, ONG, instituciones solidarias, de lucha por los derechos humanos, de defensa de los trabajadores... permiten que la esperanza no salte por la ventana cuando la necesidad entra por la puerta.

Oviedo debe mucho a la Cocina Económica; sin duda, sus veteranos fogones han dado mucho alimento y calor a la par que recibido mucho agradecimiento. Con el estómago vacío, poco se puede hacer. Me sumo, agradecido, a la felicitación por esos 125 años, tras los que cientos de miles podrán decir ante su sede de la calle de San Vicente: «¡Gracias!».

Siglo y cuarto de historia de la Cocina Económica de Oviedo muestra para qué sirve la vida de algunos, aunque seguro que hay tantas respuestas como personas se interroguen... Pero 125 años de una institución que ha sembrado tanta dignidad, tanta entrega, tanto cariño... bien merecen que, al menos por hoy, la respuesta no siga flotando en el viento...
Publicado en La Nueva España el 6 de marzo de 2013

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