EL OTERO
La memoria de Oviedo
Una ubicación para el valioso legado fotográfico de la ciudad
“El pasado de Oviedo resiste: la muestra “La ciudad despierta”, prorrogada hasta el 21 de febrero”. El titular que encabeza estas líneas nos lo ofrecía LA NUEVA ESPAÑAhace unos días y, sin duda, es una noticia espléndida de la que me congratulo. Más de cinco mil personas han pasado ya por la exposición a pesar de las restricciones lógicas por la situación sanitaria. Nos informaba también de un efecto colateral: la donación a la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias de cinco colecciones con más de quinientas imágenes, entre otras, fotos de especial interés: retratos realizados por Ramón del Fresno, el primer fotógrafo que abrió un estu-dio fotográfico en Oviedo en 1858. Fotos de interés sin duda para la ciudad. Esta noticia que, repito, me alegra, me mueve, no obstante, a una reflexión que comparto con ustedes. ¿Por qué no dispone Oviedo de un lugar idóneo para albergar este patrimonio fotográfico? Me consta que la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias es ejemplar en la gestión de sus fondos. Me consta, asimismo, la rigurosa y acertada dirección del Museo con Juaco López al frente; motivo de satisfacción y alegría para todos los asturianos. Pero, huyendo de localismos estériles e innecesarios, como ovetense me gustaría que Oviedo dispusiera también de un lugar para albergar sus propios fondos. Tenemos un magnífico Archivo Municipal, con una excelente profesional al frente, Ana Herrero, que hace años sufre serias carencias de personal y de espacio sin que nadie haya hecho nada por remediarlo. El archivo municipal, que se rompe por las costuras, necesita un nuevo emplazamiento. El Ayuntamiento tuvo ocasión de negociar con el Principado para alcanzar algún tipo de acuerdo con el fin de disponer del Palacio de Inclán Leyguarda, obra del arquitecto Manuel Reguera, sito en la Plaza del Sol, que ocupó en su día la Consejería de Cultura. La herida abierta del solar del martillo de Santa Ana también hubiera podido ser una buena opción. Incluso se habló en su día de negociar con la propiedad de la antigua sede del edificio donde se ubicó el Monte de Piedad en la Plaza de Alfonso II. Ocasiones perdidas. Y hablar de un nuevo edificio para el Archivo Municipal, a mi juicio es indisociable del necesario Museo de Oviedo. Ambos, obligadamente, deberían ir de la mano. El Archivo Municipal custodia, sin duda alguna, la historia documental de la ciudad. Y cualquier proyecto de Museo de Oviedo debería crecer a la par. Tendría que ser, asimismo, el lugar dónde custodiar, de forma idónea, nuestra rica historia gráfica, además de postales, calendarios o carteles publicitarios que tantos negocios locales editaron y que fueron objeto de deseo de coleccionistas, fondos bibliográficos o documentos de todo tipo pertenecientes a familias ovetenses que, muy probablemente, los donarían gustosos para que quedaran como parte integrante de nuestro patrimonio común. Un tesoro que no deberíamos permitir que se pierda en polvorientas cajas olvidadas en la sempiterna oscuridad de algún anónimo desván. O que se malvendan en mercadillos o foros virtuales. Aplaudo sinceramente la gran tarea de recopilación y conservación de la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias, pero me gustaría que Oviedo contase con un espacio propio en el que salvaguardar, de forma adecuada, nuestra propia historia. Es una de nuestras asignaturas pendientes. Y, cómo no, no es sólo nuestra responsabilidad con aquellos que supieron conservar instantes de nuestra historia, que congelaron miradas que perdurarán para siempre, sino también obligación con las generaciones venideras.
https://www.lne.es/oviedo/opinion/2021/01/27/memoria-oviedo-31456943.html