miércoles, 14 de enero de 2015

MIMEMOS MÁS AL CAMPO

El Otero

Mimemos más el Campo

Una reflexión sobre la protección del parque

14.01.2015 
Mimemos más el Campo
Mimemos más el Campo
Esa cápsula viajera por el tiempo que es la hemeroteca de LA NUEVA ESPAÑA recuperaba una noticia de enero de 1965 en la que se reclama mayor inversión para el Campo. Nos recordaba que "el Campo -una y mil veces es preciso decirlo- merece más dinero que el que hasta ahora se le viene concediendo. Son bastantes años de abandono y es preciso reparar todos los desperfectos que ha producido ese olvido". Esa noticia rescatada del ayer me da pie a pensar si hoy, cincuenta años después, el Campo está todo lo bien que debería. Quizá sí siga ejerciendo el papel de "corazón vegetal de Vetusta" como lo definiera Juan Antonio Cabezas. Pero también es necesario reflexionar sobre qué hacer para asegurar su futuro y que, en otro medio siglo, siga siendo lo que es; mejor dicho, conseguir que sea lo que fue: un bosque. Que no se convierta en otra cosa.
No cabe duda de que en los últimos años, bien por efecto de enfermedades, bien por el efecto del tiempo, bien por acción u omisión de los gobernantes, se ha perdido un buen número de árboles. Los que cuenten con más edad en su haber, a buen seguro que recuerdan como, desde el centro del Campo, no se veía el tráfico de las calles circundantes y el ruido de la ciudad se oía muy mitigado. La luz del sol llegaba tamizada y, en días de calor, bien se gustaba de la sombra agradable y placentera de la fronda.
El hormigón impreso que se utilizó para las calles interiores no es el pavimento idóneo y presenta un notable deterioro. Hormigonar el Campo nunca es buena idea.
El Paseo de los Álamos, obra de arte -que es lo que es- de Antonio Suárez, también sufre las heridas del tiempo y de los abusos. Me dolía hace unos días ver un camión de gran tonelaje sobre él como si fuera sobre una vulgar calle de asfalto. Y no lo es. No es sitio idóneo para acoger las carpas que cada poco lo asaltan y agujerean.
Quizá sea llegado el momento de dar un paso y dotar a nuestro Campo de una figura de protección para preservarlo de malos usos y proteger su futuro. Y esa protección, dado el indudable valor histórico, artístico y botánico que atesora, bien podría ser declararlo Bien de Interés Cultural como jardín histórico. El Comité Internacional de Jardines Históricos (ICOMOS) reunido en Florencia el 21 de mayo de 1981, elaboró una carta con el fin de salvaguardar los jardines históricos que es conocida como "Carta de Florencia". En ella se definen como: "una composición arquitectónica y vegetal que, desde el punto de vista de la historia o del arte, tiene un interés público". Por su parte, la Ley de Patrimonio Histórico Español, recoge que: "Jardín Histórico es el espacio delimitado (...) estimado de interés en función de su origen o pasado histórico o de sus valores estéticos, sensoriales o botánicos." ¿Reúne el Campo estas características?. Hay razones sobradas para pensar, con el mayor consenso posible, en mimar más al Campo y darle el cuidado que este espacio, tan esencialmente ovetense, requiere. Y asegurar su futuro. Bien lo merece. Que podamos seguir cantando esa vieja copla que decía: "Ay, viejo huerto de San Francisco/ el de los árboles altos/ donde se cumplen los gustos/ y al hospital van los llantos"
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2015/01/14/mimemos-campo/1698362.html

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