sábado, 27 de diciembre de 2014

CANCIÓN DE NAVIDAD

El Otero

Canción de Navidad

Una reflexión sobre el sentido de las fiestas

27.12.2014 
Canción de Navidad
Canción de Navidad
Fue Charles Dickens el que tuvo la feliz idea de utilizar este sencillo título para tejer una historia, realmente genial. Dada la fecha que resalta el calendario, me da pie a pensar en voz alta en torno a la Navidad. Tan lejos y tan cerca aquellas pascuas de finales de los 60, atesoradas en el cofre de los recuerdos propios, mucho más sencillas, en las que me escondía debajo de la mesa para huir de los corchos voladores de "El Gaitero", con turrones tan duros que había que partirlos a martillazos; Papá Noel casi no existía, los colegiales de San Ildefonso marcaban el inicio de las vacaciones escolares y los días se iban en recorrer todas las tiendas de juguetes de la ciudad: Navarro, Bazar Oviedo, Cuadrado, Simago, Galerías Preciados, Lacazette, Al Pelayo, Botas, Giovi... por eso de ir dejando ideas a SSMM a los que esperábamos cada año ver, con emoción renovada, enfilar la calle Uría, aunque la edad dictara que ya no tocaba.
Pero nostalgias propias aparte, el cuento de Dickens me da la oportunidad de recordar a Ebenezer Scrooge, un anciano egoísta y avaro irredento que teniéndolo todo, no tenía nada. Su único objetivo era acumular riquezas. Cuando le pidieron un donativo para los pobres, él les dice que si no hay asilos, a lo que le responden que sí, pero que prefieren morir que ir a esos lugares. Scrooge les contesta que mejor, que así se controla el incremento desmesurado de población. Y se queda tan ancho; vamos, que le importa un comino la necesidad ajena. Tendrá que venir el fantasma de Marley, condenado a vagar eternamente cargado de cadenas lastradas con el peso de su avaricia y egoísmo pasados, con el anuncio de que será visitado por tres espíritus que le ofrecerán una oportunidad de librarse de seguir el mismo destino de Marley, para que el viejo avaro recapacite. Y no sigo que no es plan de contar todo el cuento.
Pero este relato, escrito en 1843 en plena época victoriana, y que fue visto por muchos como una crítica a los excesos del floreciente capitalismo industrial del siglo XIX, lamentablemente, puede tener una lectura muy actual.
El avaro Scrooge, en pleno siglo XXI, actúa bajo el nombre de oscuras corporaciones financieras, bancarias o industriales que, al amparo de opacos paraísos fiscales, especulan como en un inmenso juego de Monopoly; nada les importa que esos movimientos e inversiones multimillonarias en tierras, materias primas o alimentos, puedan condenar al hambre a millones de personas. O bajo el poder de inmensas fortunas excluyentes y turbias que se mueven con un simple clic, ajenas a controles e imposiciones fiscales. Actúa a la sombra de políticos y adláteres que buscan, víctimas de una codicia insaciable, un lucro rápido y desmedido... Sí, el amigo Ebenezer parece que no se ha convertido del todo...
Habrá que ver a quién le corresponde el papel de esos espíritus que fueron capaces de tornar tanto egoísmo y avaricia. A lo mejor, a cada uno de nosotros, nos toca, vaya usted a saber cómo, cuándo y dónde, esa función de espíritus de la Navidad, quién sabe...
Mis deseos de una feliz Navidad o, como dice el pequeño Tim para poner el punto final al relato: "Que Dios nos bendiga a todos".
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2014/12/27/cancion-navidad/1691492.html

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