miércoles, 8 de abril de 2015

OVIEDO Y EL YANTAR, TODO ES EMPEZAR

El Otero

Oviedo y el yantar, todo es empezar

Las casas de comidas que hubo en la ciudad

08.04.2015 
Oviedo y el yantar, todo es empezar
Oviedo y el yantar, todo es empezar
Que en Asturias se come muy, muy bien es como decir que llueve para abajo. Obvio. Ergo, en Oviedo, muy, muy bien se come. Y se ha comido. Si pretendiera condensar en estas pocas líneas la historia de la gastronomía local temo que me pasaría como aquel niño de la historia de San Agustín que intentaba meter el agua del mar en un pozo: misión imposible. La nómina de buenos bares, tascas, restaurantes, casas de comidas, chigres, sidrerías, fondas... es muy larga; pongamos sólo algunos ejemplos para hacer un test de memoria a los más veteranos: Casa el Fuín (1870-1957), donde era especialidad el guisado de gatos. Casa Bango (1872-1971), la tortilla de merluza la recordarán muchos (yo no); del derrumbe del edificio también se acordarán muchos (yo tampoco). El Cantábrico, nacido en 1875. Creo recordarlo en la esquina de Nicolás Soria. En el nuevo emplazamiento, al otro lado de la calle, estuvo hasta 2009. De fama eran su merluza a la cazuela, los callos, y el "Desarme". Casa Cecchini, fundada en 1885, los pimientos en vinagre eran afamados. La Morrina, con su inigualable preparación de caza. Casa el Rey (1906-1943), tortilla de setas, callos y fabada figuraban como sus especialidades. Pensión Elvira (1907-1973), un día a la semana había langosta. Casa el Ferreru (1911-1954), por dos pesetas una ración de salmón. Casa Patas (1911-1961), reconocidos los callos. Casa Tuto (1916-1972), dicen que preparaba la liebre con fabes como nadie. Casa Modesta, fundada en 1924. La fabada, un clásico; y era la más económica. Restaurante Sisters (1935-1947), el lujo: langosta a la armoricana, una delicatessen... En fin, nombres para la historia de la ciudad que, obviamente, ni de lejos conocí pero que están recogidos, junto con muchos más, en un libro esencial para conocer nuestra historia chigrera y gastronómica: "Hostelería del viejo Oviedo. Historia y anécdota", de Luis Arroes Peón, publicado en 1974 y acertadamente reeditado en 2011 por LibrOviedo. Disfrutarán con su lectura.
La prueba que les propongo ahora, como si este artículo fuera interactivo, es un ejercicio de memoria individual; venga, ¡ánimo! Busquen en sus propias vivencias y experiencias y saquen del fondo de ese inmenso saco de los recuerdos aquel bar o restaurante, que por el motivo que sea, les trae los mejores recuerdos; mejor dicho, el mejor regusto... Ejemplo: primeros pinchos de tortilla pagados con los escasísimos ahorros, como los del Mesón del Abuelo. La sopa de marisco que comíamos como algo totalmente excepcional cuando de Pascua en Ramos alguna visita foránea aconsejaba el exceso de ir a "comer fuera"; al Marchica Rojo, sin ir más lejos. Cada uno tiene el suyo, ¿o no? Nombres, sabores, olores...
Y como muestra de tantos otros que, no sin esfuerzo, han conseguido mantener un nivel excelente en la hostelería local, permítanme citar a uno de los veteranos, superviviente desde 1898: Casa Lobato. En un magnífico entorno, con una cocina excepcional y una atención de primera, testigo de tantas celebraciones familiares.
Así pues, no es de extrañar que siempre que tengo el gusto de hacer de anfitrión de amigos o compañeros que nos visitan, uno de los regalos que se llevan en los sentidos, de los muchos y buenos que ofrece la ciudad, es la satisfacción de comprobar que en Oviedo, como el rascar, el buen yantar, es todo empezar.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/04/08/oviedo-yantar-empezar/1738151.html

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