Un viaje al paseo del Bombé
El encanto de uno de los lugares más conocidos del Campo San Francisco
Carlos Fernández Llaneza 25.02.2019
Piensen en media docena de lugares esenciales de Oviedo. Seguro que nuestro Campo San Francisco está en la lista. No sólo es el pulmón de la ciudad; en buena medida, es también su corazón. No pocas veces ha sido protagonista de estas líneas. Lo merece. En esta ocasión, el resorte que activó esta nueva mirada hacia él fue una publicación de T Oviedo en Facebook. En este caso, Carlos del Cano, uno de sus administradores que tan buenos materiales comparte, recogía un texto publicado en la revista "Asturias pintoresca" fechado el 22 de diciembre de 1889 y que rezaba: "Sr. Director de Asturias Pintoresca. Disfrutamos de un tiempo primaveral, y esto hace que el paseo del Bombé se vea todas las tardes frecuentado por lo más escogido de nuestra sociedad, pues como saben los lectores de Asturias Pintoresca, el Bombé en épocas de buen tiempo es el paseo señoril, así como la Herradura del Campo de San Francisco es el paseo predilecto de la gente artesana, que al son del tamboril y de la gaita pónese a bailar giraldillas y a entonar Cantares del país. Es de sentir que únicamente en domingos amenice aquellos lugares la tan conocida Banda Municipal, que es lo mejorcito que tenemos aquí, pues, aunque naciente, progresa con rapidez bajo la acertada dirección del señor Sánchez del Río. Firmado: El de Oviedo".
El texto es acompañado por una foto perteneciente a los fondos del Museo del Pueblo de Asturias -al que agradezco su autorización para reproducirla aquí- en el que vemos a ocho personas sentadas en el paseo del Bombé. La fotografía está tomada por Arturo Truan a principios del siglo XX.
Cada vez que veo una de estas fotos antiguas de Oviedo mi imaginación se desboca. Me gusta recrearme en los detalles. Intento adivinar cómo sería el entorno en esos días. Juego a imaginar a qué lugares iría. ¡Cómo me gustaría corretear por ese Oviedo que ya sólo existe en esas fotos antiguas que, como una mágica ventana, se abren hoy mostrándonos un instante congelado en el tiempo. De alguna manera me cuelo en la propia imagen. Como si por obra y gracia de un extraño sortilegio me pudiera desplazar a ese momento. Si pudieran plantarse en ese día concreto y en ese lugar preciso ¿qué les dirían a esos ovetenses que nos miran en una pose que parece tranquila y despreocupada? ¿Les gustaría saber quiénes son? ¿No les parece que sería una conversación altamente interesante intercambiar nuestro parecer de lo que fue Oviedo contrastado con lo que ellos imaginan que llegaría a ser? A buen seguro hay muchas cosas que les resultarían increíbles. Desde que H. G. Wells escribiera en 1895 su exitosa novela "La máquina del tiempo", muchos han sido los que han jugado con ese sueño de poder desplazarse en el tiempo como si éste fuera una dimensión maleable a nuestro antojo. Sí. Sin duda me gustaría compartir ese momento con esos ocho ovetenses. Gozar una, sin duda, animada conversación por ese paseo que, en palabras de una señora, mujer de militar que alardeaba de haber recorrido toda España, cuyo testimonio fue recogido por Ramón Prieto José Mª López Doriga en 1889 afirmaba: "En mi excursión por España he visto pocos paseos como éste que, sin temor a equivocarme, me atrevo a afirmar que los que no hayan visto lo que hay por esos mundos de Dios, mal pueden comprender que tienen un tesoro de gran valía en el hermoso Campo de San Francisco".
Pues si ella lo dice no la vamos a contradecir, ¿no creen?
https://www.lne.es/noticias-suscriptor/suscriptor/oviedo-opinion/2019/02/25/viaje-paseo-bombe/2432145.html
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