Estorninos viajeros
Una crónica marcada por la ironía sobre la presencia de bandadas de aves en el centro de la ciudad
11.01.2016
Carlos Fernández Llaneza
Oviedo. Agencia EJE. Parece que decae el problema de los estorninos ("sturnus vulgaris / estornín pintu") que tantos quebraderos de cabeza ha causado a los dirigentes locales. Desde que, tal que en asamblea multitudinaria abierta decidieran venir a pasar los días finales de otoño a la foresta franciscana ovetense, no han cesado los problemas para el equipo de gobierno municipal que se ha visto desbordado ante la situación creada por estos pájaros pintos que con sus exabruptos en forma de estridentes graznidos vinieron a turbar la inercial monotonía local, tan habituada al secular sestear. La suma de ejemplares que componen la bandada ha sorprendido a propios y extraños si bien no hay consenso en el número de plumíferos. Si en un principio se había anunciado que eran 88.414, otro portavoz municipal desmintió este dato afirmando que ellos los habían contado uno a uno y en realidad eran 88.317.
Con el fin de ahuyentarlos se ha llevado a cabo un plan basado en el uso de luces proyectadas en el suelo, amenazantes sonidos de aves de presa emitidos hacia las copas de los árboles y la suelta de un halcón Harris que, ante la legión estornil, se batió en franca retirada plegando la cola entre las alas.
Encantados con la ciudad, la bandada parece que ha decidido cambiar de posición y desplazarse con los chirridos a otra parte. Desde el Campo se mudaron a otras zonas de la ciudad a las que también les ha tocado soportar, con estoica paciencia, graznidos y excrementos. "Esto es intolerable. Esto antes no pasaba. ¡Que los echen ya!", afirma un indignado vecino.
Ante la ausencia de resultados rápidos y tangibles, la autoridad municipal parece que va a hacer caso a una extraña, a priori, sugerencia. En lugar de sonidos de depredadores, un grupo de voluntarios pertrechados de paraguas y chubasqueros recorrerán la ciudad recitando un antiguo conjuro recogido por nuestro poeta Antón de Marriguerrera:
"Estornín, estorneya / de la barba bermeya, / na figal te ponxiste, / gran pecáu fexiste, / los figos me comiste, /gomítamelos acá. /¡Ah, Satán!, /¡ah, pelitán! /Apega ciencia: /Yo te conxuro / con cinco granes de pimienta / con la pala y la fesoria / per sécula seculoria".
No podemos sino felicitar a las autoridades por esta gran idea que estamos seguros que resultará tan efectiva como tantas otras que están tomando diligentemente en estas últimas semanas.
Al cierre de esta edición desconocemos si la medida ha resultado exitosa o no, pero como manifestó un convencido y satisfecho edil: "Es hora de traer a la política municipal decisiones originales, creativas y divertidas".
Se continuará con el seguimiento de las estridentes bandadas con la esperanza de que, más pronto que tarde, se alejen de los límites del concejo y vuelen hacia climas más confortables, costeros por ejemplo, para nunca más volver a turbar los cielos carbayones.
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2016/01/11/estorninos-viajeros/1866585.html
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