Ser o no ser
Ante las complicadas disyuntivas que se presentan a lo largo de la vida
17.06.2015
Ser o no ser
Carlos Fernández Llaneza
Fue Shakespeare el que puso en boca del príncipe danés Hamlet esa famosa disyuntiva como esencia de la cuestión: ser o no ser.
Meryl Streep protagonizó en 1982 una dramática película, "La decisión de Sophie", en la que su protagonista, emigrante polaca en Nueva York, vive atormentada por una terrible decisión que tuvo que tomar tras su ingreso en el campo de Auschwitz: elegir entre la vida de uno de sus dos hijos.
En la antigua Roma, muchos de los prisioneros de las campañas de las poderosas legiones romanas optaban por darse muerte antes que ser hechos prisioneros para ser vendidos como esclavos o enviados a minas remotas o a galeras. Así ocurrió, sin ir más lejos, en las Guerras Cántabras, en las que muchos guerreros astures ingerían pócimas hechas con tejo y las madres mataban a sus hijos antes que entregarse a las legiones de Augusto.
El castellano está lleno de expresiones que nos ponen en la tesitura de una elección. Blanco o negro. Galgos o podencos. Cara o cruz. Churras o merinas. Conmigo o contra mí...
A todos, en algún instante de nuestras vidas, nos llega el momento de tener que coger el toro por los cuernos y adoptar una decisión, aunque nos resulte dolorosa, conscientes de que, como decía Franklin, "la peor decisión es la indecisión".
Para algunos la vida es la consecuencia de las pequeñas decisiones que vamos tomando a cada paso de nuestro existir; para otros, quizá sea el tiempo que pasa mientras no deciden nada.
Pequeñas decisiones, mínimas, insignificantes, pueden transmutar nuestro propio destino.
En Oviedo, el pasado sábado, algunos concejales se debatieron en una difícil decisión: permitir que siguiera gobernando la ciudad la misma fuerza política que lo hacía desde 1991 o, en un gesto poco frecuente, favorecer un cambio para que gobernara la tercera fuerza política. Aun en plena digestión de la sorpresa, ya en casa, una de las frases de la película de Woody Allen,"Match Point", que programaba TVE, me evocó de nuevo lo vivido hacía pocas horas en el salón de plenos de la Consistorial: "En un partido hay momentos en los que la pelota golpea el borde de la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia adelante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue hacia adelante y ganas o no lo hace y pierdes".
¡Cuántos sucesos importantes de la historia se han dirimido en decisiones que se tomaron en segundos! Y así sucedió el sábado en Oviedo. Una decisión fraguada pocos minutos antes del Pleno propició un cambio que espero con toda mi alma sea para bien de los que compartimos espacio y vida en esta realidad vital que es Oviedo. Esta ciudad a la que muchos, aun desde distintos ángulos, nos apasiona, preocupa y amamos.
Mi sincera enhorabuena al nuevo alcalde y mi deseo de éxito y acierto en su gestión; sin duda, eso redundará en beneficio de todos los ovetenses y, a fin de cuentas, ese es el ser de la política.
Esa es la cuestión.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/06/17/o/1773667.html
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