Una ingeniosa inocentada
Una larga tradición del 28 de diciembre
No hace tantos años, en fecha como la de hoy, era aconsejable andar ojo avizor no te fueran a colgar algún monigote a la espalda.
O te convirtieras en víctima propicia de alguna inocentada que te dejara con cara de pasmarote. Asimismo, era común que los periódicos incluyeran entre sus páginas alguna noticia rocambolesca con el ánimo de hacer caer al lector en la broma.
Y esa costumbre de la prensa es antigua: 29 de diciembre de 1925. Noticia publicada en la prensa local; vean: “Ayer, y cuando acertábamos a pasar por la calle Uría, observamos que un numerosísimo grupo de gente, agolpándose en los escaparates de los almacenes “Al Pelayo”, comentaba regocijado la ingeniosa inocentada que los dueños de tan importante casa comercial quisieron dar al público, consiguiéndolo, a fe nuestra, con extraordinario éxito. Una de las lunas de los escaparates aparecía rota, tan maravillosamente imitada la rotura, que únicamente palpándolo se podía conseguir la evidencia de que la rotura era un camelo para llamar la atención de la gente hacia el fondo del escaparate, donde se leía un letrero que decía: Duros legítimos a 4,90 pesetas. Y, efectivamente, los dueños de Al Pelayo daban ayer duros legítimos a 4,90 pesetas”.
Ya ven, en 1925 había comerciantes ovetenses empeñados en contradecir el refrán que reza que nadie da duros a cuatro pesetas. Pero, a pesar del chollo, no vendieron ni uno. Así lo justificaba el periodista: “Al Pelayo, al parecer, sólo hace negocio, sólo consigue convencer al público cuando vende trajes y demás artículos, con lo que no hay manera de competir”. Continuaba la noticia destacando que en el fondo del escaparate: “aparecía un tentador montón de duros de plata, exactamente iguales a los que dan en el Banco de España por cinco pesetas. Pero el público, quizá dándose cuenta de la inocentada, no picó, aunque es de presumir que no sería por falta de ganas. Sin embargo, y según confesión recogida directamente de los referidos dueños, no era una broma lo de los duros a 4,90 pesetas, puesto que estaban dispuestos a vender cuantos hubiera pedido el público”. Por último, se preguntaba el redactor: “¿Por qué hace estos alardes Al Pelayo?”. Y él mismo ofrecía la respuesta: “Pues muy sencillo, porque todo el afán de esta casa es dar constantemente pruebas al público de su inquebrantable propósito de sacrificarse por él, en justa reciprocidad, ya que continuamente es favorecido por la enorme concurrencia que en todo momento llena sus departamentos comerciales. Y no son éstas solamente las pruebas dadas de reconocimiento y consideración hacia el público; continuamente estamos registrando hechos de análoga significación”.
Y no podía acabar la información sin alabar la iniciativa de los almacenes ovetenses “por el ingenio demostrado en la inocentada de ayer, que tan poderosamente llamó la atención del público, el cual comentaba con singular simpatía la oportuna ocurrencia”.
Hoy, si alguien le ofrece cinco euros por 4,90, desconfíe. Lo de atar los perros con longaniza, me temo, es historia. Y vigilen las espaldas de vez en cuando no vayan a lucir un hermoso monigote que haberlos, haylos.
Y, bromas al margen, concluyo deseándoles lo mejor para el año nuevo que ya asoma. Para ser mejor que el saliente 2020 tampoco va a tener que esmerarse mucho.
Sean felices.