Ildefonso Martínez, una vida por Oviedo
Los avatares del médico que luchó contra el cólera en la ciudad
Carlos Fernández Llaneza 03.06.2019
Estábamos en deuda con Ildefonso Martínez desde que hace unos días hablábamos de Salsipuedes; no en vano, su nombre denomina la empinada calle ovetense desde 1895. Pues, con gusto, vamos a saldarla.
Ildefonso Martínez Fernández nació en Benia de Onís el 28 de abril de 1821 en una familia con escasos recursos, lo que motivó que, con nueve años, viajara a Madrid bajo el cuidado de un tío materno. A los catorce años ingresó en los Reales Estudios de San Isidro donde estudió Ciencias y Humanidades, graduándose en 1837. En ese mismo año inicia los estudios de Medicina doctorándose en 1844. Durante el periodo de estudiante fundó la Sociedad de Instrucción Recíproca, posteriormente Ateneo Médico Quirúrgico Matritense y, después, Academia de Esculapio. Asimismo, fundó el Instituto Médico que llegó a presidir y del que fue profesor.
Fue colaborador de varias publicaciones literarias y políticas bajo varios seudónimos. Además de la medicina, sentía una gran atracción por la filosofía y la historia. En 1850 oposita a la plaza de Médico del Balneario de Fuensanta, en Nava, pero, aunque logra el número uno, no le conceden la plaza por lo que es asignado como director del Balneario de Baños de Bellús en Valencia hasta que a finales de 1854 logra que se le permute por la de Nava donde pasó la temporada de 1855. En septiembre, cuando se disponía a regresar a Madrid, avisado de la epidemia de cólera desatada en Oviedo, se ofreció al Ayuntamiento para venir a la ciudad a luchar contra la enfermedad. En aquellos días, una de sus más valiosas aportaciones fue la redacción de una cartilla popular higiénica y terapéutica del cólera morbo-asiático. Una de aquellas cartillas la envió Ildefonso a Madrid dedicada al hijo del tío que lo había acogido en la capital a los nueve años: "A mi primo D. José Fernández Tielve, ¡quién sabe si será la última ofrenda!".
A los 34 años falleció víctima de la enfermedad contra la que voluntariamente luchaba. Recibió sepultura en el cementerio de San Cipriano donde el Ayuntamiento colocó una placa con la inscripción: "A la memoria del Dr. D. Ildefonso Martínez, médico distinguido, que murió el 26 de septiembre de 1855 víctima de su celo, abnegación y caridad cristiana asistiendo a los enfermos coléricos de esta capital".
En 1920 le fue concedida sepultura perpetua en el cementerio de San Salvador, siendo trasladados sus restos desde la capilla de la Universidad, a donde habían sido llevados, con asistencia del Colegio de Médicos y de la Corporación Municipal.
Todo un ejemplo de compromiso con los demás y de fidelidad a su vocación que no viene nada mal en estos tiempos de "vida líquida", según el premio Príncipe de Asturias, Zygmunt Bauman; es decir, una sociedad basada en el individualismo y en una forma de vida cambiante y efímera carente de valores sólidos.
Y por eso me parece loable también la iniciativa que, desde hace cuatro años, viene desarrollando la asociación Oviedo Redondo quienes cada año, como ayer hicieron, leen, bajo la placa que recuerda al que Canella calificara con "médico heroico" situada desde 2015 en el corazón del Oviedo más hondo, la biografía de Ildefonso como homenaje y merecido recuerdo.
Si como decía Cicerón "la vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos", gracias a la iniciativa de Oviedo Redondo, Ildefonso Martínez, que dio su vida por salvar la de muchos, permanecerá, sin duda, en la memoria colectiva de los ovetenses.
https://www.lne.es/noticias-suscriptor/suscriptor/oviedo-opinion/2019/06/03/ildefonso-martinez-vida-oviedo/2482434.html
Cuantas cosas ignoramos de nuestra pequeña ciudad, y de la grandeza de de muchísimos hombres de nuestra España...parece que solo nos fijamos enlos que más ignominia causaron y causan...!!
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