Navidad, es Navidad
Sobre la parte olvidada del significado de las fiestas de Pascua
Carlos Fernández Llaneza 24.12.2016El calendario manda. Es Navidad. Nos lo recuerda machaconamente la publicidad. Las calles se visten de luz. Los comercios nos tientan a cada paso ofreciéndonos ideas mil para los obligados regalos. Por las calles del centro de la ciudad rebotan los villancicos. Los restaurantes saturan sus agendas de reservas con comidas de empresa y de grupos de amigos. Recibimos decenas de mensajes cada día. Los niños disfrutan de las vacaciones escolares. Las agencias de viajes nos brindan la posibilidad de escapar de la cotidiana rutina. Deseamos felices fiestas en cada despedida de nuestras conversaciones. Esperamos impacientes a los que tenemos lejos y retornan al hogar aun por unas horas. Jugamos a la lotería más que nunca? En fin, parece que todo conspira para anunciar que, por fin, ¡es Navidad! Pero, no sé, me dio por preguntarme, ¿es todo esto realmente la Navidad? Nada hay de malo en todo ello; es más, es deseable buscar signos que expresen alegría.
Tengo por costumbre recortar de vez en cuando noticias del periódico que me llaman la atención y hoy recordé y busqué una que LA NUEVA ESPAÑA publicaba en sus páginas de Oviedo el 24 de noviembre con el título de "La calle te carcome". En ella se informaba de que el municipio pondrá pisos a disposición de transeúntes. Uno de los graves problemas de nuestra sociedad. Víctimas de una crisis injusta, de orígenes inmorales y que se cebó, como siempre, en los más débiles. Vaya usted a saber por qué curiosa asociación de ideas recordé el relato del nacimiento de Jesús: "Y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue". El escritor británico Chesterton destacaba que la Navidad está construida sobre una hermosa e intencional paradoja: que el nacimiento de las personas sin hogar se debe celebrar en cada hogar. Y me pregunto, ¿puede ser ese nacimiento signo de confianza en el futuro para los que, como él, ansían un techo en el que cobijarse? ¿Podrá, de alguna manera, ser ese niño esperanza para los desheredados de la tierra?
A fin de cuentas, ese pequeño, mucho más que las luces, los villancicos, las reuniones, las compras? es origen, causa y auténtico porqué de que usted y yo estemos hablando y celebrando la Navidad.
A lo mejor tenía razón el escritor estadounidense Theodor Seuss: "Quizás la Navidad no proviene de la tienda. Quizás la Navidad, tal vez? ¡significa un poco más!".
En cualquier caso, la vivan como la vivan, de todo corazón, ¡feliz Navidad!
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