DEMOS UN PASO, POR FAVOR
No es noticia, se dice, que un perro muerda a una persona; sí al contrario, por supuesto. Tampoco es noticia, obviamente, que una persona camine por su ciudad con total normalidad. Por desgracia, parece que tampoco lo es el caso contrario: que varios cientos de nuestros convecinos no puedan transitar con absoluta normalidad por nuestras calles. Una de las primeras veces que me asomé a esta ventana que nos abre la prensa, fue precisamente para demandar medidas que facilitasen el uso y disfrute por igual de la ciudad a todos los ciudadanos independientemente de su situación física. Hoy vuelvo a hacerlo ante el poco éxito obtenido en aquellas demandas. El 3 de Diciembre celebraremos de nuevo el día internacional del discapacitado que pasará, sospecho, sin pena ni gloria. Las personas con algún tipo de discapacidad, sienten cada día como siguen siendo marginadas ante hechos tan sencillos como cruzar una calle o acceder a determinados lugares y/o transportes públicos. No piden nada que no sea sólo de justicia –la ley les ampara- .Así la Constitución reconoce la igualdad de todos los ciudadanos; proclama sus derechos a disfrutar sin marginación alguna de servicios, formación, etc. y exige a las administraciones la provisión de los medios para que ello sea posible; y el reglamento de accesibilidad y supresión de barreras del Principado de Asturias (Decreto 37/2003) nace con vocación de mejorar la calidad de vida de toda la población, ya que la promoción de la accesibilidad y la supresión de barreras en los ámbitos urbanístico y arquitectónico a todos beneficia. Pero no sólo es de justicia, decía, sino de sentido común.
La lista de carencias en el ámbito de la accesibilidad podría ser numerosa como las arenas del desierto, pero no quiero que este artículo parezca una interminable lista a los Reyes Magos. Hoy sólo quiero pedir una cosa al equipo de gobierno municipal: que constituya de una vez y sin más demoras la demandada comisión de discapacidad. Hay compromisos en ese sentido con colectivos de discapacitados, pero a día de hoy sigue en el limbo. Ese sería el foro ideal donde analizar todas y cada una de las carencias y problemas cotidianos existentes. Allí estarían quienes conocen por experiencia propia los problemas que sufren cada vez que salen de casa y junto con ellos, los que tienen la posibilidad de poner los recursos necesarios para solucionarlos. Será difícil explicar porque algo tan sencillo como constituir este foro no está hecho ya, pero será más difícil aún, explicar porque algo tan necesario no se acometiera a la mayor brevedad posible.
Nuestros dirigentes municipales alardean a menudo de que la ciudad está hecha. ¡Ja! ¿Hecha, para quién…?. Y se quedan tan tranquilos cuando a conciudadanos nuestros les cuesta Dios y ayuda el simple hecho de salir de casa. Siempre he dicho que antes que las farolas y las baldosas son las personas; especialmente aquellas que más necesitan de la ayuda de las instituciones públicas. En alguna ocasión me han llamado demagogo y que desde la oposición es muy fácil hacer todo tipo de propuestas “angelicales”; pues lo siento, no pienso renunciar a aquello en lo que creo y lo que creo es que lo primero son las personas. No puede haber personas sin techo, personas sufriendo desamparo y soledad, penurias económicas o como el caso que nos ocupa, personas que por su discapacidad física, estén en desigualdad de condiciones con el resto de vecinos y decir que en la ciudad está todo el “pescao” vendido. No. Sr. Alcalde. La ciudad no está hecha. Quedan muchas cosas por hacer y una de ellas, por ejemplo, es convocar de forma inmediata una comisión municipal que estudie no sólo la supresión de las barreras arquitectónicas del municipio, sino el resto de problemas que sufre este colectivo. Ese puede ser el primer paso a dar, a favor precisamente de aquellos que no pueden dar ni un paso.
Publicado en La Nueva España el 4 de diciembre de 2004.
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