Aurelio de Llano y Roza
Ochenta años desde el fallecimiento del folclorista asturiano
Carlos Fernández Llaneza 30.01.2017
Hace unos días, LA NUEVA ESPAÑA nos informaba de que las obras del folclorista Aurelio de Llano, entre otros, pasaban a ser de domino público al haberse cumplido los ochenta años desde su fallecimiento. Descubrí a Aurelio de Llano hace años a través de su obra "Pequeños anales de quince días. La Revolución en Asturias". Tiempo más tarde, rebusqué por librerías de antiguo hasta encontrar sus libros "Bellezas de Asturias de oriente a occidente" y "Del folclore Asturiano". Quizá sea buena ocasión para hacer un repaso a su vida.
Aurelio de Llano nació en Caravia el 19 de marzo de 1868. Se formó en Mieres como facultativo de Minas trabajando en distintos centros industriales de la región. Aunque siempre fue compaginando su profesión con su gran pasión: el estudio de la historia y del folclore asturianos. Sus inicios en esta faceta fueron como colaborador en "El Carbayón". Su primera publicación en 1906 "Hogar y Patria. Estudios de casas para obreros". En 1916 acomete excavaciones con el fin de reconstruir el trazado de la primitiva planta de San Miguel de Lillo, publicando sus resultados en la monografía: "La iglesia de San Miguel de Lillo". Esa exitosa experiencia le dio ánimos para emprender el estudio de la historia y del folclore de su Caravia natal, publicando en 1919: "El libro de Caravia". En los años posteriores continúa con la recopilación de material folclórico regional publicando, en 1922, su obra cumbre: "Del folclore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres" con prólogo de Ramón Menéndez Pidal. Fue seguida de varios estudios, también del máximo interés.
En 1935 publica el interesantísimo libro que antes mencionaba: "Pequeños anales de quince días. La Revolución en Asturias" en el que cuenta, con reconocida objetividad y detalle de observador privilegiado, los sucesos vividos en la ciudad durante los días de la revolución de octubre de 1934. Dejemos que él mismo nos los cuente: "Se oyen en Oviedo los primeros tiros de la revolución. Y me entran deseos de ver algo de lo que ocurre en el contorno, por lo cual me sitúo a veintitantos metros de altura en una ventana abierta detrás de la balaustrada de la cornisa del edificio número 3 de la calle Cervantes. Desde allí, la vista abarca gran extensión de terreno: el monte Naranco, la Argañosa, Buenavista, el cerro del Cristo de las Cadenas, San Esteban de las Cruces, la Cadellada, el cuartel de Pelayo, el hospital provincial, la estación del ferrocarril del Norte? En aquella altura pasé los días de la revolución y muchas horas de la noche tomando notas de cuanto veía (..) A esta obra quiero darle un carácter imparcial. No estoy afiliado a ningún partido político. Esto, unido a la independencia que disfruto, y a mi modo de ser, me deja la pluma libre para escribir imparcialmente -como debe escribirse la historia- lo que ha ocurrido en los días de la revolución".
Aurelio de Llano estaba en posesión de varias condecoraciones y títulos honoríficos y era miembro de las Academias de la Historia, de la Lengua y de Bellas Artes y de varias instituciones culturales nacionales y extranjeras. Falleció en Madrid el 2 de noviembre de 1936 y, con su muerte, en palabras de Juan Ignacio Ruiz de la Peña, autor de una pequeña biografía con motivo del centenario de su nacimiento y de la que tomé buena parte de la información, "perdían los estudios folclóricos asturianos uno de sus más dignos y entusiastas cultivadores".
http://suscriptor.lne.es/suscriptor/oviedo-opinion/2017/01/30/aurelio-llano-roza/2049499.html