Convendrán conmigo en que con esto del asunto del patrono de Oviedo siempre hubo algo de lío. No son pocos los ovetenses que aún creen que el patronazgo de la ciudad lo ostenta San Mateo; no es así. San Mateo, digamos, pasaba por allí. El 14 de septiembre, festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, se inicia la Perdonanza o Jubileo de la Santa Cruz, una semana de alegría y gozo para ganar la indulgencia plenaria. A los siete días se ofrecía a los peregrinos que se acercaban a la ciudad unos festejos de final de la Perdonanza que coincidían en el calendario con San Mateo. Puro azar. Muchos creíamos que en Oviedo, en cambio, teníamos de patrono al mismo Dios: al Salvador. Pero después de numerosas e interesantes consultas tengo que concluir que no. El Salvador (o San Salvador) tampoco es patrono de Oviedo, algo que no puede ser porque, en palabras del canónigo Enrique López, "San Salvador, o el Salvador, es Jesucristo Glorificado tras su resurrección. Pero la divinidad no puede ser patrona de una ciudad porque no otorga, no intercede ante Dios para obtener su favor; es Dios mismo".
Fue Fruela el que dedicó una Basílica a San Salvador y a los Doce Apóstoles, destruida en una incursión musulmana, y reedificada por su hijo, Alfonso II, quien la erigió en Sede Episcopal en 812. Desde entonces, nuestra Catedral está dedicada, eso sí, a San Salvador y a los Apóstoles aunque, a menudo, esta última dedicación no se menciona. ¿Está Oviedo, por tanto, huérfana de patronazgo? No. En 1639, el papa Urbano VIII, nombra a Santa Eulalia de Mérida patrona de la diócesis y de la ciudad. Así que, en contra de lo escrito por mí en alguna ocasión, rectifico: San Salvador no es patrono de Oviedo. Tal vez esta confusión venga facilitada por la dificultad, en palabras de Silverio Cerra, hombre sabio y bueno, "de discernir entre titularidad y patronazgo, en que a veces se unifiquen templo y mapa".
El caso es que, en la tarea de búsqueda en la que llevo varios días inmerso, me encontré con una curiosa noticia que no recordaba. Fue publicada el 26 de octubre de 1989 en LA NUEVA ESPAÑA: "San Mateo desplazará a San Salvador como patrono local". Se anunciaba que el cambio, consensuado por todos los grupos políticos y aprobado por la Comisión de Interior, "pronto será oficial". La iniciativa fue impulsada por un "grupo de ovetenses amantes de la tradición y de la historia local" y, a su juicio, San Mateo, "patrono no nombrado" era el santo local por excelencia. Encabezaba este grupo promotor el cronista oficial de Oviedo, Manolo Avello y se sumaban a la demanda Emilio Campos y los periodistas Evaristo Arce, Luis Alberto Cepeda y Orlando Sanz. Según los promotores, esta propuesta "pretende que se establezca de forma oficial una situación cuya raíz está en el mismo pueblo ovetense, pues de forma espontánea, a lo largo de un dilatado periodo de tiempo y desde época medieval, en el día de San Mateo se hacían grandes fiestas a los romeros que, formando piadosas peregrinaciones convergían en Oviedo desde todos los rincones del mundo". Proseguían señalando que "en nuestros días, San Mateo continúa teniendo una presencia trascendental en las fiestas de la ciudad y, si durante tantos años que forman siglos, el apóstol fue considerado por los vecinos como patrono no nombrado de Oviedo, parece razonable que por este cariño que se tiene al antiguo recaudador de impuestos y la vigencia y continuidad de las mismas fiestas, se haga a San Mateo patrón indiscutible de Oviedo". Concluía la información: "actualmente, el patrono de Oviedo es San Salvador, cuya imagen se venera en la Catedral", si bien se considera este patronazgo "gris y oscuro, hasta el extremo de que la festividad que se celebra el 6 de agosto suele pasar desapercibida para la mayoría de los ovetenses".
Pero como cabía esperar la propuesta tuvo también sus críticos; se oponen por considerarla "contraria a la tradición" el entonces deán Rafael Somoano, el cronista de Asturias, Joaquín Manzanares, el Presidente de Tribuna Ciudadana, Juan Benito Argüelles, el catedrático Germán Ramallo, el periodista Javier Neira y José Ramón Tolivar Faes, quien llegó a bromear proponiendo que se nombrara patrón a "San Topu Fartón", en alusión a uno de los populares chiringuitos mateínos. El alcalde, Antonio Masip, dejó correr el asunto y, así, hasta hoy.
Bien, pues algo más que he conocido de este Oviedo inabarcable y con el que me pasa algo muy socrático: cuanto más sé, más consciente soy de lo mucho que ignoro.
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