viernes, 12 de febrero de 2016

LA ROMERÍA DE LAS NARANJAS

El Otero

La romería de las naranjas

Sobre la celebración de la fiesta de las Candelas en la ciudad

08.02.2016 
Aspecto que presentaba ayer la calle del Águila.

Pues sí. De las naranjas. Y en esta tierra de pomares. La primera del calendario festivo local: el 2 de febrero. También conocida como fiesta de "las Candelas", heredera de la "festa candelarum" romana. Festividad litúrgica de la presentación del Señor en el templo y de la purificación de la Virgen. Se celebraba en el entorno del convento de San Pelayo por donde se ponían puestos de naranjas que se extendían por la muralla hasta la calle del Águila. 
A ella se refiere Palacio Valdés en su obra "La novela de un novelista": "Asturias no es país de naranjos, pero a la orilla del mar, por la parte de oriente, crecen algunos que dan una fruta bastante aceptable, sobre todo si se la come con azúcar. El día de la Candelaria llegan a Oviedo por la carretera de Gijón muchos carros y se establece en esta carretera un lucido paseo. No tiene más que un inconveniente y es que el camino por aquella parte ofrece una fuerte pendiente, lo cual le hace imposible para los asmáticos". 
Era ocasión propicia para llevar la fiesta más allá de sus límites naturales y, como nos recordaba Carmen Ruiz-Tilve en uno de sus imprescindibles "Pliegos de Cordel" allá por 1996: "La fiesta, para unos, estaba en el taberneo interminable por la zona; para otros, frecuentemente mujeres, en el paseo que se animaba hasta la Noceda y Jovellanos. Y para otros, la chavalería, en las batallas en las que se enzarzaban, desde sus acuartelamientos en la plaza de Feijoo, apuntando certeramente con los gomeros para lanzar contra los cogotes del prójimo perfumados dardos consistentes en mondos de naranja. En principio, los dardos de azahar solían ir dirigidos a las niñas, pero por la falta de precisión del arma primitiva y por las prisas, los papás y las mamás y las carabinas recibían la mayoría de los golpes". 
Hoy ya no hay puestos de naranjas. Ni los farolillos de papel que alumbraban, mortecinamente, las calles al atardecer. Pero nuestras Pelayas siguen manteniendo viva la llama de esta tradición y, como legatarias de ese acervo secular, cada año, tras el rezo de vísperas procesionan con velas (candelas) por el claustro del monasterio. Y en el ofertorio de la misa vespertina se cumple la tradición de presentar a los niños nacidos durante el último año. 
Para los campesinos este día era también como un alto en medio del invierno. Fecha idónea para que las reservas de alimentos, tanto para las personas como para el ganado, estuvieran promediadas; varios dichos se conservan de esta costumbre: "El día de les Candeles entremedien les ceberes: si tienes como teníes, comerás como decíes". Si se disponía, al menos, de la mitad de las provisiones no habría problemas ya que: "Por la Candelera mirarás la to panera, la del maíz y la de la yerba, si tienes como comisti, bien salisti". Caso contrario se podría pasar peor: "El día de la Candelera medirás tu yerba y cebera; si tienes como tuviste, comerás como comiste, si no, aprieta la trebolguera". Y en tiempos de ausencia de partes meteorológicos también esta fecha ofrecía pistas: "Cuando la Candela chora, el invierno vai fuora, que chore que deixe de chorar, la mitá del invierno ta por andar". 
Por cierto, no vi cigüeña alguna el día 3, San Blas, que ya se sabe que por ese día la verás. Y si no la vieres, año de nieves. Así que no desesperen los esquiadores.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2016/02/08/romeria-naranjas/1879938.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario