Patadas al castellano
Sobre el abuso de los anglicismos
Carlos Fernández Llaneza 23.01.2017
En su informe de 2016, el Instituto Cervantes estima que más de 472 millones de personas tienen el español como lengua materna, segunda lengua materna en el mundo en número de hablantes tras el chino mandarín. Y aumentando. A su vez, más de 21 millones de alumnos optan por el español como lengua extranjera. No está nada mal. Algo por lo que sentirnos orgullosos. Por eso me duelen las patadas y menosprecios que recibe, cada vez con más frecuencia. Tal pareciera que tenemos cierto complejo ante lenguas en teoría más pujantes o modernas, como el inglés que, poco a poco, se cuela, un poco a empujones, entre nuestro castellano.
Un idioma, obviamente, es algo vivo, que no lo hace ninguna Academia ni ningún poder establecido. Lo hacen las personas que lo hablan y, por tanto, ha de ser permeable al presente en el que vive. Los préstamos de palabras entre lenguas es cada vez más normal. De acuerdo. Pero, como suele ser habitual, la virtud ha de estar en el término medio. Y esa permeabilidad de las lenguas no impide que cuidemos nuestra lengua y moderemos el uso de anglicismos que, en muchos casos, resultan francamente ridículos e innecesarios. Desandando un poco el calendario hasta el otoño, vemos como el Halloween se adueña con sus brujas, calaveras y demás memeces de aulas, escaparates y calles. Qué le vamos a hacer? batalla perdida. Ahora también el "Black Friday" y su secuela del "Ciber Monday" parece que han venido para quedarse. Pues vaya. Y como donde éramos pocos parió la güela, ahora, al tercer lunes de enero, les da por llamarlo "Blue Monday", el día más deprimente del año.
En las pasadas navidades algún comercio ya ostentaba en su escaparate "Happy Christmas" que para qué vamos a poner Feliz Navidad, que queda menos fino? Y en días recientes llevé a cabo un experimento consistente en ir dando un paseo por la calle Uría hasta el Fontán y anotar todos aquellos escaparates con eslóganes que, a buen seguro, la generación de nuestros mayores, no entenderían nada; por ejemplo: "Home style", como si la casa así vaya a ser más moderna, mira tú. Varios lucen el cartel de "Sales". Con lo fácil que es poner "rebajas", las de toda la vida hombre? Otro: "Special prices" ¡home no me?! Más. "Beatiful styles". Caramba, siendo así apetece entrar y comprarlo todo. No puede faltar el consabido "shop online", que si no sabes lo que es implica que te has quedado en el Oviedo de Ana Ozores por lo menos. Y el "Woman collection" es como para arrasar los mostradores por si acaso. Ahora, este sí que es para nota: "Find focus on the move". Si no saben qué significa, se siente, son unos fósiles que no están al día. Ahora, que una tienda de zapatillas deportivas se llame "Sneaker store", convendrán conmigo que tiene su aquel. Esto lo ponen hace cincuenta años y el cachondeo sería memorable. Otro reza "fashion if my affection"; vamos, que su ropa te tiene que gustar un güevu. Todos verídicos y todos en un par de calles ovetenses. Dejo a un lado los anuncios de perfumes que son como para echarles de comer aparte. Y luego tenemos a los anglicismos que ya se han hecho como de la familia: babysitter, business, call center, casting, catering, click, email, jogging, performance, play off, running, shopping?y cientos más que, como plaga invasora, han infestado nuestro rico idioma orillando las alternativas en castellano que, haberlas, las hay.
Curiosamente, donde todos los carteles del escaparate están en español es ¡en una academia de inglés!
En fin, que parece que nos estamos volviendo un poco lerdos consintiendo tanta patada en salva sea la parte a nuestro fantástico castellano y no sintiéndolo, como decía Azorín, "como un licor que paladeamos, y del cual no podemos ya prescindir". Siguiendo sus palabras, "que seamos, con tanto beber de este licor, beodos del idioma".
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2017/01/23/patadas-castellano/2045779.html
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