miércoles, 1 de mayo de 2013

LA GRAN LECCIÓN DE BENJAMIN BUTTON

http://www.lne.es/oviedo/2013/05/01/gran-leccion-benjamin-button/1405262.html

El Otero

La gran lección de Benjamin Button

La necesaria fortaleza para afrontar tiempos convulsos

01.05.2013 
La gran lección de Benjamin Button
La gran lección de Benjamin Button
Creíamos la primavera asentada. Pues no. Un rescoldo de invierno aguardaba, paciente, agazapado en los últimos resquicios del calendario de abril. Lluvia y frío, tercos, vuelven a reclamar protagonismo; no hay mal que por bien no venga: oportunidad para ponerse al día de películas grabadas que esperan su turno. Y ocasión de ver de nuevo la genial película que cuenta la curiosa vida de Benjamin Button, que, como todos sabéis, es un tipo, interpretado por Brad Pitt, que nació viejo y, con el paso de los años, se iba haciendo cada vez más joven. Magnífica película sobre la vida y el tiempo, dirigida por David Fincher y basada en un relato de Scott Fitzgerald de 1921; pues bien, al final de la película, la protagonista, Daisy, ya anciana y moribunda en un hospital de Nueva Orleans, repasa su vida a través de los diarios que su hija Caroline, sorprendida e incrédula, va leyendo. Benjamin, en el ocaso de sus días, cada vez más joven, claro, recorre el mundo y en una carta le cuenta a Daisy lo que sigue:

«Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde para ser quien quieras ser. No hay límite en el tiempo, empieza cuando quieras, puedes cambiar o no hacerlo, no hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa; espero que saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa, y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo».

Podría poner aquí el punto final, dándole las gracias al guionista, Eric Roth, y quedaría estupendamente, porque esta reflexión final del joven/viejo Benjamin es, efectivamente, toda una lección.

Vivimos tiempos convulsos, difíciles. Lo que muchos construyeron con mucho esfuerzo y sacrificio se tambalea. Vemos cómo el pesimismo se adueña de buena parte de nuestras horas y el derrotismo señorea nuestros días. Nuestros jóvenes imitan a sus abuelos y cogen la maleta para desarrollar sus brillantes talentos allende los mares. A no pocos se les queda la cara de pasmo al sufrir en propias carnes cómo años de trabajo, de preparación y de esfuerzo se desaguan por el váter del desempleo; en Oviedo casi se ha duplicado desde enero de 2008, cifrándose en la actualidad en ¡21.486 ovetenses!, ostentando el dudoso mérito de aportar uno de cada cinco parados de Asturias. Cada día contemplamos, impotentes, cómo comercios e industrias locales nos dicen adiós. La sociedad vuelve la espalda ante determinados políticos que parecen empeñados en enmierdarse ellos solitos, perdonadme la expresión, sin ser conscientes de que necesitamos de la política más que nunca. Ante esto, el mensaje de aliento y esperanza recibido desde el Gobierno es: paciencia; anda que... Así que considero muy pertinente la carta del amigo Benjamin.

Llueve en este invierno redivivo mientras cruzo el paseo del Bombé, en el Campo San Francisco, y pienso en la cantidad de charcos que nos vemos obligados a pisar en la vida; recordé a Button y me digo que sí, que probablemente el mejor paraguas que tenemos es la propia convicción de que nunca es tarde para ser quien queramos ser, de que los únicos límites en el tiempo nos los imponemos nosotros mismos, de que de todo se puede sacar una lectura positiva, de que, si nos dejamos, la vida nos puede sorprender en cada esquina, de que hay personas increíbles que están esperando por nosotros en algún recoveco del futuro inminente, y que, en cualquier caso, no podemos perder la fortaleza para empezar de nuevo. Nadie dijo que vivir fuera fácil -y no se trata de confundir optimismo con ingenuidad-, pero la alternativa es peor; así que me dije: ¡coño! Benjamin Button, ¡gallu!
Publicado en La Nueva España el 1 de mayo de 2013

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