EL OTERO
¿Patrimonio de la Humanidad?
La necesidad de cuidar lo que conserva todavía la ciudad
Carlos Fernández Llaneza 10.08.2020
Nada me gustaría más que ver cómo Oviedo amplía su nómina de bienes Patrimonio de la Humanidad. Y, confío, que con más éxito que en 1998 cuando sólo obtuvo el reconocimiento -sin duda merecido- para Santullano, la Cámara Santa y la fuente de Foncalada, que se sumaba así a otros monumentos del Arte Asturiano que ya habían sido reconocidos en 1985. La Unesco consideró en 1998 que el casco antiguo de la capital no contaba con los elementos de conservación y uniformidad suficientes. La herida del derribo del Fontán en 1997 aún supuraba. Y es que esta ciudad no siempre se caracterizó por saber conservar su patrimonio. Son muchas las voces que, a nada que escuchemos, oiremos aún clamando por la conservación de Los Pilares, derruidos injustificadamente en 1915, o de la iglesia de San Isidoro en 1922, de la iglesia y hospital de San Juan en 1882, del convento de San Francisco en 1902, del convento de Santo Domingo, el de Santa Clara o el de la Vega. Voces que se alzarían en contra de derribos de colegios, fantásticos exponentes de arquitectura civil del XVII como los de San Matías o San Gregorio, los Pardos. Que lamentarían la pérdida en 1909 de la cárcel Fortaleza, antiguo castillo de Alfonso II. O del Teatro Celso, o de los chalés de Tartiere, de Herrero, de Hermógenes Olivares, del Marqués de Aledo, de Concha Heres y tantos otros edificios que merecían seguir en pie. En tiempos más recientes dejaron caer la estación del Vasco o el propio Fontán (menos una esquina que sí restauró su propietario). Pero de poco sirve lamentarse por lo que perdimos si no es para aprender de los errores pasados. Lo que sí podemos hacer es velar por lo que tenemos. Cuidar el patrimonio que ha llegado hasta nosotros para que se conserve en las mejores condiciones; por tanto, resulta doloroso ver lo que queda de la muralla medieval invadida de maleza o los lamentables accesos al prerrománico naranquino. Un prerrománico con un déficit de inversiones notable. Santullano sigue asediado por una autopista. El patrimonio industrial languidece e incluso se pretende profanar la nave de Sánchez del Río con el tráfico rodado. Una obra singular de Antonio Suárez como es el mosaico del Paseo de los Álamos está en tal estado que casi resulta difícil encontrar una tesela de mármol intacta. El Campo en sí necesita tantas mejoras que resultaría prolijo enumerarlas. Baste citar el estado del quiosco del Bombé, del gran Juan Miguel de la Guardia, que ve pasar el tiempo sin que nadie ponga el cascabel al gato. Y no olvidemos su apéndice tan horroroso como innecesario, el "Pavo Real", en su día escuela de hostelería. El Oviedo antiguo, protagonista en este nuevo intento, en situación mejorable, con el martillo de Santa Ana como herida abierta. Podríamos citar también el Naranco, ejemplo de patrimonio natural, etnográfico o cultural que sigue esperando una apuesta contundente y decidida para preservar su futuro.
Por tanto, espero que, en esta ocasión, se seleccione bien el tiro y se acierte. La ciudad intramuros con sus palacios barrocos, la Casa de la Rúa, el convento de San Vicente, de San Pelayo, la Catedral; la Monarquía Asturiana o el Camino Primitivo, tienen méritos sobrados para engrosar la selectiva lista. Y nada me enorgullecería más que ver como mi querida ciudad de Oviedo atesora valiosos reconocimientos. Pero hemos de pasar de las musas al teatro, cuidar con auténtico celo y con las inversiones necesarias lo que tenemos, buscar el mayor consenso social y político y no pretender un brindis al sol que dejaría al descubierto motivaciones políticas o económicas y no un verdadero interés por preservar nuestras "obras monumentales que continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de nuestras tradiciones seculares (...) y sepamos trasmitirlos en toda la riqueza de su autenticidad", como reza la "Carta de Venecia" adoptada por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) organización asociada con la Unesco en 1965 y depositaria de la responsabilidad de examinar las candidaturas de los bienes culturales.
Oviedo lo merece.
https://www.lne.es/noticias-suscriptor/suscriptor/oviedo-opinion/2020/08/10/patrimonio-humanidad/2669145.html
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