Hace unos años nuestro concejal senador Javier Sopeña proponía la adhesión de Oviedo a la red española de ciudades por el clima, lo que conllevaría la organización de un foro ciudadano de debate y la aprobación de unas ordenanzas municipales sobre energías renovables. Como no podía ser de otro modo, apoyamos esta iniciativa y nos alegra de que así sea, pero -lástima que haya un pero- me tomo la licencia de ser un poco como Santo Tomás; tendré que ver para creer. Y tendré que ver, porque desde el 6 de julio de 2004, que ya llovió, en que se aprobó en Pleno la adhesión de Oviedo a la declaración asturiana por la sostenibilidad conocida como Declaración de Llanes y Carta de Aalborg, nuestro ayuntamiento no ha hecho nada de nada en el desarrollo de los compromisos derivados de la asunción de esta Agenda Local XXI. ¿Y qué implica todo lo anteriormente dicho...? Que si declaración de uno, que si carta de otro, que si Agenda Local XXI...Vamos a ver si soy capaz de resumirlo. Pues sería más o menos la asunción de un compromiso por parte de nuestro ayuntamiento por el que nos obligaría a planificar el desarrollo local de manera que sea social, económica y ambientalmente sostenible. Este modelo implicaría implantar y desarrollar un sistema de gestión municipal que tuviera en cuenta las políticas ambientales, sociales, económicas y culturales del municipio, que persiguiera y tuviera el objetivo de lograr la sostenibilidad local, lo que implicaría la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de un municipio de tal modo que se integre:1.- La supervivencia y respeto al entorno: un respeto por el medio ambiente, medio en el que vivimos y tenemos que conservar para nuestros hijos e hijas.
2.- La necesidad de equidad o justicia social: un desarrollo social más justo en el que se eliminen o disminuyan las desigualdades.
3.- Equilibrio económico: Un desarrollo económico más equilibrado en el que se consuman menos recursos y se generen menos residuos.
Es una declaración que asume planteamientos tremendamente ambiciosos y que redundarían, sin duda, en un gran beneficio para la sociedad. Y aún diría más: es un gran reto. Y para otro día dejo las carencias que tenemos en materia medioambiental, que, como las meigas, haberlas, haylas, y por cierto, "asgaya".
En definitiva, no pretende otra cosa que todos los ciudadanos tengamos un poco más de calidad de vida; y eso, no les quepa duda, es lo que debe pretender esa herramienta que ustedes nos ponen en la mano cada cuatro años: la política.
Publicado en La Nueva España el 31 de mayo de 2005.
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