EL OTERO
La capilla de Santa Susana
La Balesquida contó, desde 1630, con un templo auxiliar en la calle del Rosal
Abrir cada semana esta ventana a Oviedo me brinda la oportunidad de aprender siempre algo nuevo. Mucha curiosidad por saciar. Hace tiempo que albergo interés por conocer más de una capilla vinculada a la Cofradía de la Balesquida, desaparecida en 1947: la Capilla de Santa Susana. Dado lo propicio de la fecha, vamos a recuperar una historia vinculada a esta ancestral cofradía; la de una modesta capilla ovetense ubicada desde mediados del siglo XVIII en el centro de la actual calle del Rosal y posteriormente en lo que hoy es el número 1 de Pérez de la Sala en esquina con Santa Susana.
Su construcción fue posible por la donación de un matrimonio estrechamente unido a la cofradía. Desde 1450 consta que la imagen de la Virgen de la Esperanza salía en procesión hasta Santa Ana de Vega o de Meixide. Así fue hasta 1787, año en el que el obispo Agustín González Pisador, atendiendo a las peticiones que le habían hecho llegar el Procurador General del Principado y el Regente de la Audiencia de Asturias, dictó una constitución prohibiendo las procesiones por descampados y por la que establecía que se realizasen alrededor de las iglesias. El domingo de Pentecostés se iniciaba la fiesta que seguía el lunes siendo el martes el día en que la imagen de Nuestra Señora de la O, tras un responso en San Tirso ante la tumba de Doña Velasquita, partía en procesión por Rosal, el Fresno, Monte Cerrau, hasta llegar a Santa Ana, donde era recibida “por el párroco de San Pedro del Otero revestido de capa pluvial y acompañado de cruces y ciriales; agregados a él el abanderado y otros representantes de la Cofradía”. En su entorno, “entre hermosas praderías y árboles frondosos que brindan el frescor de su sombra”, se celebraba la comida. El miércoles aún proseguía el festejo en el lugar de Piñole, en Pumarín, donde se rifaba una xata a fin de recaudar fondos para la cofradía. Cuando se dejó de ir a Santa “Anina” de Meixide, la procesión llegaba hasta la capilla de Santa Susana, erigida en terrenos de la cofradía bajo la advocación del Buen Suceso aunque, para los ovetenses, siempre fue la capilla de Santa Susana.
Sobre la justificación de la construcción de esta capilla o “humilladero” nos habla, cómo no, Fermín Canella; por cierto, cita una “cruz de piedra”, probablemente algún crucero. Dice Canella: “Por el tiempo y malos caminos a veces no iba la Balesquida a Meixide en Pascua y dejaba en un altar portátil a la imagen al lado de una cruz de piedra situada en el acto de la calle del Rosal; pero como la Virgen iba con sus naguas, traje y alhajas, acudieron a la Cofradía los hermanos Pedro Escudero y su mujer Susana González suplicando se les permitiese levantar allí un humilladero de piedra y cal cubierto con teja y construir un altar con el hueco suficiente para una nueva donde colocar a Nuestra Señora de la Balesquida y decían: “que la obra se haría de su propia cuenta y en la puerta cerradura con dos llaves iguales, una que tendrían en su poder los otorgantes y otra el mayordomo o persona que comisionase la Cofradía; y un cepo con otras dos llaves diferentes que se habían de entregar en la misma forma que las de la capilla, solo que en ésta entraría el mayordomo cuando le acomodase”.
Florencio Friera, en un ilustrativo artículo sobre esta capilla para la revista de la Balesquida de 2012 escribe: “Treinta años después de la fundación de la capilla por Pedro Escudero y Susana González, el Ayuntamiento decidió, en sesión de 16 de abril de 1660, abrir los dos tercios de la actual calle del Rosal, en cuya zona alta se encontraba la capilla de Santa Susana ‘en medio de sus dos aceras’, dice Canella. Esta ubicación debía ser un obstáculo, por lo que el Ayuntamiento deci-dió derribarla en 1858, año en el que se abrió la actual calle de Santa Susana, entre la Avenida de Galicia y la plaza de San Miguel. No obstante, el interés y gestiones de vecinos afectos a la antigua capilla contribuyeron a que la corporación municipal volviera a levantarla, aprovechando sus materiales, en la nueva calle; sin contar para nada con la Cofradía de la Balesquida, su verdadera propietaria, colocó en su fachada la siguiente inscripción: “Propiedad del Excmo. Ayuntamiento. Se renovó año de 1867”. La reedificada capilla de Santa Susana se encontraba a la entrada de la calle Pérez de la Sala, no lejos del chalé de Policarpo Herrero. La modesta capilla fue derruida en 1947 y el suntuoso palacio llevó el mismo fin treinta años después”.
En fin, curiosidad saciada y compartida. Un trazo más de esa fecunda historia que los ovetenses hemos ido viviendo a través de los siglos.
https://www.lne.es/oviedo/opinion/2021/05/24/capilla-santa-susana-52183466.html
Muy interesante historia. Viví durante bastante tiempo muy cerca de allí. Es una pena que no se conservase esa capilla. ¿Se sabe en qué circunstancias fue derruida? ¿Tenía algún uso en sus últimos años?
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