¿Pasión por Oviedo?
Sobre cómo disfrutar del amor por la ciudad
22.04.2015
Carlos Fernández Llaneza
El pasado fin de semana tuve oportunidad de asistir a un congreso médico en el que, acertadamente, entre las habituales ponencias científicas se coló una que llevaba por título "El coeficiente de optimismo", impartida por Emilio Duró, reconocido y prestigioso gurú, como suelen llamar ahora a estos profesionales de la comunicación, la superación y el desarrollo de actitudes pro activas en el ser humano; ahí es nada. Hay que reconocer que como ponente es bueno, sabe motivar al auditorio y transmitir su mensaje de forma amena y divertida. No es plan contar toda su conferencia, llenaría varias páginas, pero sí me quedo con una de las recetas que dio para ser feliz: vivir con pasión. Y mira tú que, inmediatamente -curiosa asociación de ideas- me acordé de Oviedo, imagino que como declaración de una actitud hacia Oviedo y lo ovetense. Los que compartimos el amor por la ciudad no solemos ser muy objetivos a la hora de ponderarla y para los que por motivos diversos viajamos con frecuencia por esos mundos de Dios, ese sentimiento de amor por Oviedo, y dejemos al margen localismos estériles, se acrecienta aún más.
Llegué al hotel con cierto eco incómodo zumbando e inmediatamente miré en el diccionario de la RAE el significado de pasión y, caramba, qué curioso; veamos: "pasión: acción de padecer. Lo contrario a la acción. Estado pasivo. Perturbación o afecto desordenado del ánimo. Inclinación muy viva de alguien hacia otra persona. Apetito o afición vehemente a algo. Sermón sobre los tormentos y muerte de Cristo". No sé yo, pero viendo las acepciones que propone el diccionario, ligar pasión y Oviedo, puede resultar, con alguna de ellas, un poco extraño...
Bromas aparte, coincido con Duró que es necesario vivir la vida con convencimiento, con ilusión, con entusiasmo, con optimismo, con alegría, con ganas en lo que hagas, sea lo que sea, en las cosas grandes y en las pequeñas y, sé perfectamente (consejos vendo y para mí no tengo) no es nada, pero que nada fácil.
La pasión no es patrimonio de nadie y en esta ciudad, afortunadamente, cada vez son más los que se interesan por nuestra rica historia, por nuestro patrimonio, por nuestro futuro común, por nuestra gente. Sentir pasión por Oviedo no es calarse ninguna gorra y ejercer de ultra cateto dejando al margen lo mucho y bueno que el resto del mundo nos ofrece. No. Pero qué duda cabe que ese sentimiento de pertenencia, de arraigo, de sentirse eslabón de una cadena centenaria es innegable. Y sobre todo, la pasión sería un cuento chino si no nos lleva a luchar por defender esa historia y pelear por legar una ciudad mejor.
En fin, divagaciones propias, como un tarareo a media voz que insinúa la melodía para que los que queráis la continuéis.
Me quedo para el punto final con otra de las reflexiones de Duró: "Sólo te cansará aquello que no disfrutes, donde no pongas pasión, donde hagas algo que no te llene. Haz cosas que te apasionen, no vendas tu vida; no merece la pena..."
Oviedo es una de esas muchas cosas que, sin duda, sí merece la pena.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/22/pasion-oviedo/1745087.html
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