Días de radio
Las sintonías que marcan los recuerdos de la vida
Carlos Fernández Llaneza 11.02.2019
No faltaron agoreros que profetizaban, a inicios de los sesenta, que la televisión sería el fin de la radio. Una radio que había reinado en solitario abriendo una pequeña ventana al mundo a aquella España en blanco y negro. Acompañando soledades y rellenando muchos silencios. Y como sucedía a la familia neoyorquina que protagonizaba la película de Woody Allen "Días de Radio", dejando impregnar los hogares de una música, hasta entonces, inaccesible. De variados concursos. De noticias a medida o de lacrimógenos e interminables seriales en los que nos permitíamos el lujo fantasioso de vivir otras vidas. Tampoco faltaron vaticinios que aseguraban que la era de internet daría la puntilla a los diarios en papel privándonos de ese pequeño placer de entintarnos los dedos mientras pasamos las sábanas que componen el periódico mientras intentamos que éstas mantengan una mínima compostura. Menos aún acertó el grupo británico "The Buggles" cuando cantaban, allá por 1979, que "el vídeo mató a la estrella de la radio". Los años han pasado y, a pesar de internet y del acceso que nos facilita a mil plataformas, la radio sigue viva. Y lo que te rondaré morena. Tantos días de radio seguro que han conseguido que tengamos melodías de programas grabadas en esa gran colección de recuerdos sonoros que componen el álbum musical de nuestra vida.
La radio llegó a la ciudad el 3 de agosto de 1926 cuando Radio Asturias, S.A. pone en marcha Radio Asturias EAJ-19, cuyo primer director fue Alberto Toyos. Estaba instalada en el Centro de Acción Social Católica. A la inauguración asistieron, tal como informaba la prensa, "el Gobernador, el Obispo de la diócesis, el teniente de alcalde, Sr. Gutiérrez, el coronel director de la Fábrica de Armas, Sr. Alvargonzález, en representación del Sr. Zuvillaga y el director jefe de telégrafos". Se informaba asimismo de "la bendición de los aparatos por el capellán de San Isidoro, Don David Méndez y luego pronunciaron discursos las autoridades saludando a los radioescuchas". Y, cómo no, no faltó al final el "obsequio con un lunch a los asistentes".
Hoy, para conmemorar el "Día Internacional de la Radio" que se celebra el próximo miércoles, les voy a proponer un juego: ¿cuál es esa sintonía de radio que cuando la escuchan, se trasladan a otro lugar y a otro tiempo? Quizá se vean en su casa, tumbados al calor de la cocina de carbón, con algún sencillo juguete dejándose mecer por los suaves acordes del "Indian summer" que servía de melodía al consultorio de Elena Francis. O tal vez aquella sintonía de la serie televisiva "Crónicas de un pueblo" que abría cada mañana con el consabido "¡Buenos días, España!" el programa "Protagonistas" de Luis del Olmo. Tengo también por ahí revoloteando una sintonía a ritmo de charlestón que musicaba "La saga de los porretas", en antena de 1976 a 1988, fruto de la imaginación de Eduardo Vázquez, quien veinte años antes encandiló a los españoles con otra serie mítica: Matilde, Perico y Periquín. ¿Recuerdan el programa "Puente a su problema" que emitía Radio Asturias y que contaba con la pegadiza banda sonora de la película "Puente sobre el río Kwai"? Pues escojan su favorita. Su programa. Su sintonía preferida. Aquella que, sólo con escucharla unos segundos, le traslada a revivir momentos que son más que una mera secuencia en el tiempo. Si es que el tiempo existe. Disfrútenla. Es suya.
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