Un lamento desde el Bombé
El estado de abandono del quiosco de música del Campo San Francisco
Carlos Fernández Llaneza 09.10.2017 | 03:41
El quiosco del Bombé, en una imagen del pasado verano. LNE
En 1952, el entonces alcalde de la ciudad, Alonso de Nora, decidió construir un edifico permanente con el fin de aunar a diversos comerciantes y servicios que estaban por el Paseo de los Álamos (de José Antonio por aquellos días). La demora en las obras -se inauguró en 1958- dio pie a la sorna ovetense que enseguida lo bautizó con el apodo de "El Escorialín".
Viene esto a cuento porque no me extrañaría nada que en breve, y sin salir del Campo San Francisco, ese espíritu irónico tan característico de los ovetenses bautizara al popular quiosco de la música del Bombé con otro nombre: el Campoamorín, la Catredalina? ¡qué sé yo! O simplemente, emulando a la edificación vecina, que se quedara diminutivamente con el mote de "El quiosquín".
Pobre quiosco del Bombé. Paso por su lado a menudo. Y ahí le veo: achacoso y pobremente angarillado. Diría que se le ve triste. Lastimero. Añorante de viejos tiempos de esplendor. Como un anciano que en el ocaso de sus días difumina su mirada en las sombras de sus recuerdos. Consciente de que sólo le queda el olvido, se esfuerza en evocar y contar a quien le preste un mínimo instante. Sólo es necesario prestar oídos atentos. Y, sin mucha dificultad, es fácil escucharle en curiosa mezcla entre orgullo y lamento ¿No me creen? Acérquense y escuchen...
-"¡Qué gran día aquel de 1889 cuando con gran solemnidad los ovetenses me admiraban! El gran Juan Miguel de la Guardia había sido mi creador. ¡Cuántas grandes obras ha dejado en Oviedo este grandísimo arquitecto! Y sólo tiene una pequeña calle en el Campo. Una calle a la que nadie podrá enviar una carta porque sólo la recibirían, tal vez, alguna pareja de enamorados que guste de la calma del crepúsculo en la fronda franciscana"
"Nací en ese hermoso paseo con nombre de reminiscencias francesas: El Bombé. Bien cerca de la fuente del Caracol a la que tantos ovetenses se acercaron durante décadas a saciar su sed. Y ahí estaba yo, ufano, con mi templete elevado sobre un podio de piedra, salvando el desnivel del paseo del Bombé con el interior de la Herradura. Con mi magnífica escalera con verja que da paso a mi recinto octogonal, abierto, formado por magníficas columnas de hierro fundido de tónica clasicista con capiteles de tipo corintio y fuste estriado. Mis columnas sosteniendo una arquería de arcos rebajados y una cornisa muy decorativa con elementos colgantes y recortados que, en la parte superior, dejan paso a pequeños frontones con máscaras centrales. Todo recordando el diseño que el mismo De la Guardia hizo para las barandillas del Campoamor. La cubierta, también de hierro, formada por planchas que dejan un espacio abovedado interior. Así me describió Mari Cruz Morales. Os pertenezco. Formo parte de vuestro propio desarrollo vital. Muchos de los que hoy pasean mirando sus propios recuerdos en los irisados reflejos de los charcos ven al niño que fueron en la propia memoria del Campo que también fue. Se ven jugando en mi espacio acogedor y abierto. Generaciones de ovetenses atesoran, a buen seguro, montones hilvanados de remembranzas de este gran patio de juegos, marco de encuentros, de paseos, de amoríos tempranos, de oscuridades inconfesables... Recuerdos que, a buen seguro, acumulan, cuidados y acariciados, por décadas de historia ovetense de la que fui testigo privilegiado.
Pero ese lustre de antaño hoy se torna en olvido. Casi cinco años llevo sustentado por unas muletas que parecieran tener vocación de eternidad. Problemas técnicos, una estructura que no encaja en la cubierta, una empresa que quiebra, un expediente que hay que rehacer? Pero yo lo que quiero es que solventéis cuanto antes esos problemas y sentir la música de nuevo en mí. Ver a los ovetenses de hoy, igual que a los de hace más de un siglo, girar, reír, disfrutar al ritmo de la banda de música. Siendo parte de este Oviedo que se perpetúa a lo largo de los siglos. De este Oviedo que disfruta de su historia. Daos prisa por favor".
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2017/10/09/lamento-bombe/2175210.html
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