Cuarenta años de esperanza
Las cuatro décadas de vida de una iniciativa pionera en la promoción de la salud emocional
01.02.2016
Carlos Fernández Llaneza
Nadie. Repito. Nadie se ha visto libre de vivir instantes de zozobra. Momentos en los que parecía que hasta el mismo cielo amenazara con desplomarse encima de nuestras cabezas. Días oscuros en los que parece que nada en nuestra vida tiene sentido. Horas lacerantes. Pero en el fondo, la mayoría, creemos que nunca llovió que no escampara y que, por oscura que sea la noche, siempre hay un nuevo amanecer esperando. Aún así, hay quien cae en un agujero tan hondo y tan negro que le es imposible salir. Personas que sienten cómo las ganas de luchar se esfuman. Que una mordaz soledad les invade. Que la esperanza desaparece. Que la ilusión, simplemente, ya no existe. Y ese pozo se agiganta. Te atrapa. Te engulle. Y te rindes. En ocasiones hasta el punto de sentir que sus hombros ya no soportan más el peso de su propia vida. Aunque no se habla mucho de ello, los datos de suicidio en nuestro país son preocupantes y desgarradores. No parece, por tanto, un problema que se pueda esconder debajo de la alfombra. ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad? ¿Qué nos está pasando individual y colectivamente? Cuando parece que tenemos más (con permiso de la crisis) es cuando, tal vez, hay más gente insatisfecha. Jamás hemos tenido acceso a más información y a más bienes pero, quizá, nunca nos hayamos sentido más solos. Por eso, más que nunca, convendría sembrar esperanza. Por eso, vendría bien, aun en las dificultades, vivir con una actitud positiva. Por difícil que sea, que lo es. Y por eso, a pesar del refrán de "consejos vendo y para mí no tengo", qué sano sería para todos que esta frase de Teresa de Calcuta se hiciera realidad: "No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz".
Quizá así lo entendió Serafín Madrid, un hermano de la orden de San Juan de Dios, persona tremendamente creativa y emprendedora, que en 1971, en Sevilla, fundó el Teléfono de la Esperanza. Una iniciativa humilde que hoy se ha convertido en una ONG pionera en la promoción de la salud emocional, especialmente, de las personas en situación de crisis individual, familiar o psico-social, y presente en 30 provincias españolas además de en Portugal, Zúrich, Miami y París.
Y en Asturias están de cumpleaños. Cuatro décadas ayudando a los asturianos y a los ovetenses. Ofreciendo una voz de aliento desde el otro lado del teléfono. Contribuyendo con talleres, cursos y acompañamiento a ayudar a las personas que necesitan un pretexto para agarrarse al futuro. Una voz amiga dispuesta siempre a tender una mano firme para salir de ese pozo maldito. Sea el que sea. Cuarenta años convirtiendo la línea telefónica, anónima, en 7.209 abrazos solidarios y necesarios. Esas son las llamadas recibidas en 2015. Ciento cuatro voluntarios entre psicólogos, psiquiatras, abogados y orientadores permanentemente dispuestos a ser esa voz que nos diga: ¡ánimo! ¡Aún hay una oportunidad! Del 16 al 24 de enero han tenido su merecida celebración en la plaza de Trascorrales. Y aquí seguirán. En su local de la avenida de Bruselas, 4 de Oviedo o en el 985225540, hallaremos una mano tendida que nos ofrece los recursos para levantarnos y continuar. Para derrotar los miedos que nos paralizan. Una escucha comprometida. Una voz que combate punzantes soledades. Palabras cargadas de esperanza. Tan necesarias. Tan imprescindibles.
¡Felicidades por esos cuarenta! Y gracias.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2016/02/01/cuarenta-anos-esperanza/1876526.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario